Experto en IA y Medicina de Málaga: “El médico no será sustituido por la inteligencia artificial, sino por otro médico que la utilice”
José Antonio Trujillo, vicepresidente del Colegio de Médicos, dice que la IA está transformando el diagnóstico precoz, la personalización del tratamiento, el seguimiento de enfermedades crónicas y hasta la gestión hospitalaria
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José Antonio Trujillo es vicepresidente del Colegio de Médicos de Málaga y experto en inteligencia artificial (IA). Reflexiona en esta entrevista sobre su aplicación, potencialidades y riesgos en la Medicina.
Pregunta.–¿Para qué puede servir la IA en Medicina?
–La inteligencia artificial (IA) está transformando la Medicina en múltiples dimensiones: desde el diagnóstico precoz hasta la personalización del tratamiento, el seguimiento de enfermedades crónicas o la gestión hospitalaria. La IA permite analizar grandes volúmenes de datos clínicos para detectar patrones que a menudo escapan al ojo humano, mejorando así la precisión y la eficiencia del acto médico.
P.–¿Ya se usa la IA con fines médicos? Deme ejemplos.
–Sí, ya se está utilizando. Por ejemplo, algoritmos como DeepMind de Google han demostrado una precisión superior a la humana en el diagnóstico de enfermedades oculares. Otro caso es Aidoc, una herramienta aprobada por la FDA que ayuda a detectar hemorragias cerebrales en TACs con gran rapidez fuente. También existen chatbots médicos como Buoy Health o Ada Health, que ya asisten a millones de pacientes en sus primeros pasos diagnósticos.
P.–Parece una cosa remota… pero ¿ya es realidad?
–La IA en Medicina ya no es futuro, es presente. Desde 2021, la Unión Europea regula el uso de algoritmos médicos mediante el Reglamento de Dispositivos Médicos (MDR), y la nueva Ley Europea de Inteligencia Artificial (2024), en proceso de implementación, incluye categorías específicas para sistemas sanitarios. En hospitales públicos y privados se están utilizando algoritmos para priorizar pacientes, leer mamografías o ajustar tratamientos oncológicos.
P.–¿Se usa tanto en la sanidad pública como en la privada?
–En ambos ámbitos, aunque con matices. En la sanidad privada la adopción es más rápida debido a la flexibilidad presupuestaria y organizativa. Sin embargo, cada vez más hospitales públicos están participando en proyectos piloto o colaboraciones público-privadas para implementar IA, como el Plan de Salud Digital del Sistema Nacional de Salud en España.
P.–¿Qué retos de seguridad plantea? Porque hay que proteger los datos de los pacientes.
–La protección de datos es crucial. Los algoritmos deben entrenarse con datos anonimizados y cumplir el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD). Además, es necesario aplicar la pseudonimización, asegurar la trazabilidad y garantizar que las decisiones clínicas automatizadas sean revisadas por profesionales humanos para preservar la privacidad y la seguridad del paciente. El European Data Governance Act también empieza a establecer cómo se debe compartir y proteger este tipo de información sensible.
P.–¿Qué cuestiones deontológicas y legales plantea?
–La IA plantea retos importantes: ¿Quién es responsable si un algoritmo se equivoca? ¿Qué pasa si hay sesgos en los datos de entrenamiento? ¿Debe el paciente dar un consentimiento explícito para que un algoritmo participe en su diagnóstico o tratamiento? Estas preguntas están siendo abordadas desde el derecho sanitario, la bioética y la deontología médica. En España, el Consejo General de Colegios de Médicos está elaborando directrices deontológicas específicas sobre el uso de IA. Desde Málaga contribuimos en este trabajo de una forma decisiva.
P.–Hay unas listas de espera kilométricas en la sanidad pública y al mismo tiempo entra la inteligencia artificial. ¿Parece una sanidad a dos velocidades?
–El riesgo existe. La IA puede acortar tiempos de espera y optimizar recursos, pero si su acceso se concentra solo en el ámbito privado, se agravan las desigualdades. La clave está en democratizar la IA médica mediante políticas públicas, inversión en tecnología accesible y formación del personal sanitario. No se trata de sustituir al médico, sino de reforzar el sistema.
P.–¿La IA podrá evitar errores? ¿Siempre tendrá que estar supervisada por un ser humano?
–La IA puede reducir errores humanos, especialmente en tareas repetitivas o con gran carga de datos. Sin embargo, nunca debe sustituir al juicio clínico. La supervisión médica es esencial para validar resultados, interpretar matices y aplicar el conocimiento ético, humano y empático que una máquina aún no puede replicar.
P.–El Colegio de Médicos organiza cursos sobre IA y Medicina. Descríbalos brevemente y explique por qué el Colegio aborda este asunto.
–Desde el Colegio de Médicos de Málaga lidero una línea formativa específica en IA aplicada a la práctica médica, con cursos que van desde la introducción a los algoritmos hasta el análisis ético y legal. Colaboramos con universidades y empresas tecnológicas para ofrecer formación de calidad a nuestros colegiados, porque entendemos que la transformación digital no puede dejar atrás al médico. Formarse es proteger al paciente. Somos pioneros en este sentido a nivel nacional.
P.–Usted ha publicado un libro sobre IA y Medicina...
–Sí, mi último libro se titula Inteligencia Artificial y Derechos de los Pacientes: el equilibrio necesario, disponible en Amazon. En él analizo cómo integrar la IA en la medicina desde una perspectiva ética, legal y humana, y propongo un marco de garantías para los pacientes en esta nueva era tecnológica. Es el segundo que publico de esta temática, hace dos años publiqué Guía básica de Inteligencia Artificial Médica. El médico no será sustituido en pocos años por una máquina sino por otro médico que utilice la IA.
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