Viaje en Metro al pasado oculto
Principales hallazgos arqueológicos del Metro de Málaga
El ferrocarril urbano ha sacado en su avance varios hitos arqueológicos de consideración, destacando el de la muralla almohade de Callejones del Perchel
El Metro de Málaga es un descubridor inigualable. La rudeza y contundencia de las máquinas pantalladoras, cucharas de acero que muerden desde mediados de 2006 el hormigón de las calles de la capital de la Costa del Sol, no esconden un perfil único como rescatador del pasado.
En una obra de ya casi 700 millones de euros invertidos, un pellizco de consideración, del orden de 20 millones, se relaciona con la labor de excavación arqueológica, mantenimiento y conservación de los muchos restos hallados en el lento avance de la infraestructura. El reciente traslado del muro Este del fuerte de San Lorenzo, último hito encontrado en el lateral norte de la Alameda Principal, es fiel exponente del papel del Metro como garante del patrimonio enterrado.
20 millones de euros
Es la inversión acumulada desde mediados de 2006 en los trabajos de conservación y mantenimiento arqueológico
Aprovechando este último movimiento, este periódico hace un viaje por los principales reclamos arqueológicos sacados a la luz en la gran obra. Y lo hace de la mano de Ana Arancibia, responsable de Taller de Investigaciones Arqueológicas, vinculada al suburbano desde sus orígenes. Esta experta advertía ya años atrás del valor del suburbano, al "dar mayor conocimiento y contundencia a la historia de Málaga, para dotarla de personalidad". "Los descubrimientos que se están haciendo hacen que la historia sea más contundente; una obra pública que ayuda a que la arqueología, que es un bien de dominio publico, también salga a la luz", añadió.
Cada paso dado por el Metro ha abierto la puerta a nuevos conocimientos sobre el pasado de la urbe. Los alfares encontrados en la Avenida Juan XXIII; los alfares musulmanes al exterior de la muralla, junto a Renfe; la muralla almohade en Callejones del Perchel... El repaso es numeroso.
Alfar de Carranque/ Avenida Juan XXIII
En 2010 se documentaron estructuras arqueológicas en la Avenida Juan XXIII. El origen de los restos se remonta al siglo VI a. C., relacionados con la industria del metal, si bien hay que esperar a época púnica (siglo IV a.C.), para la localización de edificaciones. Aparecen estructuras de almacenes de los que conservamos su cimentación de mampostería unida con barro. Se trata de un área que siguió teniendo en uso en época romana (siglo I a C). En las excavaciones fueron localizados restos de vertidos cerámicos relativos a una zona de alfares cercanos, que los expertos relacionan con el yacimiento conocido como alfar de Carranque. El área siguió usándose en el siglo I y II d.C.
Necrópolis romana/ calle la Unión
La documentación de una necrópolis romana en calle la Unión, en la esquina con Santa Marta, se produce como resultado de los trabajos de diagnosis. Esta necrópolis se componía de 15 enterramientos de inhumación en fosas excavadas en las arcillas. Todos los enterramientos son inhumaciones, en posición decúbito supino con las extremidades superiores extendidas a lo largo del costado o junto a las caderas, las extremidades inferiores aparecen extendidas en paralelo; salvo en uno de los casos que constituye un osario de un individuo.
Las cubiertas documentadas responden a varias tipologías, destacando la cubierta de doble vertiente con el uso de tégulas, en general un número de tres, pero también se documentan de cuatro, dos y una. Se evidencia el uso de cubierta plana con ladrillos o tégulas apoyadas en el mismo nivel donde realizan la fosa. Documentamos dos momentos de ocupación de la necrópolis, materializada en las orientaciones en que se disponen los enterramientos de cronología altoimperial.
Almacenes romanos/ calle Sta. Marta
Se documentan estructuras arqueológicas que ratifican la presencia de un entramado de muros de mampuestos formando estancias, que se interpretan como almacenes. Los arqueólogos relacionan estas estructuras con áreas de almacenaje, quizá relacionado con los hallazgos conocidos en el Paseo de los Tilos. Son restos de época romana, concretamente altoimperial.
Almacén Romano/calle la Unión
En calle La Unión, esquina con calle Reboul, se localizan restos que pertenecen a una estructura realizada con mampuestos y fragmentos cerámicos, adscrita a época romana. Se registran materiales anfóricos, producciones de la segunda mitad del siglo I d C. Probablemente fue un estructura de uso agropecuario.
Camino islámico y muro perimetral de calle Muñoz Rojas- Mendívil.
En este punto fue localizado un camino de salida de la ciudad, compuesto por un pavimento realizado a base de arcillas y fragmentos cerámicos machacados y compactados. Bajo este nivel de uso, se registró una estructura muraria de más de 130 metros, construida en mampostería y conservada a nivel de cimentación y apenas alzados. Su construcción se reforzaba por la presencia de una serie de pilares de ladrillos en varios puntos. Constituye una estructura continua a excepción de una zona de entrada o puerta de acceso. Probablemente corresponde al muro perimetral de una almunia islámica, amortizada ya en el siglo XIII para la construcción del camino anteriormente mencionado.
Necrópolis islámicas y cristiana/ Mendívil
El rebaje de la zona permite localizar varios enterramientos. En un principio estos se vincularon con la existencia en las proximidades de la necrópolis islámica en la Avenida de las Américas, documentada dentro del contexto de la ejecución de las obras del Metro. Sin embargo, el registro de los individuos depositados en posición decúbito supino, con las piernas estiradas y las extremidades superiores flexionadas sobre la zona abdominal. A esto se sumó un ajuar en uno de ellos, lo que indica un ritual cristiano, siendo diferenciado de la necrópolis islámica. Se constataron 15 inhumaciones en fosa simple, sin que se localizaran restos de estructuras funerarias asociadas a estos enterramientos. Tres se identifican como individuos infantiles y los restantes a individuos jóvenes-adultos, con una media de 25-35 años.
Necrópolis nazarí/ Avenida de las Américas
Se define la ocupación de una necrópolis en la zona más meridional de Avenida de las Américas, lindando con la Explanada de la Estación, ubicado extramuros del arrabal y amortizando parte de las estructuras del área industrial que se construye en esta zona. El área de necrópolis documentada ha consistido en la exhumación de 55 enterramientos individuales mediante excavación de una fosa simple, donde se disponen los individuos en posición decúbito lateral derecho con orientación S-E. Por su tipología y localización, la cronología de la necrópolis corresponde a época nazarí, probablemente que inicia su uso avanzado el siglo XIII.
Complejo alfar almohade/ Avenida de las Américas y plaza de la Solidaridad
La configuración de la zona extramuros del arrabal, parece estructurarse ortogonalmente, a través del eje del camino que constituye la salida del barrio. En la zona norte cabe señalar la escasa conservación de los restos arqueológicos a nivel de cimentación, y que constituyen viviendas. Al sur del camino, en dirección a poniente, se documentan viviendas con mejor estado, aunque siempre a nivel de cimentación. Repiten el esquema de patio central que vertebra la vivienda. Las técnicas constructivas se encuadran en pleno siglo XII.
Su arquitectura se caracteriza por alineaciones de muros que definen espacios interiores amplios y organizados ortogonalmente, con la presencia de numerosas estancias que podemos definir como patios o áreas de espacios abiertas, identificados por la presencia de pozos.
Varios edificios jalonan el área industrial del que destacamos uno de mayor tamaño, en el que localizamos la mayoría de los elementos de producción reconocidos en el alfar. Los elementos más representativos son hornos excavados en las arenas litorales, que constituyen las cámaras de combustión de estos. Además, se documentan otros elementos de producción de los alfares como zonas de tratamiento de las arcillas para su acopio y posterior decantación, áreas de depósito de combustible y elementos imprescindibles para la elaboración de cerámicas, zonas de torneado, espacios de secado y almacenaje de piezas, etc.
En este enclave se localizan edificios que organizan un total de seis hornos de producción cerámica, asociados a zonas de almacenes donde se produce el material constructivo necesario para el desarrollo del arrabal, como ladrillos y tejas, además de cerámica. Destaca la documentación de cerámica vidriada almohade.
Camino de salida del arrabal islámico/ plaza de la Solidaridad
Se localiza el área ocupada por el arroyo del Cuarto, que probablemente con carácter estacional recorría la zona, atravesando el vial de salida de la ciudad con orientación NE-SW. Se han documentado varios niveles de suelos, que probablemente constituyen reparaciones a partir de las crecidas del citado arroyo. Los arqueológos asociaron la amortización final del camino con material islámico de finales del siglo XIII, construido con nivelaciones de material de desecho cerámico. Este camino se articula en un eje de NE-SW, constatado en la traza en varias zonas prolongándose en dirección hacia la actual Paseo de los Tilos.
Muralla y puerta del arrabal almohade de Attabanim/ el Perchel
La excavación en extensión desde el sur de Callejones del Perchel hasta la Avenida de Andalucía realizada hasta la fecha ha supuesto la documentación de la zona sur del arrabal de Attabanim, se presenta como un gran arrabal marítimo, situado al S-W de la ciudad y separado de la medina por el río Guadalmedina. Su ubicación está ligada a la salida de la ciudad hacia el Oeste.
El elemento clave que condiciona el urbanismo interior del arrabal es el recinto fortificado donde se inscribe la urbanización, que se documenta con un lienzo de muralla donde se inscribe una puerta en recodo desde donde parte el vial principal. En el urbanismo planificado se ordena primero lo público para luego descender a lo privado.
Los viales se articulan longitudinalmente y transversalmente al principal, por lo que el esquema de tipología urbana se define como ortogonal. La organización de los espacios sugiere la construcción exnovo de su urbanización y una planificación previa. El eje que configura el espacio urbano es el vial principal que parte desde la Puerta de la Rambla y que vertebra en su origen con orientación WS-EN en dirección hacia la Medina.
El vial central se documenta desde el sur, en el centro de Callejones del Perchel, avanzando hacia el lateral sur a medida que se prolonga. Los viales además cumplen con el cometido de servir como canal de drenaje a las aguas pluviales y negras, vertidas por parte de las cubiertas y las desechadas de las viviendas. Destaca la urbanización en la Avenida de Andalucía y la plaza de Albert Camus, donde se conservan viviendas distribuidas en las manzanas, todas en torno a un patio.
Necrópolis del siglo XI/ calle Callejones del Perchel
En plena calle Callejones del Perchel se documenta el establecimiento de una pequeña necrópolis, que se ubicaba en ese momento al exterior de la ciudad. El área documentada ha consistido en la exhumación de 31 enterramientos individuales depositados en las arenas de playa mediante la excavación de una fosa simple. No se han conservado ningún indicio de señalización exterior, ni ajuar; documentándose en algunos casos la presencia de clavos.
Alfar del siglo XI/ plaza Albert Camus
Se documentan hornos de diversa tipología construidos en las arenas litorales, junto con la localización de fosas de desechos cerámicos que encuadran estas manufacturas en el siglo XI, entre las que destacan la producción de cerámica verde y manganeso, a través de la documentación de un elevado número de fallos de cocción de estas.
Fuerte San Lorenzo
A finales del pasado mes de diciembre, los operarios encargados de la construcción del tramo del Metro al Centro acometieron el traslado de parte del muro oeste del fuerte de San Lorenzo, cuya traza ha sido encontrada en el transcurso de las excavaciones. Es una parte de la antigua fortaleza, catalogada como Bien de Interés Cultural (BIC) y cuyo origen se remonta a los siglos XVI y XVII. Una muestra del peso que la intervención arqueológica ha tenido en este punto es que la Junta tuvo que aprobar un proyecto complementario valorado en unos 5,6 millones de euros para garantizar la protección de estos restos.
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