"Me guardé el carrete en el zapato durante varias horas"

Manuel Pérez Barriopedro, autor de la famosa imagen de Tejero en el atril del Congreso de los Diputados, revive el 23 de febrero de 1981

El reportero gráfico Manuel Pérez Barriopedro, ayer.
El reportero gráfico Manuel Pérez Barriopedro, ayer.
Celina Clavijo Málaga

26 de febrero 2014 - 01:00

Han transcurrido más de tres décadas desde el fallido intento de golpe de Estado en España, ocurrido el 23 de febrero de 1981, pero su recuerdo, para algunos, sigue vivo, casi intacto. Es el caso del veterano reportero gráfico Manuel Pérez Barriopedro, que aún conserva en su memoria los detalles de una jornada que, posteriormente, le permitiría alzarse con el premio World Press por la mejor fotografía del año. "Me acuerdo perfectamente de ese día. Tengo aquellas imágenes grabadas a fuego. No sólo no se me olvidan, sino que creo que tampoco se deben olvidar; es un hecho que hay que tener presente", expresó el fotoperiodista, que ayer acudió a la capital de la Costa del Sol como miembro del jurado del certamen Un año en fotos, organizado por la Universidad de Málaga y La Térmica.

Según su testimonio, la tarde de aquel fatídico lunes se presentaba "aburrida y monótona" para todos los que esperaban la votación de cara a la investidura del candidato a la presidencia del Gobierno. Unas voces, sin embargo, rompieron la calma. A las 18:20 -detalló- en el exterior del hemiciclo, que permanecía cerrado para que no se alterara el voto, se escucharon ruidos poco comunes. Manuel, entonces, dirigía su cámara hacia una puerta del hemiciclo cuando irrumpió un guardia civil con metralleta en mano. "Vi aparecer un tricornio y un uniforme. Inmediatamente me di cuenta de que era el teniente coronel Tejero. Para nosotros era una persona conocida porque ya había estado implicado en movimientos anteriores, como la Operación Galaxia", relató el fotoperiodista, que no dudó en pensar que lo que estaba ocurriendo era "un golpe de estado".

Fue en ese momento cuando entendió que aquello "había que conservarlo de alguna forma". "Sacrifiqué seguir haciendo fotos para salvar lo que había hecho hasta entonces. Rebobiné a mano; me dio tiempo a sacar el carrete después de oír los disparos. Lo mantuve en la mano durante horas, buscando un lugar en mi cuerpo donde poder esconderlo. Lo guardé en el zapato hasta que nos dejaron salir a las 22:30", explicó el reportero galardonado.

Sin embargo, hasta bien entrada la madrugada, una vez que salieron los periódicos, no tuvo consciencia de la repercusión que había originado su trabajo. Era el único que había logrado obtener una imagen del instante en que el teniente coronel levantaba la mano mientras profería el ya conocido "¡Quieto todo el mundo!" desde la tribuna del hemiciclo. "Había unos 30 ó 35 fotógrafos más, podía haber sido cualquier otro. El éxito estuvo en sacar el carrete aquella misma noche. Yo sabía que algo había hecho, pero no podía visionar las imágenes como ahora", precisó.

La importancia que el reportero otorga al intento fracasado de golpe de Estado de 1981 es tal que considera "una tomadura de pelo" el falso documental dirigido por el periodista Jordi Évole al respecto y emitido el pasado domingo en La Sexta. "No se puede jugar con la historia y hacer una frivolidad. Como sigamos así, se puede pensar que hasta la Guerra Civil fue falsa", aseveró el fotógrafo. Y es que, en su opinión, "las dos generaciones que han pasado en estos 33 años pueden estar pensando que el 23-F no sucedió". "Ha sido un absurdo jugar con la historia. La credibilidad del Periodismo se ha puesto en duda", denunció. De hecho, el reportero fue, según reconoció, uno de los que llegó a pensar "que algo había ocurrido aquella jornada" sin el que él lo supiera. "Recibí varias llamadas durante el transcurso del programa. Estaba alucinado", destacó el fotógrafo, convencido de que "se sabe mucho o casi todo" de lo acontecido el 23 de febrero en el Congreso de los Diputados, aunque todavía existen "lagunas que con el tiempo se irán descubriendo".

Manuel, que fue reportero de la Agencia Efe y que se retiró de la vida activa del Periodismo hace ocho años, lleva siempre una cámara compacta colgada en su cinturón. Cree que, aunque con las nuevas tecnologías se ha avanzando "en técnica y rapidez", a su vez se ha perdido el "ingenio" del fotoperiodista, dado que ahora "casi todo" corre a cargo de los aparatos digitales.

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