Las farmacias se quedan sin algunos medicamentos por desabastecimiento

Atribuyen el problema a que laboratorios adjudicatarios de la subasta no tienen capacidad para atender la demanda Critican que Salud les devuelva sin pagar recetas de fármacos alternativos

Dos usuarios aguardan en una farmacia a ser atendidos.
Dos usuarios aguardan en una farmacia a ser atendidos.
Leonor García Málaga

07 de febrero 2015 - 01:00

La subasta de medicamentos -una medida dispuesta por la Junta de Andalucía para contener el gasto farmacéutico- está generando muchos dolores de cabeza a los boticarios. Según explican los profesionales, los laboratorios adjudicatarios no siempre tienen capacidad de abastecer la totalidad de la demanda, lo que a diario provoca la falta de determinadas medicinas solicitadas por los pacientes. Ayer, el propietario de una farmacia estimaba en más de treinta los medicamentos que estaban en desabastecimiento.

El sistema autonómico de subasta obliga a las boticas a dispensar únicamente la medicina del laboratorio que ha sido adjudicatario de la licitación. Los farmacéuticos pueden dar un fármaco alternativo si prueban que hay desabastecimiento. Pero no es fácil demostrar esa falta porque, aseguran, los laboratorios no la certifican ya que sería reconocer que incumplen el compromiso alcanzado con la Administración sanitaria tras la adjudicación.

La escasez se produce solamente con los medicamentos de la subasta. Un farmacéutico precisaba ayer que faltaban ciertos antibióticos de uso común, así como medicamentos para el colesterol, la alergia o el herpes labial. "¿Desabastecimiento de los fármacos de la subasta? Muchísimo y constantemente", aseguraba un distribuidor. Los profesionales atribuyen el problema a que los laboratorios que se han hecho con la licitación no tienen capacidad para abastecer la totalidad de la demanda andaluza.

El dilema es que los boticarios se ven atrapados entre la espada y la pared. Por un lado, la Ley de Garantía y Uso Racional del Medicamento -nacional- les obliga a sustituir por otro fármaco igual a aquellos que estén en desabastecimiento a fin de que el usuario no se quede sin la medicación. Pero por otro, deben respetar la normativa autonómica que establece que deben dispensar el medicamento del laboratorio beneficiario de la subasta. "Entonces, si viene un usuario y no tengo el fármaco de la subasta ¿qué hago? ¿Le doy otro? ¿Y si después el SAS no me lo paga? Por lo menos, que me dejen dar uno alternativo del mismo precio", protestaba un profesional.

El Colegio de Farmacéuticos de Málaga mantiene encuentros periódicos con la Delegación de Salud para intentar poner remedio a una situación que lleva ya casi tres años. "No voy a negar que el problema existe. Es muy complejo y mantenemos reuniones todos los meses con la Administración para tratar de darle una solución", argumentó el presidente del Colegio de Farmacéuticos, Francisco Florido.

Varios boticarios se quejaron de la "tibieza" de la entidad colegial a la hora de plantear el problema a la Delegación de Salud. Florido, en cambio, defiende la labor de la entidad: "Nosotros estamos en esa pelea, pero hay normas que cumplir". El presidente del Colegio explicó que en esas reuniones periódicas, la institución demuestra que efectivamente se producen los desabastecimientos a fin de que los colegiados puedan cobrar las recetas de fármacos alternativos.

Según algunos boticarios, el SAS ha hecho "devoluciones masivas" de recetas a farmacias que dispensaron fármacos alternativos porque el de la subasta estaba en falta. Un farmacéutico cifró en 650 el monto total de recetas devueltas sin pagar y citó el caso de otro que entre julio y agosto del año pasado tuvo devoluciones por un monto de 10.000 euros. El Colegio no da datos del número de recetas devueltas ni de a cuánto ascienden.

"Se penaliza al farmacéutico, cuando lo que intenta hacer es solventar un problema de desabastecimiento dando otro medicamento alternativo que generalmente es del mismo precio", protestó un profesional. Otro añadía que en algunos casos, el paciente prefiere otro remedio que le sienta mejor, pero que no puede comprarlo ni pagando la diferencia entre el precio establecido en la subasta y el del medicamento que desea.

El sistema de subasta, que ha sido incorporándose de forma progresiva y ya va por la quinta fase, ha sido muy criticado por médicos y farmacéuticos porque coarta la libertad de prescripción y dispensación respectivamente.

Otra queja de los boticarios es por el retraso registrado el mes pasado en el pago de la factura de noviembre. Aunque habitualmente el SAS la liquida sobre el día 10 y con dos meses de demora, en enero pasado, se abonó en torno al 17. La razón fue un cambio para un mejor control de la facturación. Pero los profesionales exigen que las mejoras en la fiscalización interna del SAS no repercutan en una demora en el pago de la factura.

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