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El coronavirus es más que una alerta sanitaria: la cuarentena ha llegado a la economía y, de forma muy acuciada, al turismo. En Málaga, las primeras consecuencias de las cancelaciones de viajes y eventos ya están cifradas: más de dos millones en perdidas entre los hoteles de la Costa del Sol.
"Las noticias no son positivas. Estamos en un túnel en el que no hay luz ni se ve al fondo", ilustra el presidente de la patronal hotelera de la Costa del Sol, Luis Callejón. En los últimos días, las cancelaciones de reservas han sido "continuas" y afectan a entre un 30 y 40% del total de las realizadas para los meses de abril y marzo. Estos cálculos no incluyen la suspensión de los viajes del Imserso anunciada el martes por el Ministerio ni el aplazamiento del Festival de Cine.
"Entran más cancelaciones que reservas", afirma Callejón, girando el foco no solo a las cancelaciones que se están produciendo sino a las reservas que no se están haciendo a las puertas de fechas tan destacadas como la Semana Santa. La incertidumbre alojada sobre la población ha hecho que las reservas hoteleras para esta festividad esté, a día de hoy, al 30-40%, cuando el pasado año por las mismas fechas bailaba entre el 60-70%.
"Las reservas de temporada alta, que en otras fechas ya eran frecuentes, no llegan, hay una entrada a cuenta gotas, de una forma muy sutil", concreta.
En el caso del Imserso, según el presidente de la patronal, el efecto de la suspensión ha provocado que hoteles que únicamente trabajan en invierno para este programa se estén planteando cerrar y poner en marcha expedientes temporales de regulación de empleo (ERTE).
Callejón recuerda que en el sector hotelero la generación de ingresos es "directamente proporcional al número de pernoctaciones por lo que "a menor pernoctaciones, menor generación de empleo". Pese a todo, remarca que "somos responsables y asumimos y apoyamos todas las medidas que imponga el Estado".
Con todo, pide a la Junta agilidad en las decisiones que tengan que ver con el sector y al Gobierno central medidas como el aplazamiento pagos a la Seguridad Social, garantizar la liquidez de las empresas, impuestos indirectos o no plantear nuevas figuras fiscales como impuestos para el combustible o tasa turística.
Los datos de sector hotelero se replican en las agencias de viajes. En este caso han caído un 60% el turismo vacacional, un 70% el de tipo receptivo (congresos) y un 30% los viajes corporativos. "Está siendo una verdadera ruina. Está todo parado. Es una situación caótica", resume el presidente de la Asociación de Agencias de Viajes de Andalucía, Sergio García.
Las agencias de viajes están recibiendo un aluvión de solicitudes de cancelación y, en el mejor caso, aplazamiento de reservas cuya gestión se une a que, en muchas ocasiones, las aerolíneas están "saturadas". "Trabajamos a contrarreloj", señala García.
"El problema no es solo el miedo a enfermar por coronavirus, sino el miedo a viajar y que, estando en el destino, se decida poner al viajero en cuarentena o no pueda volver a España o, incluso, que lo deporten al llegar. El miedo a los problemas que pueda acarrear, a no saber qué puede pasar", explica.
A juicio de García, "en España vamos camino al cierre de fronteras, como en Italia, porque no se han tomado las medidas oportunas". Según el presidente de la Asociación de Agencias de Viajes de Andalucía, "tendrían que haber cortado pasajeros de países afectados, haber sido más estrictos". "Hay que tomar medidas drásticas. ¿Que tenemos que estar 15 días en casa sin vender? Pues estamos", asevera.
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