Expertos de Málaga advierten que la obesidad infanto juvenil empeoró en la pandemia
Menos actividad física y más tiempo en casa han sido un cóctel que en los dos últimos años ha agravado un problema de salud pública
Málaga/Casi la mitad de los niños y adolescentes están excedidos de peso. Exactamente, según los datos del estudio Aladín de 2019, el 40%. De este porcentaje, en torno al 15% tienen obesidad –que es un nivel más grave– y el resto, sobrepeso. Con estos datos en la mano, los expertos ya alertaban entonces de que los kilos de más en el periodo infanto juvenil constituían un problema de salud pública.
Pero ahora van más allá, al advertir que durante la pandemia la situación se ha agravado. El endocrinólogo pediátrico del Hospital Materno Infantil de Málaga, Juan Pedro López Siguero, explica que el empeoramiento de debe a que durante estos dos años, con las restricciones derivadas del Covid, niños y adolescentes han hecho menos actividad física. Pero, además, han pasado más tiempo en casa con lo que han caído en un ocio sedentario de ordenador, móvil y televisión.
En la actualidad, la mitad de los adultos andaluces están excedidos de peso. En encuestas realizadas, el 80% de esas personas asegura que no fueron gorditos de pequeños. Sin embargo, cuatro de cada 10 niños y adolescentes de hoy sí lo son. Y según sostienen los expertos, el 80% de los niños de 12 a 18 años que sufren actualmente sobrepeso y obesidad, mantendrán ese problema de salud cuando lleguen a la edad adulta.
“De los adolescentes con exceso de peso, cuatro de cada cinco van a ser adultos con sobrepeso u obesidad”, advierte López Siguero. Según el endocrinólogo, los padres tienen la falsa creencia de que con el desarrollo, los niños perderán kilos. “Pero no es cierto. Es una creencia que no se produce. No hay que confiar en que espontáneamente el niño cambie con el estirón”, afirma. Precisa que ese cambio espontáneo sólo se produce en torno en un 20% de los pequeños pasados en kilos. “En un 80% de los casos, el niño mantiene el exceso de peso. Incluso, normalmente va a más”, añade.
Antes de la pandemia, debido a algunas intervenciones de las administraciones sanitarias y cierta concienciación social, el incremento del exceso de peso en etapas infanto-juveniles se había ralentizado. Es decir, no dejaba de aumentar, pero el crecimiento iba más lento. Una cierta mejoría que el Covid acabó estropeando.
Para López Siguero es necesario una dieta saludable y ejercicio para combatir esta otra pandemia, la de los kilos de más. Pero aclara que una correcta alimentación no es suficiente. “Hace falta actividad física, actividad física y actividad física”, remarca. Explica que debe ser una hora diaria, todos los días y en la que el niño se canse. “Tiene que ser un ejercicio en el que le cueste hablar porque jadee”, precisa. Acota que además –ya fuera de las actividades escolares–, el ocio con la tablet, el móvil o la televisión debe ser “como máximo” de una hora diaria.
Respecto a la dieta, López Siguero señala que es imprescindible que los niños adquieran hábitos saludables de alimentación entre los dos y los tres años. “Porque empiezan a engordar en torno a los cuatro años y hay que trabajar antes”, explica. Insiste en que entre los dos y los tres años, los pequeños son aún bastante “maleables”, pero que a los ocho, ya tienen adquiridos los hábitos y “es tarde”.
Estudios realizados entre el área de Endocrinología del Materno y médicos escolares en centros educativos públicos de Málaga, demostraron que dos o tres charlas con padres sobre educación nutricional a etapas muy tempranas, contribuían a menores índices de sobrepeso y obesidad entre los 3 y los 5 años.
De ahí que López Siguero proponga que, con carácter preventivo, se den “tres charlas” sobre nutrición a los padres de los niños más pequeños al comienzo del curso y una de refuerzo al año siguiente. Porque advierte que “si esperamos a que el niño desarrolle sobrepeso u obesidad para hacerlo, ya vamos tarde”.
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