"La fuente de los colores es uno de los centros de la nueva Málaga"
FUENTE DE COLORES
La fuente de los colores es una obra que José Manuel Cabra de Luna diseñó en colaboración con el arquitecto Ángel Asenjo, localizada en el barrio de Teatinos y construida cuando esta zona de la ciudad recibía a sus primeros residentes. Y justo este lugar es el escogido por este artista, abogado y ex presidente del Consejo Social de la UMA, como su rincón favorito, una rotonda por la que se pasea en coche cada vez que se le presenta la oportunidad. "Siempre que voy en taxi a un sitio cercano, le digo al taxista que pase por aquí", asegura Cabra de Luna, que a veces incluso le cuenta al conductor que él diseñó esta rotonda y hasta algunos de los detalles del proceso.
"Me gusta que la haya bautizado la ciudad o, como se diría antiguamente, el pueblo", comenta Cabra de Luna sobre el nombre final con el que la rotonda se ha quedado y que pasó por varias denominaciones como la fuente de los lápices e incluso de los Teletubbies -coincidiendo con la emisión de la exitosa serie infantil-, para que al final triunfara "el genérico". Alrededor de este popular nombre muchos negocios de la zona han creado su imagen y la ferretería, el asador de pollos e incluso la asociación de vecinos del barrio han utilizado la denominación fuente de colores. En realidad su verdadero nombre es Plaza del Pintor Sandro Botticelli pero pocos lo recuerdan si no son usuarios de la EMT de la línea 14 o si dejan de mirar el panel luminoso del autobús cuando llega a su parada final.
Cuando se inauguró la obra, la entonces alcaldesa de Málaga, Celia Villalobos, habló de esta rotonda tildándola de una nueva puerta de entrada a Málaga, recuerda el creador de la fuente, que no dudó en ese mismo momento en matizar el concepto: "No es una puerta sino uno de los centros de la nueva Málaga", aclaró, para ahora, años más, tarde, reafirmarse en sus declaraciones. "Al nacer un barrio necesita centros y éste ha conseguido ser una referencia en el barrio; creo que es un magnífico final para una obra pública", explica José Manuel Cabra de Luna.
Al crear este espacio de la ciudad Cabra de Luna tenía muy claro que el color iba a ser predominante en la fuente, pero sin que llegara a ser "una degradación de colores sino un juego de contrastes", teniendo en cuenta el público que esta obra iba a tener, los conductores; por lo que la obra se reduce simplemente a "una mirada rápida, casi de soslayo". De hecho, el artista utiliza la frase de Elías Canetti: "Sólo por los colores ya valdría la pena vivir eternamente", para expresar su pasión por el color y recordar que "no tiene por qué estar reducido al mundo de los niños, como si tuviera una categoría social menor". Afortunadamente, asegura Cabra de Luna, la arquitectura está recobrando ese sentido de color que la sociedad mediterránea tenía y cada vez se ven más obras inundadas de color, entre las que destaca en la capital el Palacio de Ferias y Congresos y el nuevo edificio de Ingenierías en el campus universitario.
Su próxima obra para la ciudad, también inundada de color, se instalará en Teatinos, pero justo en el extremo contrario, al final de la ciudad universitaria. Con la colaboración de la Fundación CEM (Cultura, Economía y Medio Ambiente) tratará de un modo abstracto la relación univerisad-empresa y un cubo que representará el mundo empresarial sostendrá una serie de paralepípedos con cada uno de los colores que representan las facultades malagueñas. En conjunto formarán una larga columna a la que el artista ya le ha dado nombre: "La columna del conocimiento".
Pero sus creaciones no se reducen a obras públicas, los libros de artistas son otra de sus dedicaciones, aparte de la de abogado. En ellas, una obra literaria le sirve para establecer un correlato a través de sus dibujos, complementándose texto e ilustración. Además, se encarga personalmente del diseño del libro, de escoger el tipo de papel,... En estos momentos se encuentra inmerso en la elaboración de uno de estos libros, con textos de San Juan de la Cruz, que envolverá en una bolsa hecha con estameña, una tela que le han proporcionado las Carmelitas de Salamanca, con la que ellas mismas se visten.
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