Del hacker que logró 50.000 euros al falso banquero: las ciberestafas dejan 32 denuncias al día en Málaga
Los timos por internet crecen un 81% desde 2019 con casi 12.000 casos en 2022
Interior incluye por primera vez la ciberdelincuencia en el balance anual de criminalidad
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Tenía solo 26 años y ya había logrado hacerse con un botín que superaba los 50.000 euros. Una de sus víctimas denunció que habían abierto a su nombre hasta cinco cuentas bancarias sin su consentimiento. La investigación acabó con la detención en Málaga del presunto hácker, acusado de acceder de forma maliciosa a datos de facturas pendientes para desviar los cobros a otras compañías que manejaba el entramado. No fue el único fraude detectado. La Policía también arrestó a otro cibercriminal que, haciéndose pasar por una entidad bancaria, enviaba SMS masivos y advertía a sus víctimas de que deberían afrontar elevados cargos si no cancelaban, de inmediato, una operación para hacerse con las claves de su cuenta. El presunto cabecilla del grupo criminal, de17 años, vivía en Marbella y se había fugado de un centro de menores. Desde fuera, había diseñado una sofisticada trama que llevaba las estafas por internet a un nivel poco habitual, llegando incluso a hacer uso de wallets de criptomonedas para manejar el dinero que se embolsaba ilegalmente y evitar que se le siguiera el rastro.
En Málaga, durante 2022 se denunciaron cada día una media de 32 estafas informáticas, según se desprende del último balance de criminalidad en el que el Ministerio del Interior ha incluido por primera vez la ciberdelincuencia. Los timos por internet han experimentado un enorme crecimiento en los últimos años. La pandemia del Covid-19 ha acelerado el auge del cibercrimen, ya que ha impulsado el uso del teléfono móvil y otras tecnologías de la información para hacer cualquier gestión. Durante el ejercicio pasado, cuando en la provincia aumentaron prácticamente todos los delitos, hubo una subida significativa en el capítulo telemático. Los delitos informáticos subieron un 33% entre 2021 y 2022 y, más de un 87%, en los últimos tres años.
Hubo un total de 11.902 estafas detectadas a través de internet. El anterior cerró con 8.894, mientras que en 2019 esa cifra se había situado en los 6.550. De las casi 12.000 denuncias, la gran mayoría eran estafas, 10.278, más de una treintena al día. Un tercio de los delitos informáticos se registraron en la capital, con 3.666 casos. En 2021 fueron 2.745 y en 2019 se quedaron en 2.140.
A pesar del incremento de la ciberdelincuencia, la criminalidad convencional sigue siendo la más habitual. Así, el total de delitos registrados en Málaga capital a lo largo de 2022 fue de 28.277. La previsión, no obstante, es que las ciberestafas sigan creciendo en los próximos años, dado el cada vez más extendido uso de los teléfonos móviles y sus aplicaciones.
Las continuas campañas, advertencias y recomendaciones a la ciudadanía que se lanzan para prevenir posibles delitos on line han llevado a elevar el nivel de estas estafas y a hacerlas mucho más refinadas. Y ejemplo de ello fue la operación policial que en 2022 permitió desarmar una organización internacional que habría estafado más de 3 millones de euros. Los cibercriminales publicaban en Internet anuncios falsos de venta de vehículos de segunda mano, con los que captaban la atención de las víctimas y les solicitaban un pago por adelantado. Una vez recibido, desaparecían sin dejar rastro. Hubo nueve detenidos, tres de ellos en Málaga y otros seis en Rumanía.
Las estafas también se disparan en Andalucía
En Andalucía, la cibercriminalidad también subió un 98,9%, según recoge el informe de Interior, en el que se destaca el incremento de un 112,7% del número de estafas informáticas; mientras que, a nivel nacional el aumento de estas infracciones penales ha supuesto un crecimiento del 74,1%.
La criminalidad durante 2022 en la provincia malagueña no solo no mermó, sino que superó los niveles prepandemia, con un incremento del 14,9% y un total de 91.971 infracciones penales frente a las 80.057 de 2019. Los delitos registrados en 2021 fueron 76.049, por lo que el aumento con respecto al pasado es aún mayor, concretamente del 20,9%.
Cuatro violaciones cada día
Esta subida de la criminalidad se refleja en casi todos los delitos penales. Llama especialmente la atención el incremento de agresiones sexuales con penetración con un total de 91, lo que supone un crecimiento del 85,7% con respecto a 2021 -donde hubo 49- y de un 116,7% si se compara con 2019, año anterior a la pandemia y en el que se contabilizaron 42. En este sentido, el departamento liderado por Fernando Grande-Marlaska reconoce que el incremento de los delitos contra la libertad sexual -de los que quedan excluidos los computados de manera on line- continúa en una tendencia de fuerte aumento iniciada, sobre todo, a partir del año 2014. Un hecho que lo relacionan, en parte, con las activas políticas de concienciación y de reducción de la tolerancia social y personal frente a este tipo de hechos delictivos y que "se traduce en una mayor disposición de las víctimas a denunciar" y a "poner sus casos en manos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad" (con una tasa de esclarecimiento en torno superior al 80%). De esta manera, se reducen los niveles de infradenuncia que han podido y pueden existir en relación con estos tipos penales.
Los bancos, obligados a evitar el ‘Phishing’
Cada vez es más frecuente recibir mensajes de advertencia de las entidades bancarias de posibles ataques de Phishing, ofreciendo recomendaciones y ejemplos para detectarlos. El Phishing (que proviene del inglés fishing: pescar) es un tipo de estafa fraudulenta empleada por ciberdelincuentes para conseguir que el usuario pique el anzuelo y revele información personal confidencial como contraseñas bancarias o información de tarjetas de crédito. El usuario afectado no suele ser consciente de la estafa hasta que no recibe una comunicación bancaria de transferencia o movimiento bancario dudoso o de abultado importe o, en el peor de los casos, una comunicación policial. Los bancos están obligados a prevenir estos ataques a sus clientes, así como responder de las consecuencias económicas.
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