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Flamencos en Fuente de Piedra
El festival rosa ya se puede apreciar en la Laguna de Fuente de Piedra, un humedal conocido por la habitual presencia de los flamencos, que con su reconocido color han hecho que sea un punto de llegada de decenas de personas que quieren verlo, ya que en ese enclave antequerano es fácil poderlo hacer en cortas distancias y sin necesidad de adentrarse en la naturaleza.
Es habitual ver ejemplares de flamencos en las pequeñas lagunas que están situadas en los alrededores del centro de visitantes, que estos días congregaban una importante cantidad de estas aves, permitiendo ver los rituales de cortejo o la búsqueda de comida. También entre los mismos hay flamencos jóvenes que todavía no han perdido su color gris en parte del plumaje.
Además, en estos pequeños lagos hay puntos de observación que hacen que se pueda observar la actividad en la naturaleza sin que la presencia humana la altere, lo que también permite poder captarla en su totalidad, y es que prismáticos y cámara fotográfica son casi imprescindibles en una visita a la zona. No obstante, algunos de los amantes de la naturaleza optan por la simple observación y escucha, y es que muchos son capaces de distinguir la las diferentes especies con solo oírlas, sin necesidad de verlas, ya que el ruido que genera la importante actividad de las diferentes aves también es muy considerable.
“Es todo un espectáculo, merece mucho la pena”, explicaba Antonio Molina, que estos días decidió pasar por el humedal y se sorprendía de la gran cantidad de aves que había a tan solo unos pasos del aparcamiento del centro. Incluso algunos de los visitantes optan por comer frente al humedal mientras observan los movimientos de las aves, con especial atención a aquellos ejemplares de flamencos que deciden arrancar el vuelo y dejan la conocida imagen en el cielo con la postura que adoptan cuando están totalmente extendidos para volar.
Y es que el humedal suele acoger cada año, excepto cuando las condiciones de agua no son adecuadas, a miles de parejas que han elegido este espacio natural como su punto para la reproducción. Además, la presencia de humedales en el entorno hace que sea habitual verlos en vuelo para desplazarse a buscar comida para filtrar sus fondos en busca de alimento.
Tampoco dudan es desplazarse a humedales mucho mayores, como es el caso de Doñana, aunque regresan a Fuente de Piedra, al ser la zona que han elegido como su base durante su estancia en estas latitudes.
Una actividad de reproducción que también hace que llegado el verano se realice en este espacio natural un anillamiento de pollos que hace que más de medio millar de voluntarios se conviertan en unos privilegiados que por unas horas tendrán la oportunidad de estar junto a los flamencos, dentro de la propia laguna, a la que se entra durante la noche y se espera a que amanezca para ir cercano a los flamencos jóvenes que todavía no saben volar para llevarles hasta el corral, en el que también se les pesa, extrae sangre o se les cura en caso de detectar algún tipo de problema.
Una marca que permite a los expertos el poder seguir la evolución de los flamencos nacidos en Fuente de Piedra y los puntos hasta los que se desplazan durante su vida adulta, en la que regresarán al humedal para reproducirse.
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