Los hosteleros de Málaga estallan contra las restricciones con una fuerte cacerolada y una manifestación por el centro
Economía
Más de medio millar de propietarios y empleados del sector han protestado por su difícil situación
Señalan que ya han perdido el 65% de la facturación y que se perderán 15.000 empleos solo en la capital
Málaga/Los hosteleros malagueños ya no pueden más. Ni los propietarios ni los empleados, que este jueves han unido fuerzas para protestar contra las nuevas restricciones impuestas por la Junta de Andalucía para evitar la propagación del coronavirus, que implica el cierre de los establecimientos a las seis de la tarde y una reducción del aforo.
Más de medio millar de personas se han concentrado en la puerta de la delegación provincial de la Junta, en la Alameda Principal, y han realizado una fuerte cacerolada, que posteriormente se ha intensificado cuando decenas de personas han aporreado las placas metálicas que cubren la obra del Metro, generando un ruido ensordecedor.
En principio, la protesta, convocada por las patronales hosteleras Mahos y Hostelería de España, se iba a circunscribir a esa concentración y a la entrega de una carta de seis folios en la delegación del gobierno de la Junta donde exponen la dura situación económica por la que atraviesa el sector y la reclamación de una serie de medidas. No obstante, finalmente han realizado una manifestación subiendo por la calle Larios y han recorrido varias vías del centro histórico.
Los ánimos estaban más caldeados que en protestas anteriores y, de hecho, en esta ocasión no se ha respetado la distancia de seguridad porque todos los manifestantes iban juntos, aunque no ha habido altercados.
En ese escrito remitido a la Junta, los hosteleros exigen "un plan de apoyo con medidas reales que permitan la supervivencia de los empleos y las empresas de la hostelería de nuestra región, un plan que permita equipararnos a nuestros socios europeos, que están poniendo planes y fondos con ayudas económicas directas y a fondo perdido, que ayudan a sobrevivir a sus industrias de hostelería y turismo".
La patronal recuerda que en la provincia de Málaga hay 18.000 establecimientos de hostelería que emplean a 80.000 personas, de los cuales 8.000 están en la capital con 45.000 trabajadores. El toque de queda a las 10 de la noche y la obligatoriedad de cierre a las seis de la tarde "se traduce en pérdidas cuantiosas que llegan a una media del 65% en el conjunto de la ciudad, con mayor afectación en el Centro y menor en los barrios", indican desde Mahos, que añaden que "en la situación actual, sin ayudas y si prosigue la pandemia, solo en Málaga capital podríamos perder uno de cada tres negocios y unos 15.000 empleos". En este sentido, precisan que la hostelería es el 10% del PIB local pero aumenta al 15% con el efecto indirecto de los hoteles o las agencias de viaje.
"Pedimos lo que llevamos pidiendo desde hace mucho tiempo. No estamos recibiendo ningún tipo de ayuda, llevamos nueve meses con una bajada de facturación de más del 60%, nos siguen restringiendo y ni siquiera se nos tiende la mano. El sector está ahora mismo en una situación muy crítica, nos han dejado en la cuneta y ha sido una irresponsabilidad por parte de todas las administraciones que nos veamos en esta situación a día de hoy", ha criticado Javier Frutos, presidente de Mahos, quien ha recalcado que "vamos camino de la ruina y necesitamos ayudas directas".
Entre las medidas exigidas por la patronal están la aplicación de ayudas directas a fondo perdido; la definición de un plan estratégico; la implantación de un plan de formación específico; una moratoria automática, con ampliación de los periodos de carencia de la devolución de los principales de los créditos, durante el estado de alarma o la pandemia; la eliminación total del pago de los alquileres durante los periodos de cierre total de los establecimientos y que ese coste sea aplicado con cargo al plan de apoyo y reconstrucción o la reducción proporcional del pago de alquileres durante los periodos de cierre de franjas horarias o limitación de usos; derogar la cláusula de los Ertes con relación al mantenimiento del empleo en los seis meses siguientes a la reanudación de la actividad; bajar el IVA al 5%; no subir los impuestos directos o indirectos; o invertir en ayudas directas a las familias y empresas aplicables al consumo directo en la hostelería.
Pablo Refino es el propietario de una cafetería y heladería y señala que "tenemos la mitad del personal, no facturamos nada y es un desastre. Veo la cosa muy complicada y por eso estamos aquí". Juan Franco trabaja en el bar ZZPub y está en un Erte desde marzo. "No hemos llegado a abrir y está la situación muy complicada con el ocio nocturno, aunque esperamos que nos podamos recuperar pronto", ha comentado.
Francisco Rodríguez es uno de los propietarios del restaurante La Peregrina en el centro de Málaga y también ha estado en la manifestación porque, expone, "esto nos está llevando a la ruina". "No creo que lleguemos mucho más lejos, estamos cerrando uno tras otro y esperemos que nos dejen trabajar. El negocio va fatal. Por la mañana es flojo y por la tarde había más movimiento en el centro, por lo que cerrar a las seis ha sido un jarro de agua fría", añade este empresario que subraya que "no sabemos nada para Navidad, todo son especulaciones sobre las restricciones o los aforos, la gente está asustada sin salir a la calle y no vemos soluciones".
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