Fiesta en la fuente de las Tres Gracias por el ascenso del Málaga: La ciudad no duerme, solo disfruta
El Paseo del Parque fue cortado por la Policía pasada la una de la madrugada ante el aluvión de malaguistas
Una madrugada eterna
¿Cómo hacer una crónica de fútbol sin saber de fútbol?: Con el corazón. El que ha llevado a miles de malaguistas a concentrarse en la fuente de las Tres Gracias para celebrar el ascenso de su equipo. Porque esta madrugada la ciudad no duerme, sólo disfruta. Y es que había mucho que festejar. No sólo la vuelta a Segunda, sino el regreso tras una remontada épica.
Desde minutos después de acabado el partido, ya podían escucharse los cláxones y las vuvuzelas por el centro de la ciudad del Paraíso que tras el pitido final se convirtió en epicentro de la alegría.
La marea humana se digirió pasadas las 23.00 hacia el final del Paseo del Parque. La fuente estaba rodeada con vallas para protegerla. El fluir de personas no cesaba. Cada vez eran más. La Policía también aumentaba sus efectivos a medida que crecía la afluencia.
Fornidos agentes, algunos bien musculados de gimnasio, velaban por compatibilizar el derecho a disfrute de los malaguistas con el de los conductores a seguir circulando por el Paseo del Parque, una de las principales vías de la ciudad.
Podían oírse cánticos contra Cataluña y contra Sevilla, pero sobre todo, el himno del Málaga y lemas para reafirmar el sentimiento de una ciudad exultante tras el ascenso.
Era en torno a la una de la madrugada y la gente seguía fluyendo hacia el lugar de la cita, la céntrica fuente. Dos horas de aluvión humano y seguían llegando más personas, la mayoría jóvenes. Y la madrugada se hacía eterna.
La Policía, ante el aumento de afluencia, resituó la decena de furgones estratégicamente alrededor de la fuente. Ésta quedó completamente protegida por los vehículos de las fuerzas de seguridad. Y entonces se impuso la medida que se veía venir: el corte del Paseo del Parque ya al filo de la una de la madrugada. "Nos han desplazado desde Fuengirola", comentaba un agente a un fotógrafo. Hasta esa hora, todo transcurría con normalidad. Hubo lanzamiento de algunas bengalas y seguían los cánticos: "Catalino el que no bote, eh". Y los malaguistas estallaban en saltos, para que no quedaran dudas...
Sobre las 1,30, la fiesta seguía en torno a la fuente. Después de más de dos horas, continuaba llegando gente. Esta madrugada no era momento de perder el tiempo durmiendo, sino de echarse a la calle a compartir un sentimiento: "Má-la-ga".
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