Cómo vivir solo en el hotel Malaga Palacio, un cuatro estrellas de lujo
Coronavirus
Jorge González, director del Málaga Palacio, está confinado en el establecimiento y ve con "tristeza" que el hotel y la ciudad estén "tan vacíos"
Disfruta solo del gimnasio, la terraza o las habitaciones aunque no ha cogido la mejor suite
Málaga/El confinamiento de Jorge González está siendo peculiar. Vive solo en el hotel Málaga Palacio, un establecimiento de cuatro estrellas que es de los mejores de la capital, por lo que tiene para él el gimnasio, la terraza con unas vistas panorámicas de la ciudad, la piscina, cocinas y comedores enormes, salas de reuniones y 14 plantas repletas de habitaciones completamente vacías que, hace apenas dos meses, estaban llenas de historias. No se ha cogido la suite de mayor tamaño, aunque sí está experimentando una situación que recordará toda su vida ya que, en apenas 72 horas, se pasó del bullicio habitual de un hotel muy concurrido al silencio sepulcral.
“Al principio era como divertido. Piensas que va a ser como la película de El Resplandor y a medida que van pasando las semanas vas perdiendo la percepción de todo”, señala.
Jorge González dirige desde hace muchos años este mítico hotel de Málaga capital y habitualmente pasaba la mitad de las noches en el establecimiento y la otra mitad en su vivienda en Los Álamos. “Decidí quedarme en el hotel confinado porque el último que tiene que abandonar el barco es el capitán. No hay actividad turística, pero sí hay que mantener el edificio y vigilarlo. Esto no es cerrar la puerta, echar la llave e irse”, apunta.
Duerme solo en el hotel, aunque durante el resto del día sí hay un personal muy reducido que realiza esas tareas de mantenimiento y vigilancia. “El Málaga Palacio forma parte de mi vida, de mi trabajo y decidí quedarme de director residente para hacer mi labor y, de alguna forma, intentar normalizar un poco mi día a día”, comenta González, quien añade que “llevo una rutina en todos los sentidos, pues me levanto, me conecto para trabajar y hago cosas que tenía en mis tareas habituales como revisar las cámaras de cocina, etcétera,para que cuando llegue el momento de abrir de nuevo esté todo bien”.
González afirma que “se vive bien en un hotel”. “Tengo gimnasio, una buena habitación y cuando quiero ver el exterior subo a la terraza”, relata. Pese a que la cocina es enorme y tiene un equipamiento profesional, el director del Málaga Palacio asegura que “yo no soy de esos que con el confinamiento van a salir expertos en gastronomía sino que soy el rey de la lata y del microondas y así va a seguir siendo”. No ha salido del hotel en un mes. Le lleva la comida algún compañero o la compra on line. “No estoy teniendo la necesidad de salir a la calle. Cuando quiero ver el exterior subo a la terraza. Me estoy arreglando bien así”, expone.
Tiene la piscina situada en la azotea para él solo, aunque no la utiliza. “La piscina está perfectamente mantenida, pero el agua está fría y no me apetece bañarme. Es curioso porque antes había muchas gaviotas en la terraza y ahora hasta ellas nos han abandonado”, dice entre risas.
La situación es surrealista y no es fácil de asimilar. “Me da mucha pena ver el hotel y la ciudad así. Está completamente vacío”, subraya. Todo el que conozca a González sabe que es un hervidero, que habla con decenas de personas cada día y que está inmerso en las numerosas vicisitudes que ocurren en un hotel todos los días del año, desde el Festival de Cine, hasta la Semana Santa o la Feria. Este año no ha habido clientes en Semana Santa ni sus habitaciones se han llenado de conocidos actores y actrices, ni han tenido grupos de fans esperando en la puerta. “Hay un componente emocional duro al ver un edificio y un negocio con tanta actividad, que es un continuo bullicio, que en apenas 72 horas se quede vacío”, señala. González desea que todo vuelva a la normalidad cuanto antes y confía en que Málaga, por sus especiales características, pueda salir antes de esta crisis.
"No se puede pedir a la gente que haga turismo con 500 muertos al día”
Jorge González, director del hotel Málaga Palacio, espera que el motor económico y turístico arranque de nuevo cuanto antes, pero es consciente de la enorme dificultad que atraviesa el segmento turístico. “El tema es la confianza que pueda tener la gente en salir a la calle y recuperar su vida. Las personas quieren garantías y para eso tiene que haber una vacuna, test suficientes o que se haya pasado la enfermedad. Lo primero es reducir el número de muertos porque no se puede pedir a la gente que haga turismo con 500 muertos al día en España por coronavirus”, señala este profesional. González reconoce que el año, desde el punto de vista del negocio, “está totalmente perdido”, aunque espera que Málaga ciudad, por su modelo turístico, pueda recuperarse antes que otros destinos. “El turismo internacional vendrá cuando pueda y el turismo nacional nunca va a poder suplir al internacional porque es menor”, indica. Por ahora siguen teniendo reservas confirmadas para julio y agosto, aunque no saben si serán canceladas. “A estas alturas el año pasado ya teníamos un gran volumen de reservas para el verano. En este 2020 todo dependerá de cómo se pueda volver, de qué medidas habrá que adoptar, de cómo se podrá ir a la playa... Está claro que tenemos que volver y apostamos mucho porque la gente regrese a la normalidad lo antes posible, pero nadie sabe nada”, relata. El Málaga Palacio pertenece a la multinacional Marriot, presentó un Erte para la mayoría de la plantilla y González explica que están elaborando un plan de contingencia “estudiando diferentes escenarios”. En cualquier caso, González tiene claro que “cuando la gente venga el sector hotelero de Málaga y la Costa del Sol va a estar a la altura porque es muy profesional y responderá a todo lo que demanden los clientes”.
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