El fiscal acusa a un policía de tener "una ventanilla" para sobornos

El Ministerio Público exige 30 años de cárcel a un subinspector de Marbella por cohecho, detención ilegal y falsedad

Encarna Maldonado / Málaga

29 de mayo 2012 - 01:00

La Fiscalía reclamó ayer 30 años de cárcel para el subinspector Pedro Montero por tener "una ventanilla en la Comisaría de Marbella para recibir cobros ilegales". El Ministerio Público resumió ayer en estos términos su acusación contra el policía, imputado por cohecho, detención ilegal, falsedad y tráfico de drogas.

La tesis que ayer mantuvo el fiscal Carlos Yáñez durante el informe definitivo de esta causa es que Montero estaba a sueldo del dueño del club de alterne Sahara, al que le facilitaba protección e información procedente de las bases de datos policiales e, incluso, se ocupaba de espantarle la competencia, creando operaciones policiales en las que él presumiblemente se ocupaba de colocar la droga.

De acuerdo con la tesis del Ministerio Público el propietario del local pagaba 100 euros al día al agente, o sea 3.000 al mes, de modo que en el periodo objeto de esta investigación, entre 2005 y 2006, Pedro Montero pudo recibir 54.000 euros.

En este escenario el dueño del Sahara, Miloud Bouchaid, también acusado en este procedimiento, "ideó" un plan dirigido a perjudicar al propietario del local El Privé. En este montaje Montero, que entonces estaba destinado en la unidad de violencia de género de la Policía Nacional de Marbella, "engañó" al inspector Federico Millán para que detuviera al dueño de ese club y a una amiga por tráfico de drogas.

En estas circunstancias, el subinspector y Miloud Bouaich "colocaron 49 bolsitas de cocaína" en el domicilio de una amiga del dueño de El Privé y otras ocho en el local que fueron halladas por otros policías gracias a las indicaciones proporcionadas por Montero.

El inspector jefe Federico Millán estaba inicialmente acusado en este procedimiento, sin embargo, la Fiscalía ha retirado en el último momento la acusación al entender que fue un mero "instrumento" que el subinspector "manipuló" valiéndose de su inexperiencia.

La actuación policial contra los responsables de El Privé provocó la detención de dos personas, una de las cuales llegó a estar un mes en prisión antes de que se archivara la investigación.

En esas fechas, además, el dueño de ese mismo local recibió una paliza supuestamente a manos de Miloud Bouaich y otras personas de su entorno y el subinspector "procedió a la detención de la víctima", mientras "ocultaba maliciosamente la identidad de los agresores".

La Fiscalía también acusa a Pedro Montero de dar cobertura con su presencia diaria que "evitaba eventuales intervenciones de otros funcionarios policiales" al fraude de las tarjetas de crédito que presumiblemente se desarrollaba en el Sahara. El Ministerio Público afirma que de forma organizada se seleccionaban determinados clientes, fundamentalmente extranjeros, para realizar cargos a sus cuentas.

El Ministerio Público coloca, además, al subinspector de Marbella Pedro Montero en el centro de una operación que se montó para "engañar" a un fiscal de Ceuta para que instara la expulsión de un extranjero detenido por tráfico de drogas. El fiscal estima que le pidió 30.000 euros para hacer esas gestiones que consistieron en telefonear y visitar al fiscal bajo el argumento de que el detenido era hijo de un confidente suyo. El Ministerio Público concluye que aunque el fiscal no cayó finalmente en la trampa, el acusado llegó a percibir 1.000 euros.

En este procedimiento también está acusado, junto a otras seis personas, el agente Carlos Verón también por prestar protección durante 2004 y 2005 a Miloud Bouaich al que supuestamente informaba de eventuales investigaciones policiales que se dirigieran contra él o personas de su entorno.

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