El nuevo fiscal jefe de Málaga insiste en la falta de medios para ofrecer al ciudadano una respuesta "ágil"
Juan Bautista Calvo-Rubio, que ha tomado posesión de su cargo este martes, ha abogado por recuperar la institucionalidad del Ministerio y el reconocimiento de la sociedad
La Fiscalía de Málaga alerta sobre la falta de personal auxiliar y exige una "inmediata solución"
Recuperar la institucionalidad del Ministerio Fiscal así como la imagen que tiene la sociedad de la entidad, obtener los medios necesarios para ofrecer al ciudadano una respuesta "ágil y adecuada", prestar atención a las secciones territoriales y adaptarse a la nueva era tecnológica son algunos de los propósitos del nuevo líder de la Fiscalía de Málaga, Juan Bautista Calvo-Rubio Burgos.
Tras nueve años dirigiendo la Fiscalía de Málaga, Juan Carlos López Caballero ha sido sucedido por Juan Calvo-Rubio, quien ha tomado posesión este martes acompañado por el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortíz; la fiscal Superior de Andalucía, Ana Tárrago, y representantes de las instituciones judiciales y administrativas de la provincia.
"Ilusionado" por este nuevo reto que afronta tras dirigir la Jefatura de la Fiscalía de Córdoba, Calvo-Rubio se ha definido a sí mismo como "un Pepito Grillo". "Voy a estar siempre pidiendo lo que haga falta para que los fiscales puedan realizar su trabajo con dignidad y los medios que merecen", ha manifestado.
En este sentido, ha señalado que hacen falta medios tanto materiales como personales. Aunque no ha precisado el número de trabajadores exactos que se necesitan pues "hay que hacer una planificación de la plantilla adecuada y tener en cuenta todas las situaciones", ha asegurado que son "muchos".
Asimismo, ha insistido en la falta de personal auxiliar. "Muchas veces los fiscales nos encontramos haciendo labores que no nos corresponde y, no es que no podamos hacerlas, es que si nos dedicamos al trabajo administrativo no tiene ningún sentido, estamos perdiendo la capacidad de dirección y de dedicar tiempo a lo que nos corresponde de verdad", ha indicado.
En esta lista de aspectos a mejorar, el nuevo fiscal jefe de Málaga ha abogado por recuperar la institucionalidad del Ministerio Fiscal, así como el reconocimiento de la sociedad sobre esta entidad. "2.600 profesionales, dedicados en cuerpo y alma, realizan su trabajo con gran esfuerzo y hay que reivindicarlo". Para ello, ha apostado también por mejorar la relación con los medios de comunicación "porque si no somos capaces de dar a conocer lo que hacemos y cómo lo hacemos difícilmente la sociedad lo va a reconocer", ha manifestado.
Prestar "una especial atención" a las secciones de área (Marbella y Melilla) y territoriales (Fuengirola, Torremolinos y Vélez-Málaga) también ha sido una de las apuestas de Calvo-Rubio Burgos. "Estoy seguro de que a veces tienen la sensación de olvido por parte de la Jefatura de la Fiscalía Provincial, por lo que intentaremos solventar esta situación y dedicarnos específicamente a ello".
La adaptación a las nuevas tecnologías también supone un reto en la lista del nuevo fiscal jefe, pues asegura que "esto permitirá realizar mejor nuestro trabajo"; del mismo modo que ocurrirá con la llegada a Málaga de la oficina fiscal.
"Si ahora mismo Málaga es una ciudad emergente, a la cabeza y luchando para que cada vez sea una ciudad mejor donde vivir y traiga mayores inversiones y riqueza, desde la Fiscalía provincial tenemos que ponernos al lado e intentar ser también un referente", ha defendido.
Por su parte, el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, ha ensalzado la figura de los fiscales como "servidores públicos al servicio de los ciudadanos" y ha definido a Juan Calvo-Rubio como un "excelente profesional" y "con capacidad de liderazgo" capaz de suplir las carencias que existen en la Fiscalía de Málaga.
Preguntado por los periodistas sobre la modificación del delito de malversación, García Ortiz ha manifestado que "habrá que ver en qué términos, si se plantea, se plantea esa reforma", por lo que ha preferido no pronunciarse. "Como jurista, en el momento y si es así, que las Cortes Generales dicten o promulguen un nuevo Código Penal, pues será el momento de hacer un análisis jurídico de lo que pueda significar", ha explicado.
Cuestionado sobre si se puede modificar este delito sin tocar el resto del Código Penal, ha señalado que "los códigos penales son, dentro de la arquitectura del Estado de Derecho, de lo que entendemos como aquellos bienes jurídicos que tienen que ser preservados, un equilibrio en sí mismo en todos sus aspectos, desde las penas, la composición y la propia sistemática del código".
Respecto a la reforma del delito de sedición, García Ortíz ha indicado lo mismo: "No hay ni siquiera certeza de que vaya a haber una modificación legislativa, cuanto menos un texto sobre el que poder opinar".
"Somos juristas fundamentalmente, no elucubramos, no formulamos hipótesis. Con los textos jurídicos, con los hechos y con la acomodación de los hechos a los textos es cuando emitimos opiniones, generalmente por escrito y después de reflexionar", ha precisado. "Para formular hipótesis hay otros lugares, otros momentos y, seguramente otras personas", ha añadido.
Respecto a la reducción de condenas por delitos de abusos sexuales, ha asegurado que "no hay dos casos iguales y menos dos casos de agresión sexual iguales", por lo que ha indicado que "las circunstancias que rodean a cada hecho puede significar un aumento o disminución del castigo penalógico, no podemos aislarlo solo en una modificación legislativa".
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