La histórica puesta de huevos de la tortuga boba
Investigadores marinos estudian las causas de una nidificación en la playa de Los Boliches de Fuengirola
y esperan la viabilidad de los 72 huevos rescatados
Málaga/Los científicos especialistas en tortugas marinas, desde hace unos días, tienen puestas sus miras en la costa malagueña. En la noche del 3 al 4 de agosto en la playa urbana de Los Boliches en Fuengirola, una hembra de tortuga boba construía un nido y a continuación, hacía una puesta de 72 huevos; un hecho que nunca se había documentado en una playa del litoral tributario al mar de Alborán.
Con un antecedente en julio de 2001 cuando otra hembra de la misma especie realizaba una puesta en la playa almeriense de Vera (aquel anidamiento supuso el primero de una serie que se alarga hasta el que nos ocupa), en años posteriores, nuevas nidificaciones se han ido extendiendo por las costas mediterráneas españolas, existiendo desoves documentados en diferentes localidades del litoral entre Barcelona y Almería además de en Baleares.
La tortuga boba o común
Cabeza grande con pico corneo. Caparazón de color marrón, a veces cubierto de balanos y otros animales y algas. Parte central de color amarillento.
- Tamaño máximo de adultos en el Mediterráneo: 77 cm de longitud curva del caparazón y unos 100 cm en total.
- Peso hasta 130 kg.
- Extremidades formando aletas con forma de pala.
- Edad de madurez sexual entre 21 y 34 años. El tamaño medio de la puesta en el Mediterráneo es de 110 huevos.
- Poblaciones en el Mediterráneo, Atlántico, Pacífico e Índico
- Alimentación: peces, moluscos, tunicados, medusas y esponjas.
- Protección internacional: Estatus de vulnerable o en peligro según el libro rojo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN)
Esta especie, la tortuga boba (Caretta caretta), es la más abundante del Mediterráneo y el océano Atlántico, teniendo zonas de reproducción estable en el Mediterráneo en playas de Grecia, Chipre, Turquía o Libia, y de forma esporádica en áreas costeras de Túnez, Italia, Francia, España o Argelia, lugar donde se registró el año pasado una puesta.
Y si bien el desove almeriense es relativamente próximo al que hace unos días se produjo en Los Boliches, los herpetólogos (los estudiosos de anfibios y reptiles, donde están incluidas las tortugas), se plantean muchas preguntas sobre esta puesta malagueña. Los doctores Raimundo Real, catedrático de Biología Animal de la Facultad de Biología de la UMA, Juan Antonio Camiñas, presidente de Asociación Herpetológica Española, Juan Jesús Bellido, del Aula del Mar de Málaga, y José Carlos Báez, del Instituto Español de Oceanografía, que investigan las posibles causas de este hecho se plantean, al respecto de esta histórica puesta, una serie de preguntas aun sin resolver.
Teniendo en cuenta que la tortuga boba es la más abundante en el Mediterráneo y que desde 2001 se acerca a las playas españolas para nidificar, la llegada a Fuengirola podría suponer una ampliación de su área conocida de puesta; una colonización para la reproducción de una nueva especie que nunca antes lo había hecho en Málaga ni en las costas del mar de Alborán.
Sin que existan referencias científicas que recojan actividad reproductora en estas playas tras más de 30 años de estudios sobre el terreno (las tortugas marinas son animales que tienen una elevada tendencia a volver a las playas en las que nacieron para reproducirse y nidificar), esta puesta fuengiroleña constituye todo un reto para el colectivo de investigadores marinos y herpetólogos.
Y si bien esta nidificación se produjo dentro de los parámetros temporales en los que las tortugas de esta especie se acercan a las playas mediterráneas a hacer sus nidos, lo habitual es que en el Mediterráneo desoven entre mayo y agosto, la elevada temperatura del agua podría, según estos estudiosos, ser uno de los factores causantes de esta insólita nidificación. El progresivo calentamiento del Mediterráneo y de la mayoría de sus playas debido al cambio climático podría ser una de las causas de este anidamiento; una puesta en demanda de unas condiciones ambientales que se adecúan a las necesidades reproductivas de la especie.
Con el añadido de que el nido encontrado estaba muy cerca de la rompiente; lo habitual es que las puestas se hagan más lejos de la orilla (la tortuga madre probablemente no encontró el mejor sitio debido a la presencia de gente en la playa y luces cercanas en el paseo marítimo y en los edificios cercanos), la supervivencia de los huevos depositados en un medio demasiado húmedo podría, según los herpetólogos, incidir negativamente en la supervivencia de estos animales.
Ante todas estas circunstancias y debido a la muy importante significación de este anidamiento, los 72 huevos encontrados fueron recogidos y trasladados para intentar que la mayoría de ellos lleguen a término. Responsables de la Junta de Andalucía optaron por trasladar la mayoría de los huevos a una playa de Marbella, cerca de Cabopino, buscando un espacio más protegido; un lugar con menor interacción humana, sin iluminación ni elementos artificiales que pongan en peligro la eclosión de las crías. Además, siete huevos fueron trasladados a Bioparc Fuengirola donde, en una incubadora y atendidos por expertos en reproducción de reptiles, se monitorea su desarrollo y eclosión.
Frente a esta histórica puesta, y con la incertidumbre de que otras tortugas podrían haber efectuado puestas en otras playas malagueñas, los herpetólogos están comenzando a investigar las posibles causas de este hecho; una circunstancia que, si bien pudiera ser casual, también podría significar que las tortugas bobas han ampliado a las costas malagueñas su área de nidificación.
Y mientras esto ocurre, vigilados día y noche, los huevos trasladados a otra playa y a una incubadora, avanzan hacia su eclosión, lo que podría producirse en un periodo que oscila entre los 80 y 90 días. Unos nacimientos que constituirían los primeros para esta especie ocurridos en la costa malacitana.
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