Agreden al sacerdote de la iglesia de la Amargura de Málaga al grito de "estoy harto de los masones"
El párroco recibió un fuerte golpe en la cabeza y se encuentra en observación, dado que la agresión le ha provocado un derrame
Un médico agredido en Málaga relata su experiencia

Málaga/Un hombre agredió en la noche del lunes al sacerdote de la iglesia de la Amargura. Los hechos tuvieron lugar en la plaza San Juan de la Cruz de Málaga capital después de que el religioso, acompañado de otro cura, saliera de una conferencia a la que habían acudido ambos, han confirmado fuentes de la Policía Local. La víctima es Salvador Gil y tiene 49 años, tal como ha adelantado hoy la Cadena Ser y ha podido confirmar este periódico.
Según relataron los agentes, “un hombre se acercó a dos sacerdotes que salían de una conferencia y golpeó a uno de ellos en la cabeza, causándole lesiones” por lo que fue trasladado al Regional. Esta mañana se encontraba en observación, pendiente de evolución. Los funcionarios realizaron diversas batidas sin poder localizar al autor de la agresión. Ahora mismo el agredido se encuentra en observación. La llamada a la Policía Local se produjo a las 23.09 horas.
El parte de la intervención ha pasado a la Policía Nacional, cuerpo que iniciará ahora la investigación penal para determinar quién es el autor de la agresión.
El suceso ocurrió en torno a las 22:55 horas y el religioso que acompañaba a Salvador Gil era Miguel Ángel Criado, párroco de El Salvador. Ambos regresaban de cenar tras la charla cuaresmal o conferencia que el primero había impartido en la parroquia del segundo.
Según el relato del propio Criado, «sucedió en la plaza San Juan de la Cruz donde íbamos a recoger el vehículo para regresar a casa cuando, un varón de unos 35 años, corpulento, se acercó y, al grito de 'estoy harto de los masones', se abalanzó sobre nosotros. Yo pudo esquivar el golpe, pero no así mi compañero que recibió un fuerte impacto en la cara y, posteriormente, al caer inconsciente, un golpe en la cabeza contra el suelo. El agresor continuó su marcha mientras yo acudía en auxilio de mi compañero y avisaba a los servicios de emergencia. Algunos viandantes se acercaron a interesarse por la situación, trajeron una manta y nos estuvieron acompañando. Una de las parejas señaló asimismo, que habían visto hacía poco a un hombre muy nervioso por la calle dando voces solo».
Tras recuperar, a los pocos minutos, la consciencia, el sacerdote que había recibido el golpe permaneció aún muy aturdido durante unas horas. Trasladado en ambulancia al centro hospitalario, las pruebas diagnósticas localizaron un derrame en la cabeza que, por protocolo, requiere una vigilancia de 48 horas para ver si es absorbido de manera natural por el organismo, por lo que se encuentra ingresado en el área de observación. Aunque dolorido, el paciente permanece despierto y orientado, por lo que se espera que el episodio se pueda resolver en las próximas horas.
Según Criado, la agresión «parece a primera vista fortuita, pues ninguno de los dos conocía al agresor y ninguno de los dos vestía en ese momento el clergyman, por lo que descartamos en principio que el motivo fuera nuestra condición de sacerdotes».
Por el momento no se ha presentado denuncia.
La Diócesis de Málaga ha pedido oraciones por la pronta recuperación de Salvador Gil y ha deseado que la justicia aclare los hechos "a la mayor brevedad para evitar que puedan volver a producirse episodios de violencia gratuita como estos".
Un sacerdote muy querido y respetado
Salvador Gil es un sacerdote muy respetado y querido en la Diócesis de Málaga. No en vano, fue uno de los que se ofreció como voluntario para visitar a los enfermos por coronavirus en el Hospital Clínico apenas una semana después del comienzo del confinamiento domiciliario.
“El silencio que había en el hospital rozaba la muerte”, dijo a este periódico al relatar su experiencia en noviembre de 2020. Este sacerdote, de 45 años entonces, señaló: “El lunes 16 de marzo, uno de los primeros días que estábamos confinados, contacta conmigo un compañero y me propuso ir de voluntario porque el capellán oficial no podía hacerse cargo. Acepté participar en lo que por entonces parecía una guerra, y yo fui en la mañana del martes”.
Gracias a la autorización del Obispado de Málaga pudo acudir y salir junto a cuatro compañeros al Hospital Clínico. Todos se organizaron en tres turnos durante el día. “Yo asistía de 9:00 a 14:00 y de 17:00 a 21:00, no pasaba las noches en el hospital”, explicó el religioso.
En una entrevista que le hizo la Diócesis de Málaga para su propia web con motivo de su designación, dentro de la Delegación del Clero, como apoyo para los sacerdotes recién ordenados en 2022, explica que el mayor reto de su carrera fue iniciar su ministerio con la responsabilidad de "lo que significa ser cura al frente de una comunidad"-
Sus primeros destinos fueron la parroquia de El Morche y su designación como vicario en Torre del Mar. "Fueron unos años intensos, de profundo trabajo pero también de ir aprendiendo de los errores. El reto de no aislarse de los compañeros fue importante; el mantener también un cierto equilibrio entre la oración y el trabajo pastoral, porque todo sacerdote, cuando comienza una tarea nueva, pueede correr el riesgo de descuidar lo espiritual y centrarse solo en lo pastoral. Y el tercero fue irme haciendo con la comunidad que se me había encomendado: hacerme cercano, que me conocieran, que confiaran en mí y, de esa manera, poder empezar a caminar y trabajar juntos", explicó en esa entrevista..
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