El fin de los coches de caballos en Málaga: bienestar animal, empleos en riesgo y turistas divididos
En la capital hay 25 cocheros y el Ayuntamiento ya ha anunciado la decisión de eliminar este servicio
Cocheros de caballos, en vías de extinción en Málaga: "Nos vamos a quedar sin comer 25 familias"
Málaga/El fin de los coches de caballos que pretende el Ayuntamiento de una gran capital turística como Málaga para este año ha avivado el debate sobre esta actividad en otras urbes como Sevilla: se busca el bienestar animal, pero levanta ampollas en el sector y divide a los turistas.
Hace años que las entidades animalistas y algunos partidos políticos reclamaban la desaparición de este servicio de transporte de viajeros por las condiciones de estrés y el calor que sufren los équidos, que durante horas caminan sobre el asfalto tirando de carruajes para turistas.
Bienestar animal e imagen al mundo
Otras ciudades turísticas andaluzas como Ronda mantienen esa actividad, que en el caso de la capital malagueña ejercen 25 coches de caballos y cuyo alcalde, Francisco de la Torre, ha anunciado el objetivo de suprimirla pensando en el bienestar animal y en la imagen que se ofrece al mundo.
Para ello, pretende culminar la amortización de las licencias de ese servicio y mantiene conversaciones con los titulares de los coches de caballos para indemnizarles, ya que las concesiones de esta actividad orientada al turismo tienen 11 años más de vigencia.
Media docena de cocheros aguardan este miércoles soleado junto al puerto de Málaga la llegada de clientes para un recorrido por enclaves turísticos de la ciudad de moda por 30 euros -para entre una y cuatro personas- y en el que van ofreciendo su explicación cuando pasan por cada punto de interés.
Malestar en los cocheros
Domingo, que con 36 años lleva más de 20 subido al coche de caballos, defiende su mantenimiento, lamenta la decisión municipal porque es su trabajo y explica que habrá una reunión este mes para tratar de las indemnizaciones.
Llegó a las 07:30 horas al centro de la ciudad para desarrollar su labor, que suele prolongar hasta las 18:00 (en verano más tiempo); sobre las 11:00 ya ha hecho un viaje, otros días tiene que esperar más. El día anterior fueron cuatro "y el lunes uno en todo el día. El día bueno no se sabe".
El negocio está flojo, asegura. "Si hubiera trabajo, esto estaría lleno de coches", añade. "Es nuestra vida y nos la quitan", se queja este hombre con cuatro hijos. Se crió con estos animales. "De los caballos sé", comenta. Cuida al animal en su cuadra, le da de comer, lo lava y limpia el coche.
Piden indemnizaciones, empleos y compensaciones
Mientras llegan visitantes, los cocheros conversan entre ellos. Pepe es contundente: exige que si se acaba la actividad les indemnicen por las licencias, les proporcionen un puesto de trabajo y les compensen por las obras que hicieron para habilitar unas caballerizas en terreno cedido por el Ayuntamiento.
Rechazan que haya maltrato animal y sugieren que se supriman los patinetes eléctricos tras apuntar que el Ayuntamiento pretendería peatonalizar la zona donde se sitúan los coches de caballos y que estorbarían para ese proyecto.
Antonio destaca que esta actividad "es un patrimonio" y que "no se puede quitar así como así" porque -recuerda- en algunos casos hasta cuatro generaciones de una misma familia han realizado esta tarea.
Joran, de 26 años, detalla que de las cinco paradas de estos coches que llegó a haber, solo queda una; empezó su jornada a las 10 de la mañana y en menos de una hora ya había hecho un recorrido. Dice manejarse un poco con el inglés, el francés, el italiano y el alemán.
Aunque tiene otro trabajo, explica a EFE, está sustituyendo a su padre, que no podía acudir circunstancialmente. Su familia lleva mucho tiempo en el negocio y recuerda que antiguamente los coches de caballos eran "nómadas" y desde Málaga iban a otras ferias como la de Sevilla.
Turistas
Paula, de 25 años, lleva seis meses con el coche de caballos de su madre y explica que a los turistas les encanta y que ahora reciben mucha clientela malagueña. "Antes de que lo quiten, me voy a subir", confiesan los del terreno. Les gusta mucho a visitantes del Norte y hay muchos de Valencia, añade.
Abel, un turista de Salamanca que acaba de bajarse de uno de estos coches tras dar un paseo junto a su familia, está satisfecho con el recorrido y ve bien que se busque el bienestar animal, a la vez que resalta la experiencia vivida.
Samanta, de Croacia, ha disfrutado del trayecto: "El viaje fue perfecto, hemos visto muchas cosas, la playa, el Ayuntamiento... Quiero que siga porque es una buena cosa para Málaga".
La decisión está tomada y anunciada, ahora falta el acuerdo entre el Ayuntamiento y los cocheros. Una estampa tradicional que tiene los días contados.
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