Las familias malagueñas cambian sus hábitos de consumo para ahorrar y llegar a fin de mes

La cesta de la compra, la electricidad o los viajes son los ámbitos más encarecidos y donde intentan gastar lo menos posible

La inflación encarece los materiales escolares y aumenta el coste de la vuelta al cole para las familias malagueñas

Las familias malagueñas aseguran que lo que más ha subido es el precio de la fruta y la verdura. / Paula Tejada
Paula Tejada

28 de agosto 2022 - 06:15

Málaga/La inflación está obligando a las familias a reducir gastos para ahorrar lo máximo posible. Desde comprar solo lo necesario para comer durante tres días, hasta mirar la aplicación para poner el aire acondicionado, la lavadora o el lavavajillas a la hora en la que está la luz más barata e incluso también ha obligado a muchas personas a reducir los días de vacaciones o directamente prescindir de ellas.

El IPC en Málaga se disparó, este pasado mes de julio, hasta el 11,4%, siendo esta cifra ocho décimas más alta que el 10,6% de junio. Además, según el Instituto Nacional de Estadística el IPC de la provincia está por encima de la media de Andalucía (11,2%) y de España (10,8%).

Esta subida de los precios ha afectado al precio de los alimentos, que aumentaron un 15,7% en julio. Asimismo, el precio de la electricidad, el gas y otros combustibles se incrementó un 46,1% y el de los hoteles y restaurantes un 9,7%. Por ello, las familias se han visto obligadas a cambiar sus cestas de la compra, su consumo de electricidad y sus vacaciones, entre otras muchas cosas.

Con respecto a la cesta de la compra, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) realizó el pasado mes de julio un estudio de los precios en supermercados. Los resultados del mismo reflejaron que de media la cesta de la compra es un 15% más cara que hace un año. En este sentido, algunos de los productos en los que ha incrementado el precio son el aceite de girasol (117,8%), la margarina (75,2%), los macarrones (55,6%), el aceite de oliva suave (52,6%) e incluso la harina de trigo (49,7%). Por otro lado, la OCU también observó en este estudio que las frutas y verduras son un 12,2% más caras que hace un año, al igual que el pescado, la carne y los huevos, cuyo precio se ha incrementado un 13,3; 14 y 45,9%, respectivamente.

Esta subida de los alimentos frescos la ha notado Noemí que vive con su marido y una niña de dos años en Málaga. La joven asegura que en casa intentan ahorrar “en todo lo que se puede porque no llegamos a fin de mes”. Por ello, intenta comprar productos como el aceite, el agua y la leche en grandes cantidades para que les dure el máximo tiempo posible. En cambio, acude al mercado a comprar productos como fruta y verdura cada tres días, ya que “compramos lo necesario para comer durante unos días porque sino se nos pone malo y así ahorramos”.

Noemí acude al mercado cada tres días a comprar fruta y verdura fresca. / Paula Tejada

En esta situación también se encuentran Mari Carmen, una malagueña que vive con su marido y se mantienen con una pensión. “Nos apañamos con lo que tenemos y nos privamos de lo que haya que privarse”, admite. También cuenta que acude al Mercado Atarazanas a comprar una vez a la semana y al supermercado cada quince días, eso sí siempre fijándose en los productos más baratos, ya que “si tengo pensado hacer una compra y veo que lo que necesito está muy caro, me llevo otra cosa".

“Como estamos solos compramos menos”, aseguran Reque y Pepi, un matrimonio jubilado que desde que han subido los precios acuden al mercado cada tres días y compran lo justo y necesario para poder comer los dos esos días. Además, sostienen que los supermercados van a comprar productos como aceite y leche en “grandes cantidades para que nos dure un tiempo y así ahorrar”.

Mangos, melocotones, berenjenas y el pescado del día. Estos son los productos que Rocío lleva en su cesta tras terminar su compra en el Mercado Atarazanas. La malagueña apunta que ella compra allí casi a diario los productos frescos que necesite para ese día y el siguiente. También insiste en que aunque han subido los precios de los alimentos ella no suele fijarse en ellos. pero hace hincapié en que si ve, por ejemplo, “que las cerezas están a 10 euros, pues no las compro”.

Lo que realmente le preocupa a Rocío es la factura de la luz. “Nosotros somos cuatro en casa y es bestial la factura de la luz que nos llega”, admite. Por ello, cuenta que está pendiente de apagar las luces, encender el aire acondicionado lo justo y que siempre estén las ventanas cerradas para no desperdiciarlos. “Es un derroche energético continuo, hay que ahorrar, pero deberíamos hacerlo siempre no solo ahora que está más caro”.

El resto de familias coinciden con Rocío con respecto a la electricidad. Mirar la aplicación para conocer a qué hora está más barata la luz, poner lavadoras solo un día a la semana, apagar las luces siempre que no sean necesarias y poner el aire acondicionado lo menos posible con las ventanas cerradas para conservar el frío. Estos son algunos de los métodos que muchas familias utilizan en sus hogares para ahorrar.

Por su parte, Mari Ángeles y Juan Manuel, una pareja de jubilados, aseguran que dependiendo del mes recortan gastos de un sitio o de otro. En relación a la luz, la pareja señala que la factura se les ha disparado y el malagueño sostiene que "tenemos el aire acondicionado nuevo, lo hemos puesto este verano una vez para ver si funcionaba y no se ha vuelto a encender". A la hora de ir a la compra van al mercado cada dos o tres días para comprar "el pescado del día si no está muy caro, fruta y verdura", apunta Juan Manuel y Mari Ángeles añade que "al supermercado vamos cada 15 días a por la leche, el aceite o los yogures que duran más tiempo".

Mari Ángeles y Juan Manuel, una pareja de jubilados que ha decidido aparcar el coche y utilizar más el autobús para ahorrar. / Paula Tejada

Desde que comenzó a subir el precio del combustible, esta pareja prefiere utilizar el transporte público para ahorrar en gasolina. Por ello, han decidido utilizar su coche solo durante el fin de semana para visitar a sus hijos. "Tenemos la tarjeta de transporte, así que cuando vamos a comprar al mercado muchas veces nos llegamos andando y nos volvemos a casa en autobús o al revés, depende del día", cuenta Juan Manuel.

No solo la cesta de la compra o la factura de la luz se han encarecido, las vacaciones también se están viendo afectadas. Muchas familias malagueñas han decidido quedarse en casa este verano para ahorrar, pero también algunos turistas han tenido que recortar su estancia en la capital para que el coste de su viaje no se elevara demasiado. Este es el caso de Elena y Marta, dos amigas de Barcelona que han viajado a Málaga para asistir a un concierto. Durante cuatro días se quedarán en la capital, pero aseguran que querían estar más tiempo para poder visitar mejor la ciudad: “Al principio queríamos hacer unas vacaciones más largas, pero viendo los precios, más de cuatro días nos era muy caro”, asegura Elena. Ambas estuvieron mirando distintos alojamientos en la capital y Marta sostiene que “los hoteles están un poquito más caros, no nos esperábamos estos precios”.

Elena y Marta de Barcelona han tenido que reducir sus vacaciones en la capital a cuatro días para ahorrar. / Paula Tejada

Todo está más caro, a la vista está. Los precios siguen subiendo. Las familias hasta ahora se han decidido por comprar lo justo y necesario, consumir electricidad en las horas más baratas, utilizar el transporte público, recortar los viajes o cancelar las vacacionespara ahorrar y va a continuar así durante algún tiempo.

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