La inmigración en patera se duplica este año
Hasta agosto entraron por el puerto 1.062 inmigrantes, frente a los 774 de todo 2016
Las ONG denuncian el aumento de la presión migratoria
Málaga/Las costas de Málaga no escapan a la presión migratoria que ha experimentado el sur de la Penísula en los últimos meses, cuando esta ruta de entrada de ciudadanos que huyen de la miseria, la pobreza o las guerras a través del Mediterráneo, ha experimentado un fuerte crecimiento. La ruta andaluza podría convertirse en poco tiempo en la segunda vía de acceso marítimo a Europa, sólo por detrás de Italia, aseguran las asociaciones que trabajan a diario con los inmigrantes.
La llegada de ciudadanos en patera a las costas de Málaga ha alcanzado unas cifras que no se recuerdan desde 2005, cuando se contabilizaron 700 personas a bordo de embarcaciones. Desde entonces, su número fue progresivamente en descenso, mientras iban aumentando las cifras en puntos de las costas italiana o griega. Por poner solo un ejemplo, en el año 2013 llegaron a Málaga tres pateras con 16 inmigrantes y dos años después el número llegó hasta los 207 en 12 embarcaciones.
Nada que ver con las cifras registradas en lo que llevamos de año. Hasta el pasado agosto han entrado por esta vía una media de cinco personas al día, número que duplica al registrado en todo el año 2016. En total han sido rescatados y atendidos 1.062 inmigrantes en 27 embarcaciones, de los que la mayoría, 912, fueron hombres, además de 112 mujeres y 38 menores. En este mismo periodo del pasado año, arribaron a las costas malagueñas 13 pateras con 504 personas a bordo. En todo el año la cifra se incrementó hasta las 19 embarcaciones y 774 inmigrantes, de los que la gran mayoría, 636, volvieron a ser hombres. La cifra de menores a lo largo del pasado año iguala a la registrada hasta este agosto, según cifras oficiales facilitadas por el Gobierno.
En 2016 empezó a vislumbrarse un cambio de tendencia en el comportamiento de las rutas migratorias que llegan a Andalucía con personas procedentes del Magreb, sobre todo desde Marruecos, para buscar cobijo y trabajo en Europa. Pero lo ocurrido este año ha sorprendido a las asociaciones que trabajan con los inmigrantes y se espera que estos meses, entre septiembre y octubre, se intensifique la llegada de pateras.
Para el coordinador provincial de Cruz Roja en Málaga, Samuel Linares, las causas de este incremento son múltiples. La mayoría de los migrantes que llegan a la costa malagueña proceden del África subsahariana, donde según este técnico, "las condiciones de vida de estas personas deben ser penosas cuando deciden hacer un tránsito de este tipo". Además, en su opinión, la situación de la frontera europea a raíz de los acuerdos entre la UE y Turquía ha desplazado las entradas desde Grecia hacia Italia y España, aunque el trayecto hacia estas costas sea mucho más largo. Para la Comisión de Ayuda al Refugiado (CEAR) en Málaga, dicho acuerdo cerrado el pasado año y las políticas europeas de cierre de fronteras "están condenando a miles de personas a poner sus vidas en manos de traficantes".
El sistema de llegadas sigue siendo el mismo en los últimos años; casi todas las embarcaciones son avistadas en alta mar y rescatados sus tripulantes y trasladados al puerto, sobre todo al de Málaga, donde son atendidos en un primer momento por la Cruz Roja. Sólo una patera alcanzó este año la playa y concretamente fue en enero en la costa de Benajarafe.
Lo que sí se ha cambiado es la ocupación y la capacidad de las embarcaciones; si antiguamente se trataba de pequeñas lanchas neumáticas, hoy los trayectos se realizan en grandes balsas donde se hacinan una media de 40 personas. Para Linares, este tipo de neumáticas grandes suelen ser las más utilizadas por los ciudadanos subsaharianos, que además suelen ir al completo o superando muchas veces su capacidad, "porque las mafias quieren amortizar el viaje".
El responsable de la Cruz Roja recuerda que la situación en la que se atiende a estas personas no es la adecuada. La ONG, que abrió en mayo pasado un centro de atención a inmigrantes en Málaga, lleva tiempo pidiendo además un espacio físico propio en el puerto donde poder asistir a los recién llegados en mejores condiciones. "Los medios siguen siendo nulos y sólo pedimos un espacio para la adecuada asistencia sanitaria o social o incluso que se puedan duchar". Su queja aún no ha tenido respuesta de la Subdelegación del Gobierno en Málaga y la Autoridad Portuaria.
Son los primeros en llegar al puerto cuando se recibe el aviso de que una embarcación ha sido avistada en alta mar y sus tripulantes han sido rescatados por efectivos de Salvamento Marítimo, una entidad pública dependiente del Gobierno y que atiende las emergencias en el mar. Desde Cruz Roja se les facilita comida, ropa limpia y se les realiza una primera valoración médica.
Los que han llegado en buenas condiciones y no necesitan ser trasladados a un centro médico, tienen las opciones de solicitar la protección oficial, lo que se conoce como asilo, o en caso contrario pasan a disposición de la Policía, que procede a su identificación y a su traslado al Centro de Internamiento de Extranjeros.
"Se trata de un momento bastante delicado y los que deciden no solicitar asilo pasan por el calabozo y suelen ir al Centro de Internamiento por una falta administrativa (la entrada irregular en el país) que nosotros equiparamos a una multa de tráfico", aseguran desde CEAR.
Otras ONG en Málaga han denunciado en reiteradas ocasiones el funcionamiento o la propia existencia de estos centros de internamiento, donde los inmigrantes están un máximo de 60 días mientras se tramita su devolución a los países de origen. Los colectivos confían en que Málaga no vuelva a contar con uno de estos centros, después de que se clausurara en 2012 el CIE que ocupaba el antiguo cuartel de Capuchinos. El Ministerio de Interior ya ha anunciado que volverá a abrir un nuevo centro en Málaga y ello pese a contar con la oposición rotunda del Ayuntamiento de la capital.
Los inmigrantes que deciden acogerse al sistema de protección internacional pasan por un alojamiento de emergencia que gestionan las ONG antes de obtener plaza definitiva en cualquiera de los puntos de que dispone la oficina de asilo. Málaga cuenta con 287 plazas, gestionadas por CEAR y todas están ocupadas. La provincia está a la cabeza de Andalucía en solicitudes de asilo hasta alcanzar las 872 el pasado año, según fuentes de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado. Por nacionalidades, los ucranianos y venezolanos están a la cabeza de las solicitudes.
Los números perdidos de la travesía
Las cifras oficiales de inmigrantes se refieren tan sólo a los tripulantes rescatados en alta mar o a su llegada a la playa, pero resulta imposible saber cuántas personas que parten desde el norte del continente africano con destino a las costas malagueñas han llegado a su destino. Las ONG manejan cifras y recuerdan algunos casos que han salido a la luz en los últimos meses, como la de una patera desaparecida en el mar de Alboran a comienzos del mes de julio, que se hundió con medio centenar de personas y de la que sólo hubo tres supervivientes trasladados al puerto de Almería. Otro caso reciente ocurrió en Melilla hace sólo unos días tras una operación conjunta de la Guardia Civil y la gendarmería marroquí en el rescate de una patera con 45 inmigrantes a bordo que intentaba llegar a la costa melillense. En la operacion fallecieron siete mujeres. El caso ha sido denunciado por distintas asociaciones y llegará al Congreso de los Diputados.
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