"Mi hermano murió esperando la Ley de Dependencia", el testimonio de solicitantes afectados por las demoras

José, enfermo de alzhéimer, falleció de un cáncer de laringe ocho meses después de que Paloma presentara la solicitud; pero no llegaron ni a valorarlo

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Un enfermo de alzhéimer, en una imagen de archivo.
Un enfermo de alzhéimer, en una imagen de archivo. / Miguel Ángel González

Málaga/José Ramos se dio cuenta de que algo le pasaba. Se lo dijo a Paloma, su hermana. Consultaron a un médico. El diagnóstico fue alzhéimer. Como vivía solo y no tenía hijos, ella le buscó un cuidador. Pero meses después le detectaron un cáncer de laringe. Su salud empeoró. Así que Paloma se lo trajo a su casa y tramitó la solicitud para la Ley de Dependencia. Sabía que el trámite era lento. Lo que no imaginaba es que la ayuda que contempla la ley jamás le llegaría. "Mi hermano murió esperando la Ley de Dependencia", afirma.

Desde que presentó la petición ante los Servicios Sociales hasta el día que José murió debido al cáncer habían pasado ocho meses. En ese tiempo, ni siquiera la llamaron para evaluar su grado de dependencia, que es el primer paso para que los solicitantes puedan acceder a las prestaciones o ayudas contempladas por la Ley. Según el propio texto legal, desde que se presenta una solicitud hasta que éstas se reconocen deben transcurrir como máximo 180 días.

Pero en su caso, como en el de muchos otros, no se cumplió ese límite de tiempo. "Murió hace ya trece meses y todavía no me han llamado", agrega. Desconoce si su expediente se paralizó al fallecer, puesto que ella lo comunicó a la Seguridad Social para que dejaran de ingresarle la pensión. Pero lo cierto es que un enfermo de cáncer y alzhéimer murió ocho meses más tarde de que presentara su solicitud sin que ni siquiera lo llamaran para valorar su grado de dependencia. Este jueves, CCOO ha denunciado precisamente que tres personas cada día fallecen en la provincia Málaga aguardando acogerse a los beneficios de esa ley.

"Sé que el proceso es muy lento. Las asociaciones llevamos años denunciándolo y también pidiendo que se pongan soluciones", acota. Paloma fue durante décadas presidenta de la Asociación de Familiares de Alzhéimer de Málaga (AFA). Así que por esa experiencia y también por la personal sabe que las demoras son excesivas. "Están colapsados. Es verdad; la gente se muere sin recibir las ayudas contempladas por la ley. Y eso no puede ser. ¿Que es mejor que antes de la Ley? Sí. Pero no es sólo el caso de mi hermano, es mucha gente y es un problemón para las familias", comenta Paloma.

Aclara que ella, dentro de todo es una privilegiada. Por varias razones. Su hermano era procurador. Así que cuando le llegó el alzhéimer, le reconocieron una incapacidad. Con los ahorros de José y estos ingresos pudo afrontar el coste del cuidador que tuvo mientras permaneció en su casa. Además, lo apuntó al centro de día de la AFA para que, además de los fármacos, recibiera terapia cognitiva a fin de ralentizar el avance del alzhéimer. Cuando se sumó el cáncer y Paloma se lo trajo a la suya, ella podía atenderlo porque es autónoma y trabaja desde casa. Además, contaba con la apoyo de la persona que le ayuda en las tareas domésticas. Pero admite que para las personas que no tengan estos recursos, si no reciben los beneficios de la Ley de Dependencia, es durísimo sobrellevar la situación. De hecho, ella la afrontó porque tenía esos medios. Porque todavía está esperando que la llamen.

Por su experiencia en la Asociación y también por el caso de su hermano, sabe del "desgaste psicológico tremendo" de los cuidadores. "Porque el cuidador, aparte del dolor que siente por su ser querido, pierde la vida", recuerda. Acota además que muchas veces, los cuidados de una persona recaen sobre otra de más de 75 años, "que ya está para que la cuiden".

Por eso denuncia por enésima vez las excesivas demoras desde que se pide la Ley de Dependencia hasta que se obtiene una prestación y además reivindica mejoras en su aplicación. Porque la situación "machaca a las familias". Lo sabe por experiencia. Y eso que, como reconoce, con sus circunstancias y las de su hermano, fue una privilegiada. Pero recuerda que miles de familias solo tienen un recurso: que se cumpla a tiempo la Ley de Dependencia para que no sea un derecho que se convierte en papel mojado para cientos de personas.

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