La falta de médicos en Málaga se agrava por las jubilaciones sin suficiente reposición

Más de 2.300 facultativos se retiran en la próxima década en la provincia

Medicina de Familia, Pediatría, Ginecología, Anestesia y Traumatología, las especialidades más deficitarias

Un equipo quirúrgico durante una intervención en el Hospital Regional. / M. H.

Málaga/Hace más de una década que el Colegio de Médicos lo viene advirtiendo:van a faltar facultativos. De hecho, ya el SAS suele toparse con dificultades para contratar en determinadas especialidades. Una de las causas de esta situación –que es un problema nacional, no sólo autonómico– es el freno que supone el número de las plazas de residente (MIR) para formarse como especialista. En 2018, hubo 6.513 y se presentaron 13.213. Es decir que la mitad de los médicos se quedaron fuera. En síntesis, hay facultativos, pero a la mitad se le cierra la puerta para que hagan una especialidad. Y sin ella, la mayoría no puede ejercer. Paradójicamente, tanto la sanidad pública como la privada suelen tener dificultades para encontrar médicos de familia, pediatras, traumatólogos, ginecólogos y anestesiólogos...

Otra causa es que se jubilan más de los que se incorporan. Y no sólo porque haya menos especialistas disponibles, sino por las restricciones a la reposición que se impusieron durante la crisis y que, aunque con menos fuerza, aún continúan. Durante varios años de la crisis sólo se reponía uno de cada 10 facultativos jubilados; lo que supuso una sangría en los centros sanitarios. “Se ha aumentado el porcentaje de reposición respecto a hace dos años, pero con un tiempo de decalaje desde que se jubila un profesional hasta que llega el sustituto”, asegura el presidente del Colegio de Médicos de Málaga, Juan José Sánchez Luque. E insiste: “Están tardando mucho en reponerse y no hay datos objetivos de que se estén sustituyendo al 100%”. En resumen, hay una hemorragia de unos recursos humanos muy cualificados.

El Colegio de Médicos advierte que para cortarla deben tomarse medidas urgentes. En la provincia hay colegiados en la actualidad 8.321 facultativos. En los próximos 10 años se jubilan 2.350. Exactamente el 28%. Si se compara con la década anterior, la cifra es preocupante. De 2008 a 2018 se jubilaron 992 médicos del Colegio malagueño. La previsión de 2.350 jubilaciones de facultativos para los próximos 10 años supone que se va a duplicar con creces el retiro de profesionales.

Sánchez Luque reconoce que es difícil ponerle números a la sangría porque recuerda que además, durante la crisis, hubo muchos médicos se fueron al extranjero o a otras provincias. En el primer semestre de 2012, por ejemplo, emigraron tres médicos cada mes.

El presidente del Colegio recuerda que la institución lleva alertando “más de una década” de que se produciría una falta de médicos que “ahora se agudiza”. Por eso reclama medidas con urgencia, tanto del Ministerio de Sanidad como de la Consejería de Salud porque la solución “no es de la noche a la mañana”. Justifica esta afirmación en que una especialidad médica exige cuatro o cinco años de formación. Las plazas MIR de 2018 ascendieron a 6.513. Para este año hay 6.729. “Son 216 más, pero es poco”, insiste.

Las jubilaciones de la próxima década –2.350– duplican con creces las de la anterior –992–.

Entre las especialidades con más déficit pone el énfasis especialmente en Pediatría y Medicina de Familia. En la primera, recuerda que “ya venimos con una rémora” por la falta de profesionales. “Vamos a tener un problema”, advierte. Según datos de sociedades pediátricas, por lo menos la cuarta parte de los niños no son atendidos por un pediatra por el déficit de estos especialistas, sobre todo en las zonas rurales. En cuanto a la Medicina de Familia, Sánchez Luque apunta que tradicionalmente esta especialidad no tenía una tasa de envejecimiento elevada. “Pero sí se está entrando ahora en esa situación”, puntualiza.

También insiste en otras como Anestesiología –que siempre ha sido deficitaria– o Ginecología y Traumatología –que concentran las consultas más demandadas por la población–. Por ello concluye que las Administraciones deben tomar cartas en el asunto con más determinación para “asegurar la renovación en especialidades básicas” de cara a un futuro inminente. De lo contrario, alerta que faltarán médicos pese a tener profesionales muy bien preparados; muchos porque están bloqueados en su formación al no acceder a una plaza MIR y otros porque durante los años de la crisis optaron por buscarse la vida en el extranjero.

El Colegio de Médicos de Málaga plantea cuatro propuestas básicas para solventar la falta de especialistas.

La primera, aumentar el número de plazas de residencia (MIR). Respecto al año anterior, en 2019 se han incrementado 216 en toda España. Pero según la institución, son pocas. En 2018, de 13.213 facultativos que se presentaron al examen para hacer una especialidad, 6.700 se quedaron fuera. Por lo tanto, el Colegio explica que no faltan médicos, sino especialistas. Y que para ello es imprescindible abrir el grifo de las plazas MIR.

La segunda, mejorar las condiciones de trabajo de los profesionales. El objetivo de esta medida es –según explica el presidente del Colegio de Médicos de Málaga, Juan José Sánchez Luque– “fidelizar” a los médicos. Para ello, reclama salarios dignos –frente a unos sueldos que en Andalucía están por debajo de la media nacional–, contratos estables y prolongados, así como la posibilidad de una proyección profesional.

La tercera, transformar el complemento de exclusividad –que representa 840 euros al mes– para facilitar el flujo de los profesionales entre la sanidad pública y la privada. En una provincia como Málaga, en donde este último sector es muy fuerte, cada vez son más los facultativos que dejan el Servicio Andaluz de Salud (SAS) para irse a hospitales privados. “Hay que flexibilizar el mercado laboral. El SAS ha encorsetado al médico en la pública y si un jugador no tiene buenas condiciones, al final se va al otro equipo”, dice el presidente.

La cuarta, recuperar a médicos que se han ido al extranjero o a otras comunidades. Sánchez Luque asegura que el Colegio está dispuesto a “echar una mano” en este sentido. Pero aclara, que no puede llamar a un profesional que está en otra autonomía o en otro país con buenas condiciones laborales para un contrato precario. “Tiene que ser para contrataciones dignas y estables”, insiste.

A modo de resumen, concluye: “Hay soluciones con la previsión pertinente. La previsión pasa por el análisis exhaustivo de los datos y la aplicación de las medidas correctoras”. Las cuatro anteriormente citadas son las principales, según el Colegio. Pero Sánchez Luque alerta que debido a que las especialidades médicas suponen cuatro o cinco años de formación, las soluciones no pueden improvisarse y que deben empezar a buscarse ya.

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