“Cuando mi hijo nació y confirmé que era sano, lloré de la alegría”
Una madre que tuvo un primer niño con hemofilia y evitó la enfermedad en el segundo gracias a la técnica, valora el avance que supone para muchas familias
Hijos Sanos, el regalo de la ciencia
"Un hijo sano es el deseo de todos los padres"
Málaga/Remedios Mora sabe mejor que nadie la importancia que puede tener un avance médico. Tiene dos hijos. El primero con hemofilia y el segundo, libre de la enfermedad gracias a la biopsia genética (DGP) que le hicieron a su embrión para asegurarse de que estaba sano. “Cuando nació mi segundo hijo y confirmé que era sano, lloré de la alegría. Lloramos todos, de la emoción y de la tensión contenida”, afirma.
Ella no sabía que era portadora de una mutación en uno de los genes que da las instrucciones para producir las proteínas del factor de la coagulación. Es decir, de hemofilia. Cuando su primer hijo Valentín tenía poco más de cuatro meses, en una analítica saltó el problema. Fue un mazazo. “La hemofilia es una enfermedad complicada de manejar, muy dura”, sostiene. Recuerda casi con envidia a los demás niños jugando en el parque y el suyo, con coderas y rodilleras debajo de la ropa, para protegerlo de golpes que le producían más hematomas de lo normal.
Así que no fue fácil la decisión de tener un segundo hijo. Pero al final, ella y su marido se decidieron. Contó con el apoyo de los hematólogos del Hospital Materno y de la Asociación Malagueña de Hemofilia. Comenzó el proceso en el Materno y luego fue derivada al Hospital Virgen del Rocío, de Sevilla para la fecundación in vitro (FIV)y el diagnóstico genético preimplantacional (DGP).
Esta pareja malagueña tuvo la suerte de que cuando lo intentó, la sanidad pública ya cubría la prestación. Porque las primeras familias de Málaga que necesitaron DGP no tuvieron más remedio que hacerlo en clínicas privadas ya que el Servicio Andaluz de Salud (SAS) no lo contemplaba. “Por suerte, no nos costó dinero porque todo fue por la sanidad pública y no tardó mucho porque fue más rápido por mi edad”, comenta Remedios. Tenía 37 y dio a luz con 38.
Guillermo nació hace 11 años. Estaba sano y sigue sano. “Si hubiera sabido que era portadora de hemofilia, con el mayor hubiera recurrido a la misma técnica que con el pequeño”, apunta. Porque cuando se quedó embarazada del primero, aunque todavía no lo cubría el SAS, el DGP ya estaba dando sus primeros pasos en Málaga de la mano de las clínicas privadas.
Cuenta que en la FIV del segundo le pusieron dos embriones sanos. “En la ecografía de la semana cinco había dos corazoncitos, pero en la de la semana 12 sólo quedaba uno”, recuerda. Lamenta no haber sabido que era portadora de hemofilia porque le hubiera ahorrado la enfermedad a Valentín.
Pero se alegra “muchísimo de un avance que permite que nazcan muchos niños libres de esa y otras enfermedades”. Añade que “para eso está la ciencia”, para mejorar la vida de las personas. Esta Semana Santa, ella, su marido y los niños hicieron una escapada a Madrid. Y, como es preceptivo, se retrataron en la Plaza Mayor. Disfrutando, sonrientes. Sin lugar a duda, son una familia feliz. Y se les nota...
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