La farmacia de Torremolinos investigada sigue abierta: "Ha sido la avaricia; no necesitaba meterse en esto"
Unos días después de que la noticia sacudiera la tranquilidad del barrio, el trasiego de clientes en la botica es continuo
El negocio redondo del farmacéutico de Torremolinos que traficaba con Tramadol: ingresaba 30.000 euros al mes

Pocos eran este jueves los clientes que le ponían cara al farmacéutico acusado de presuntamente traficar, a gran escala, con Tramadol y embolsarse en torno a 1,2 millones de euros. Los que acudían a la botica, que sigue funcionando con absoluta normalidad las 24 horas, coincidían en destacar que el dueño apenas se dejaba ver en el mostrador. “Nunca sospechamos nada; él no solía atender, generalmente no estaba”, relataba una vecina. Pero unos días después de que la noticia sacudiera la tranquilidad del barrio mostraban su estupor por la supuesta trama diseñada por su boticario de confianza. “Como esta farmacia no hay ninguna. La tenemos muy cerca y nos pone las cosas muy fáciles. Pedimos algo y en unas horas nos lo trae”, manifestaba otra pareja, impresionada aún por las imágenes recogidas en televisión.
La farmacia, situada frente al centro de salud de Torremolinos, del que le separa sólo un paso de peatones, es la de referencia para muchos residentes, incluso foráneos. Este periódico constataba ayer el trasiego continuo de vecinos que entran y salen de sus instalaciones. “Ha sido la avaricia, él decía que facturaba 10 millones al año, frente a otras, que no superan los 500.000 ó 600.000 euros”, agregaba un sanitario de la zona que aseguraba conocer bien al farmacéutico investigado. Su negocio, subrayaba, “es una mina porque son dos: farmacia y ortopedia, y cuenta con más de 20 empleados”. Es la segunda botica de 24 horas que abrió en el municipio, hace ya más de 20 años. Al hacerlo “se quedó con todo el negocio”.
Al tiempo, este comerciante asegura que el farmacéutico, con el que supuestamente ha tenido ocasión de hablar tras la actuación policial, “cree que todo va a quedar en una sanción y va a pedir una reclamación por daños después de que tuviera que cerrar unos días”.
“Al final todo sale a la luz”
A otros el arresto no ha sorprendido tanto. “Al final todo sale a la luz”, murmuraba una pareja de ancianos que salía con varias recetas. Según su testimonio, las acusaciones que tienen al boticario en el punto de mira “ya se rumoreaban desde hacía un tiempo”. “Se daban muchas situaciones que en otras farmacias no se veían. Y somos clientes, sí, ¡qué remedio si vivimos aquí!”, exclamaba la mujer quejosa.
Los trabajadores del entorno de la calle Pablo Bruna daban también su particular visión sobre el entramado, presuntamente, a manos del arrestado. “Nos ha sorprendido sólo a medias, porque sabíamos que vendía medicamentos sin receta. Yo, de hecho, los compraba allí porque no podía hacerlo en otra farmacia, pero no pensábamos que llegaría tan lejos”, admitía una mujer, convencida de que al dueño “no le hacía falta meterse en algo así porque tiene mucho dinero”.
Entre la multitud había también quienes defendían la presunción de inocencia del detenido, ahora en libertad provisional. “Es la farmacia a la que suelo acudir y no tengo intención de dejar de hacerlo”, apostillaba una señora de avanzada edad. "Es amiguete y prefiero no pronunciarme", añadía otro comerciante.
Dentro, mientras tanto, impera la ley del silencio sobre lo sucedido. "No llamen, por favor, gracias", esgrimía al otro lado del teléfono una de las empleadas.
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