Así son las gaviotas 'raras' que visitan Málaga: longevas, ‘duras’ y tras la pista de lugares seguros
Una curiosidad es la de la necesidad de verse al final del día
Las gaviotas 'raras' que visitan Málaga
Málaga/Aunque son muchas las curiosidades que podrían contarse sobre las gaviotas que visitan ocasionalmente los cielos malagueños, su longevidad, la adaptación a medios extremos y la necesidad de buscar lugares seguros, constituyen quizás lo más destacado de estas aves llegadas de lugares muy lejanos. Al respecto de su longevidad, se conoce a una gaviota del Báltico de 32 años y dos meses que fue anillada en 1976 y observada por última vez en Finlandia en 2008. Un ejemplar de gaviota argéntea, otra de las que ocasionalmente visita Málaga, fue capturada accidentalmente en una red de pesca en Holanda con 34 años y 9 meses, mientras que una gaviota del Caspio fue observada cuando tenía casi 32 años. Esto da idea de cuánto pueden vivir en general las gaviotas si disponen de un hábitat adecuado y alimento suficiente.
Esta longevidad no sería posible sin determinadas adaptaciones fisiológicas al frío de las altas latitudes de donde proceden, o a las condiciones ambientales de sus áreas de invernada. Para combatir las bajas temperaturas de las aguas y el hielo, estas aves desarrollaron un sistema de intercambio de calor contracorriente entre venas y arterias en las patas que les sirve para ayudar a mantener la temperatura del cuerpo caliente. Este sistema hace, por un lado, que se pierda poco calor a través de las patas, y por otro, que el frío no llegue al interior del cuerpo. A lo largo de toda la longitud de sus extremidades existe un gradiente térmico entre la parte más fría, la correspondiente a los dedos y la más cálida en la parte de la pata más cercana al cuerpo.
Por eso, es habitual verlas posadas sobre superficies que se calientan mucho con el sol; espacios como cubiertas metálicas o arena de las playas. Además, las áreas de invernada han jugado un papel adaptativo importante en la coloración del plumaje de las gaviotas. Este sería el caso de la gaviota sombría del Báltico, la cual tiene un dorso muy oscuro para contrarrestar los efectos dañinos de la luz ultravioleta del sol sobre el plumaje en sus áreas de invernada africanas donde la luz solar es muy intensa, a pesar de reproducirse en latitudes muy altas.
Otra curiosidad de estas gaviotas raras que visitan ocasionalmente Málaga y que comparten con el resto de congéneres, sería la de la necesidad de verse al final del día en algún lugar. Este comportamiento se debe a la llamada teoría de los Centros de Información, por la cual, numerosos individuos de la misma especie se congregan en un espacio determinado con la finalidad de observarse y compartir información útil para su supervivencia. Mediante este tipo de reuniones, gaviotas que han tenido un mal día de alimentación pueden detectar, por ejemplo, a otras gaviotas que sí han tenido un día provechoso y unirse a ellas al día siguiente en la búsqueda de alimento.
Esto se puede percibir muy bien en el puerto malagueño, tanto en las aguas de las dársenas como en cualquiera de las muchas estructuras del recinto portuario. Miles de gaviotas posadas de forma simultánea que, durante horas a nuestra vista no parece que hagan nada, y que se están relacionando entre sí de una forma oculta a nuestros ojos.
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