Las infecciones de transmisión sexual siguen al alza en Málaga tras el ‘olvido’ del sida

La menor preocupación por el VIH y las aplicaciones de citas que facilitan múltiples contactos favorecen su propagación

El turismo y la movilidad "influyen" en que Málaga tenga una tasa de VIH superior a Andalucía

Una pareja, en una imagen de archivo.
Una pareja, en una imagen de archivo. / M. H.

Los gráficos sobre las infecciones de transmisión sexual (ITS) son muy claros: estas enfermedades no paran de crecer. Tenían una tendencia ascendente desde antes del Covid y –tras una ligera caída en el año 2020 debido seguramente a las restricciones de la pandemia– siguen su escalada. En España, en Andalucía y en Málaga.

Las causas del incremento son varias. Por un lado, ahora hay menos miedo al sida porque existe un tratamiento para prevenir el VIH. Es la llamada profilaxis pre-exposición (PrEP) a un contacto de riesgo, que provoca que se utilice menos el preservativo. Y al haber menos protección, las enfermedades venéreas se propagan con más facilidad.

Otra razón que explica el aumento de las ITS es la existencia de aplicaciones de citas que permiten múltiples contactos. Estas herramientas tecnológicas, que no existían años atrás, facilitan tener más relaciones sexuales y con más personas. Dado que en muchos casos se trata de hombres que tienen sexo con hombres (HSH), no ponen medios de protección y en consecuencia se disparan las patologías venéreas, como gonorrea, Chlamydia o sífilis, entre otras.

Los datos de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (Renave) van por autonomías. Andalucía siempre está entre las comunidades con las tasas más altas, junto con Madrid y Cataluña. Los especialistas aseguran que Málaga, al ser un destino turístico y de ocio, está a la cabeza de la región.

Según las cifras de Renave, las infecciones de transmisión sexual son, con diferencia, las enfermedades de declaración obligatoria (EDO) más numerosas de Andalucía. Los últimos datos –correspondientes a la penúltima semana de noviembre– recogen en toda la comunidad autónoma, 122 nuevos casos de infección por Chlamydia, 108 de gonorrea y 66 de sífilis. Frente a estos números, el resto de las EDO son significativamente muchas menos. Por ejemplo, prevenibles por vacunación, se contabilizan 17 nuevos casos de enfermedad neumocócica, 12 de parotidis y cinco de tos ferina.

De acuerdo a los datos de Renave, Madrid, Cataluña, Andalucía y País Vasco están a la cabeza en nuevos casos de infección gonocócica con tasas superiores a los 55 por 100.000 habitantes. En cuanto a la sífilis, la comunidad andaluza ocupa la segunda peor franja de incidencia, con una horquilla que oscila de los 11 a los 23 nuevos casos por 100.000. Respecto a la Chlamydia, Andalucía también se sitúa en el segundo puesto –después de Madrid, Cataluña, Navarra y País Vasco– con unos indicadores que van de 47 a 70 por 100.000.

La presidenta de la Sociedad Andaluza de Contracepción (SAC), María Jesús Alonso, apunta otra razón más que explica el incremento de las ITS: “Ahora se hacen más pruebas, por lo tanto se diagnostica más”. En resumen, se sacan más casos a la luz que antes. “Pero si se diagnostica más es porque hay más”, puntualiza. Hace unos años, sólo se hacían las pruebas a las personas que tenían síntomas. “Ahora se van a buscar las ITS con controles periódicos”, señala Alonso. Recuerda que no sólo se hacen estos cribados en los hospitales, sino en los centros de salud. Pruebas que se realizan no únicamente a pacientes que tengan síntomas, sino también a usuarios que tomen la PrEP o que tengan prácticas sexuales de riesgo. Las áreas de Infecciosos, Medicina Interna o Urgencias hacen especial hincapié en este tipo de test.

La presidenta de la SAC destaca la importancia de estos cribados como medida de contención de las infecciones de transmisión sexual. “Para quienes las padecen son clave para prevenirlas y tratarlas. Y también para la sociedad, para frenar la cadena de transmisión”. Porque cuando se diagnostica una ITS, los sanitarios intentan localizar a los contactos del paciente infectado para tratarlos también y hacerles un seguimiento. En resumen, hacen una labor similar a la realizada durante el Covid (una patología infecciosa respiratoria ) para el rastreo de contactos.

Alonso insiste en la importancia del uso del preservativo para atajar las infecciones de transmisión sexual. “Ahora hay una sexualidad más libre, pero hay que protegerse si no se quiere ver la cara mala de esas relaciones. Las ITS son cada vez más frecuentes y están muy cerca. Por eso hay que usar todas las medidas de protección a nuestro alcance”, aconseja. “Y sabemos cómo protegernos”, comenta, en alusión al preservativo. Aclara que la protección debe usarse en todas las prácticas sexuales, sean vaginales, anales u orales. Cuando ya hay síntomas, secreción por el pene y verrugas y/o heridas, entonces se debe mantener la abstinencia para no contagiar la enfermedad. También recomienda, cuando se inicia una relación y se quiere prescindir del condón, que ambos miembros de la pareja se hagan la prueba de las ITS“para asegurarse que ninguno trae en su mochila una infección de transmisión sexual”.

Patologías que pueden dar graves complicaciones

Las infecciones de transmisión sexual pueden derivar en complicaciones graves. Quienes las padecen pueden sufrir infertilidad o problemas en las articulaciones. En el caso de las embarazadas, sus hijos pueden nacer con sífilis congénita o padecer afectaciones neurológicas que causen sordera, ceguera, encefalitis. Para las infecciones bacterianas hay antibióticos, aunque preocupa cada vez más la resistencia a estos fármacos. En el caso de las víricas, muchas tienen vacunas. El problema es que una vez que se contagia, el virus se queda en el cuerpo, como el herpes genital. En el caso del virus del papiloma humano, no sólo puede ser detonante de cáncer de cuello de útero. También de orofaringe, pene, recto y ano, por diferentes prácticas sexuales. La prevención pasa por las vacunas, el uso del condón y la participación en los cribados de las personas que realizan prácticas de riesgo (hombres que tienen sexo con hombres, personas que viven múltiples contactos sexuales o que cambian de pareja con asiduidad).

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