"Nosotros firmamos ahora cada vez más pactos prematrimoniales"

Defiende la creación de una jurisdicción específica de familia, una especialidad claramente al alza porque engloba los problemas más cercanos a la gente: personales, económicos y patrimoniales

Soledad Benítez Piaya dirige un despacho con seis abogados.

29 de noviembre 2009 - 01:00

-¿Es necesario un Código de Familia, independiente del Código Civil, como existe en otros países?

-Una jurisdicción específica de familia es absolutamente necesaria. Pero sobre todo acabar con las grandes carencias actuales. En Málaga tenemos la suerte de contar con tres juzgados de familia con su equipo técnico y su fiscal. Otra cosa es cuando vamos a Fuengirola, a Marbella o a Vélez y allí no hay equipo técnico, no hay juzgado especializado en familia, igual en la vista ni hay fiscal. Esto provoca que tengamos divorcios de primera y segunda categoría. Todos los procedimientos de familia deberían llevarse con un juez de familia.

-¿Los nuevos modelos de familia lo están cambiando todo?

-La modificación del Código Civil en 2005 es el primer gran avance en nuestro campo. La anterior ley, de 1981, regulaba unas situaciones que ya no existen. Era mamá-casa y papá-trabajo, si nos separábamos, mamá-niño y papá-paga. Cuando íbamos al juzgado, si yo llevaba a la mujer, sabíamos que para nosotros eran los niños, la pensión y la casa. A partir de esta reforma legislativa, y a pesar de sus carencias, todo ha cambiado. Se cuestionan muchas cosas que antes ni se planteaban. Ya no hay estereotipos.

-¿Y tenemos que tener abogado de familia?

-El derecho, como la medicina, es mejor preventivo. Cuando una persona se va a casar se asesora. Qué repercusiones tiene si me caso y cómo me influye eso. ¿Separación de bienes o ganaciales?Hay que saber dónde se mete uno. Nosotros estamos firmando ahora cada vez más contratos prematrimoniales, cosa que antes sólo hacían los americanos, en los que queda acordado cómo se regirán las condiciones de vida si hay una separación, cómo se repartirán los bienes y qué hacer con los niños. Se regula todo y eso evita después muchos conflictos. Sobre todo se asesoran mucho más los que se casan por segunda vez. Ya tienen la experiencia de la que muchos no salieron bien.

-¿Está entonces en alza su especialidad?

-Claro porque un contrato matrimonial no es un papelito del casamiento y una fiesta. Eso tiene consecuencias jurídicas patrimoniales y personales muy grandes. Hace unos años yo tuve un caso en que después de asesorarse con nosotros un hombre decidió no casarse. Ahora siguen siendo amigos y se llevan muy bien, pero cada uno por su lado.

-¿Qué le parecen los matrimonios homosexuales?

-Una pareja tiene que tener los mismos derechos independientemente del sexo. No se debe discriminar. Me reservo el derecho de que la palabra matrimonio sea la idónea. Quizás ha sido innecesario abrir heridas absurdas que se habrían evitado con la creación de una figura específica. Pero eso ya es historia. En España nos enervamos con facilidad, pero en cuanto pasan tres cuartos de hora lo olvidamos.

-¿Y la ampliación de la ley del aborto?

-Me parece una barbaridad. Yo soy contraria al aborto, pero, si tiene que ser, al menos que las niñas decidan como mínimo a partir de los 18 años y no a los 16.

-¿Hay mujeres que realizan falsas denuncias de violencia doméstica para sacar ventajas?

-Es una realidad que no se puede negar. Se utiliza la violencia para conseguir mejores condiciones en el divorcio. Hay que diferenciar. Si un hombre somete y humilla a la mujer con una doble agresión física y psicológica es violencia de género. Otra cosa es si el hombre grita a su mujer y ella le responde igual, eso el Código Penal no lo diferencia y si yo denuncio que mi marido me ha chillado se considera violencia de género. Eso origina algunas sentencias injustas porque se consideran como casos de violencia situaciones que no son tales.

-¿Y al final, los que siempre pierden son los hijos?

-Cuando dos personas que se han querido se van a separar, a veces, el amor se transforma en odio y se ciegan. Por eso es importante que la gente de alrededor y los abogados asesores sepan ponerlos en su sitioHay que tratar de apaciguar los ánimos y explicarles que la ruptura de ellos no significa que tengan que pagar los niños.

-¿Siempre el interés de los menores, entonces?

-Lo que pasa es que se enarbola mucho esta bandera de manera errónea. El interés de los menores es estar con el padre y la madre en condiciones similares. Lo que no puede ser es que se le atribuya a un progenitor la casa y la custodia y a nadie le importe en qué condiciones va a estar el menor cuando va a la casa del otro de visita o de vacaciones. Ni si tiene dinero o no lo tiene. Eso parece que se olvida.

-¿O sea que lo mejor es ir a la custodia compartida?

-Si un padre es correcto y capaz cuando estaba casado, por qué no va a serlo cuando se separa. ¿Por qué un padre (o una madre) van a tener que estar suplicando o pordioseando una tarde o dos tardes a la semana con su hijo?¿Por qué una madre va a estar más capacitada? Si hablamos del interés del menor la continuidad es lo que debe primar en una ruptura.

-¿Eso está cambiando?

-Los juzgados de familia de Málaga están abriéndose cada vez más a esta posibilidad. En Francia ya es el modelo. Hace falta tiempo, pero cada vez es más habitual que te concedan una tarde o dos semanal con el padre que no es custodio.

-¿La crisis multiplica los impagos de pensiones?

-Sí, aunque también hay casos de gente que se aprovecha de la coyuntura para no pagar. Los juzgados de familia tienen que tratar de ser creativos en situaciones así y comprender que la situación ha cambiado. La solución no es hundirnos todos sino tratar de renegociar las condiciones hasta que la situación vuelva a ser como al principio.

-También se dice que con la crisis hay menos divorcios.

-O más, porque la gente cuando hay dinero y la economía está bien se llevan mejor, pero cuando no hay dinero se enfadan. Hay un dicho que dice que cuando la miseria entra por la puerta, el amor se escapa por la ventana.

-¿La lentitud de la justicia afecta más a los casos de familia?

-Los juzgados de Málaga tienen un nivel de rapidez adecuado en divorcios y separaciones. El problema viene cuando se plantean las modificaciones de medidas, algo que ahora se está dando mucho. Es un proceso lentísimo y como tarda en resolverse va agobiando a las partes hasta que se forma una pelota muy gorda. Se arreglaría con algo tan fácil como una comparecencia de las partes para explicar al juez la nueva situación a la que quieren llegar, pero cuesta mucho.

-¿Quiere opinar sobre la separación de la infanta Elena?

-Se ha llevado de maravilla, eso no se ha notado.

-¿Y ahora dicen que quiere la nulidad matrimonial. Ese es un privilegio de los ricos?

-Lo de las nulidades matrimoniales en el tribunal eclesiástico es una leyenda negra que no comparto. Es una materia que me apasiona como letrado rotal de la nunciatura apostólica. El tribunal eclesiástico acoge a personas de muchísimos niveles.

-¿Se piden muchas nulidades?

-Ahora bastantes menos porque la religión ha pasado a segundo plano. Este año se han iniciado más de treinta procesos de nulidad en Málaga. No todos llegan a buen fin, pero no es porque paguen menos.

-¿Qué causas se alegan?

-Para que haya nulidad matrimonial hay que demostrar que cuando se emitió el consentimiento para casarte estaba viciado por algún motivo. No se concede por los problemas del matrimonio. Un motivo típico es el del embarazo prematrimonial. También se alega incapacidad psíquica para contraer matrimonio o que sea una persona que excluye la indisolubilidad del matrimonio, o error en la cualidad de la persona. Es muy complejo y hay que mirar todo esto dentro del contexto del derecho canónico.

-¿Y los problemas de herencias?

-Una herencia destruye una familia. Todos conocemos algún caso de problemas con los cuadernos particionales. Aquí insisto con lo del derecho preventivo. Hay que mentalizarse de que tenemos que hacer testamento y así se evitan problemas.

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