Doce 'héroes' en la Biblioteca General de la UMA

En un caluroso agosto, con el sol abrasando las calles y la ciudad aún recuperándose de la Feria, la Biblioteca General de la Universidad de Málaga se erige como un refugio de calma. La tranquilidad reina, ya que el curso académico no ha comenzado oficialmente, y las salas, aunque abiertas, están lejos de su aforo habitual. A las 12:30, esta redactora llega a la biblioteca y observa que solo 12 asientos están ocupados. Todos por jóvenes que pueden ser considerados héroes, ya que pocos son los que se aventuran a estudiar en medio de las altas temperaturas estivales, mientras la mayoría de sus amigos aún disfrutan de sus vacaciones. Sin recuperaciones programadas en septiembre ni exámenes de selectividad en estas fechas, los que permanecen son opositores, estudiantes de otras ciudades y algunos jóvenes que buscan adelantarse al inicio del curso.

Marta Cuervo, estudiante de un doble grado en Fisioterapia y Ciencias del Deporte, es una de estas persistentes almas. "Mis recuperaciones eran en julio, pero no pude presentarme porque estaba trabajando", comenta mientras repasa sus apuntes. Ha decidido aprovechar la reapertura de la biblioteca para prepararse para su examen de octubre. Prefiere este espacio a las de barrio porque “es más amplia, hay menos gente y el aire acondicionado ayuda a concentrarse”. Su rutina es disciplinada: llega temprano, a las nueve, y estudia hasta la hora de comer. "Prefiero venir con mis amigas, para disfrutar más los descansos", concluye.

Horario de 9:00 a 20:45 a partir del lunes 2 de septiembre

La Biblioteca General de la Universidad de Málaga (UMA) ha reabierto sus puertas esta lunes tras las vacaciones estivales. De igual manera, las bibliotecas de las diferentes facultades. La semana del 26 de agosto al 30 estarán abiertas desde las 9:00 hasta las 14:00 y a partir del lunes 2 de septiembre ampliarán su horario hasta las 20:45 horas.

Para María García, la biblioteca es un lugar tranquilo donde puede concentrarse. Estudiante de Medicina en Cádiz, se enfrenta a su recuperación en septiembre de Cardiología y Cirugía Vascular en su ciudad natal. "En mi casa me cunde la mitad, así que prefiero venir aquí", explica. El ambiente le resulta motivador, incluso cuando los demás parecen haberse tomado una pausa del estudio. María aprecia el orden y el silencio que se respira, aunque reconoce que ve aspectos a mejorar. “Los baños, ubicados en el centro, podrían estar mejor situados para evitar ruidos innecesarios”, relata.

"Me gustaría que abriera más horas como hacía antes"

Naomi Díaz, por su parte, también ha encontrado su rincón de paz allí, es un lugar que ha frecuentado durante años como estudiante de la UMA. Ahora, enfrentándose a las recuperaciones de su máster de Investigación en Granada, se siente como en casa en la sala medio vacía. "Aquí puedo pegarme el tute", dice con una sonrisa, aprovechando la calma para prepararse para sus exámenes de septiembre. Sin embargo, lamenta que ya no se mantenga el horario intensivo de otros años que, en estas mismas fechas, permitía estudiar hasta altas horas de la madrugada, algo práctico para opositores como ella.

Desde un entorno rural, Johana Ovelar, estudiante de Psicología en la Univerdidad a Distancia (UNED), encuentra en la biblioteca un escape necesario. "Vivo en el campo y hay mucho ruido", comenta, resaltando la tranquilidad que le transmite. Para ella, la biblioteca no solo es un refugio del ruido, sino también un lugar de presión positiva. "Si hay gente estudiando, me siento obligada a hacer lo mismo", dice, compartiendo cómo se organiza entre libros y pausas breves. Hay maneras de estudiar como personas en el mundo, el que como estas jóvenes prefiera las salas de estudio, ya tiene las puertas de la Biblioteca General abiertas para una nueva temporada.