Guateque, un viaje gastronómico y artístico desde Málaga a un país distinto cada mes

Un grupo disfrutando de una jornada gastronómica de la mano de Guateque. / Carlos Guerrero

Málaga/Un ocio diferente, una manera distinta de entender la gastronomía e incluso las reuniones sociales. Un espacio donde amigos, conocidos y extraños se permiten el lujo de cruzar miradas mientras degustan un exótico plato elaborado con el cuidado de una pieza de orfebrería.

Música que marida e incluso obras de arte que dan el contexto a un punto del mundo muy concreto. Guateque es todo esto y mucho más, pero sobre todo es la idea romántica de dos amigos que han querido traer un recreo novedoso a una Málaga que, a base de derrumbe, se está construyendo una nueva personalidad.

Guateque surge en el verano de 2023. Ernesto Ramírez y Jorge Valriberas pasaban momentos vitales similares y ambos querían dar un giro a sus vidas. Jorge había sido cocinero durante muchos años en diferentes partes del mundo y a Ernesto siempre le había perseguido el fantasma de la promoción de fiestas y eventos. De esta unión y de “querer traer un plan variado a la ciudad” nació este proyecto.

Ernesto y Jorge, fundadores del proyecto / Carlos Guerrero

Guateque es un Pop UP!, un evento temporal que se organiza en un lugar puntual, centrado, en este caso, en la gastronomía. Con una periodicidad mensual, Ernesto y Jorge preparan fiestas temáticas en torno a un país, preparando un menú degustación de la cocina correspondiente e intentando que tanto la música del evento como el arte que se expone en las paredes te transporte a esa parte del mundo.

En esta ocasión le ha tocado el turno a Corea, y así lo reflejaban el kimchi casero, el gimbap y el estridente k-pop que ambientaba el espacio de Ocoa, en Lagunillas. Con el lleno colgado, Guateque se siente orgánico, como una verdadera propuesta que da aire a la agenda de la ciudad.

Un concepto bastante novedoso en Málaga que, sin embargo, “tiene unas raíces bastante tradicionales”, afirman sus promotores. “Nuestra idea era recrear los guateques de la época de nuestros padres donde se reunían varios amigos y la idea era comer y beber bien en un ambiente social donde todos interaccionaran con todos. De ahí que no pongamos sillas, para evitar la separación grupos y que todo el mundo esté haciendo contacto visual”, cuenta Ernesto.

/ Carlos Guerrero

Vemos cómo en Málaga han surgido estos últimos años numerosas propuestas de ocio alternativas que antes solo existían en las grandes capitales. Tenemos las conocidas Fiebre Club o Recreo, y Guateque viene a aportar su propio “granito de arena” para demostrar que “la cocina no es solo sentarse en un restaurante” y que hay otras formas de disfrutarla.

Málaga hace tiempo que perdió su identidad, y para lo bueno y lo malo, las nuevas generaciones le estamos creando una nueva personalidad con los eventos y propuestas que traemos”, asegura con seguridad Ernesto.

Definen su creación como “un club social gastronómico que también tiene luces de suceso cultural”. De hecho la idea inicial era que en Guateque la comida tuviera el mismo peso que la propuesta artística que se ofertara de cada parte del mundo, sin embargo, el presupuesto limitado con el que cuentan hace que el menú que preparan sea el protagonista del día. Y, oye, no les va mal.

“Me hubiera encantado pinchar música en directo mientras se prepara el menú o, en su defecto contratar a un DJ, pero por ahora tiramos de playlist temáticas ante la falta de manos en la cocina”, cuenta Ernesto. La música es un elemento que miman tanto como los propios platos que ofertan, e intentan hacer una combinación de sonidos folclóricos y contemporáneos de cada país para ofrecer una experiencia inmersiva.

Preparación de las alitas picantes coreanas / Carlos Guerrero

A pesar de ser dos personas experimentadas en las cocinas, la peripecia de traer un menú tan diferente cada mes requiere de una preparación y un estudio previo que a veces les trae de cabeza.

“Es verdad que he tocado muchos palos a lo largo de mi vida y tengo un conocimiento general de muchas gastronomías del mundo, pero aun así necesitamos asesorarnos muchas veces. Al final lo que hacemos son adaptaciones de los platos de Tailandia o México, por ejemplo, hechos al paladar occidental. En ese sentido intentamos llevarlo todo a nuestro terreno”, analiza Jorge.

A grandes rasgos Guateque es una fantasía, un caramelo para los amantes del ocio alternativo. Sin embargo, todo esto tiene un coste. Los menús degustación del evento suelen rondar entre 25 y 30 euros, bebida no incluida, con una oferta de entrante, dos platos principales y un postre.

“Sabemos que el menú no es barato y que estamos excluyendo a una parte del público que no se lo puede permitir como estudiantes o personas con sueldos más precarios, pero es la única forma de hacer algo de la calidad que ofertamos”, manifiesta Jorge.

El target del evento es un público más maduro que disfruta de la gastronomía y que no le importa darse un capricho de vez en cuando, pero sobre todo está destinado a “personas a las que les guste ir a espacios a socializar”, puntualiza Ernesto. La comida, la música y el buen vino son solo una excusa para el fin último con el que se ideó Guateque, ser un punto de interacción social.

Ernesto preparando el menú coreano de Guateque / Carlos Guerrero

El proyecto va creciendo despacio pero con pasos firmes, y prueba de ello es la asociación que han hecho para este último evento con el Festival Moments que les ha puesto en el punto de mira y les ha dado un patrocinio de Cervezas Alhambra “que no nos ha venido nada mal”.

Aunque a veces se sientan pequeños en carteles “con artistas que nos dan mil vueltas” y tengan el síndrome del impostor, Jorge y Ernesto ambicionan mucho más. Tienen un carro de ideas bastante copioso. Su próxima aventura pasa por traer la comida tradicional española a su espacio, aunque aseguran, es el menú más arriesgado que pueden hacer. “Es difícil encontrarte un comensal que te critique la preparación de un plato tailandés, pero presentarte en Málaga con un gazpachuelo mal hecho es un pecado que no podemos cometer”, cuentan entre risas los dos socios.

Guateque es un proyecto que nació como el vástago de dos amigos que vieron una idea fuera y quisieron aportar su visión para traerla a Málaga. No sabían hasta dónde iban a llegar ni qué pretensión seguían con esto, pero tras hacer casi lleno en los cinco eventos que llevan hasta la fecha, Ernesto y Jorge tienen claro que quieren seguir. “Esto es algo muy bonito para dejarlo, ojalá algún día Guateque se convierta en una marca importante y podamos vivir de ello”.

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