Lleno en las gasolineras ‘low cost’ de Málaga ante la fuerte subida del precio del combustible
Economía
Empresas como Petroprix, Ballenoil o Plenoil tienen ya varias estaciones de servicio en la provincia y planean nuevas aperturas
Venden el litro de combustible hasta 15 céntimos de euro más barato porque no tienen personal ni tienda y sus márgenes son más estrechos
Málaga/Las gasolineras baratas tienen colas cada vez más largas de coches en Málaga esperando para repostar. La razón es bastante sencilla. Su precio es en torno a 15 céntimos de euro por litro más barato que las gasolineras de marcas tradicionales. Teniendo en cuenta que el barril de petróleo cuesta más de 100 dólares y que los conductores están pagando hasta dos euros por litro, el ahorro es considerable: unos 400 euros al año.
¿Cómo es posible que haya tanta diferencia? Manuel Jiménez, presidente de la Asociación Nacional de Estaciones de Servicio Automáticas (Aesae), asegura que “no hay gato por liebre” sino que se basa en un modelo cuyos costes operativos son mucho más baratos. “En nuestras estaciones no suele haber personal, necesitan una inversión menor porque ocupan menos espacio al no disponer de tiendas o lavaderos, y trabajamos con márgenes menores como estrategia de penetración”, explica el presidente de esta organización.
Otra patronal del sector es la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), de la que forman parte grandes multinacionales como BP, Cepsa, Repsol, Eni o Galp. Fuentes de AOP no niegan, lógicamente, la gran diferencia de precio que tienen sus estaciones con las gasolineras low cost aunque lo justifican en que prestan más servicios. “El nuestro es un modelo de negocio distinto. Apostamos por el servicio al cliente dando, además del repostaje, una tienda, restaurante, lavado, taller... Eso crea muchos empleos e implica un coste mayor”, indican.
La diferencia de precio es evidente y la pelea entre ambas patronales está en la calidad del combustible. En la AOP afirman que sus empresas “añaden aditivos especiales al combustible que son mejores para los motores y eso supone un sobrecoste”. El presidente de la patronal de gasolineras baratas, por su parte, afirma que “no existe diferencia de calidad porque no se puede demostrar que esos aditivos extra son realmente mejores para los vehículos”. Las gasolineras low cost compran su combustible en los almacenes de CLH, el principal operador logístico de hidrocarburos del país, por lo que está homologado y autorizado por el Gobierno.
Las empresas propietarias de gasolineras baratas se han ido implantado en la provincia de Málaga en los últimos años y tienen planes considerables de expansión, aunque aseguran que no pueden hacerlo más porque las administraciones, especialmente algunos ayuntamientos como el de Málaga capital, le están poniendo trabas.
Tres de las marcas más activas son Plenoil, Petroprix y Ballenoil. Plenoil entró en Málaga en octubre de 2020 con la apertura de su primera gasolinera en Alhaurín de la Torre. A lo largo de este tiempo ha abierto cinco más en Algarrobo, Fuengirola, Torremolinos y dos en Antequera. En el primer semestre de 2022 quiere inaugurar otra en Mijas. “Málaga es una provincia muy relevante dentro de la expansión de Plenoil, aunque nuestro crecimiento en la zona se está produciendo de manera más lenta de lo que nos gustaría debido a las dificultades para obtener una licencia en esta provincia”, explica José Rodríguez de Arellano, CEO de Plenoil.
Manuel Jiménez, presidente de Aesae, añade que las empresas “están apostando por crecer en Málaga porque van a zonas donde hay camino por andar y en esta provincia la cuota de mercado de las gasolineras low cost es de apenas el 15%, en torno a la media española”. Jiménez asegura que en países como Dinamarca alcanzan un peso del 60%.
Ballenoil ya tiene 9 estaciones de servicio en la provincia malagueña (dos en Benalmádena, dos en Estepona, Cártama, Coín, Fuengirola, Nerja y Vélez Málaga). Fuentes de esta empresa señalan a este diario que prevén levantar otras 8 en Marbella (dos), Torremolinos, Antequera, Cancelada, Málaga, San Pedro Alcántara y Benahavís “más nuevas que van surgiendo por lo que queremos duplicar nuestra presencia en la provincia en los próximos años”.
En Petroprix el departamento de expansión también tiene muchos planos sobre la mesa. En estos momentos cuentan con un total de 8 gasolineras en Antequera, Vélez Málaga, Benalmádena, Coín, Mijas y tres en Málaga capital (en el polígono San Luis, en el polígono Santa Bárbara y en la avenida Ortega y Gasset). “Estamos trabajando además para abrir otras cuatro en la provincia malagueña”, apuntan desde la compañía.
El precio del combustible está por las nubes pero eso no quiere decir que las empresas se estén forrando, al menos, las pequeñas. “Estamos renunciando prácticamente al margen ante la constante subida del precio del combustible para intentar repercutirlo así lo más tarde posible en nuestros clientes”, afirman desde Petroprix.
La forma de captar y retener clientes de las gasolineras low cost es, precisamente, teniendo precios mucho más bajos que la competencia tradicional. Por otra parte, dentro de las grandes petroleras hay dos tipos de estaciones de servicio. Las que son propiedad de las multinacionales y que no se preocupan en exceso por tener precios altos porque compensan los resultados en la totalidad del grupo a través de sus economías de escala, y las que son franquicias, es decir, gasolineras que tienen una marca bandera de una multinacional pero que pertenecen a un empresario particular. Éste sí tiene que intentar ajustar más sus precios para no perder clientela, sobre todo si las gasolineras cercanas son más baratas.
En cualquier caso, el gran beneficiado de la subida del precio del combustible es, según detalla Manuel Jiménez, el Estado ya que la mitad del importe de cada litro corresponde a impuestos. “Los conductores les estamos llenando las arcas al Estado”, expone el presidente de Aesae.
Repostar es más barato o más caro en función de la gasolinera a la que se vaya, pero, en líneas generales, el precio sigue desorbitado y no hay visos de que cambie. “El precio del combustible está alcanzando máximos históricos y el conflicto entre Rusia y Ucrania no ha hecho más que agravar la situación. De hecho, desde que estalló el conflicto, el 24 de febrero, el precio de la gasolina ha subido un 15,6% y el diésel un 22,7%. Esta tendencia alcista se mantendrá en el futuro más inmediato”, afirma el CEO de Plenoil.
Hay consenso entre el resto de operadores. Desde la patronal AOP señalan que “veníamos de precios sostenidamente altos y la invasión los ha tensionado más. Es imposible saber hasta cuánto pueden subir porque hay mucha incertidumbre y volatilidad en los mercados internacionales”. “Estamos viviendo una situación que algunos expertos comienzan a compararla con la crisis del petróleo de 1973 y no sabemos a ciencia cierta hasta cuándo durará”, explican fuentes de Ballenoil, mientras que desde Petroprix explican que “lamentablemente es posible que los precios altos se queden a largo plazo”.
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