Cien inmigrantes pasan la noche hacinados en una carpa del puerto

La llegada de 260 personas en patera vuelve a desbordar la Casa de Botes y la Comisaría provincial

Inmigrantes de una patera anterior que durmieron en un barco de Salvamento Marítimo / Efe

Hacinados en una carpa del puerto, con mantas y a escasa distancia de las frías aguas. Así pasaron la noche del jueves unos 100 inmigrantes que habían sido rescatados de una patera interceptada en el mar de Alborán durante la jornada. La llegada masiva de personas que huyen de la miseria o de la guerra en una incierta travesía volvió a sorprender a las administraciones, pese a que el drama migratorio ya se ha convertido en casi una realidad que se repite incluso varias veces por semana.

La cifra total de rescatados ascendía a 260, que colapsaron la Casa de Botes del Puerto malagueño –con capacidad para entre 60 y 70– y la Comisaría provincial de Málaga. Unas 50 mujeres y niños, que suelen estar separados de los hombres, sí tuvieron la posibilidad de dormir en el albergue municipal.

La Policía Nacional, encargada de coordinar el traslado de este colectivo hasta que son conducidos hacia el Centro de Atención Temporal de Extranjeros (CATE) de San Roque, en Cádiz, se vio, de nuevo, desbordada. Las opciones para los inmigrantes eran limitadas. Dormir en un barco de Salvamento Marítimo, a la intemperie o habilitar una carpa en el puerto. Los agentes optaron por esta última opción y los alojaron en las mismas instalaciones en las que a su llegada los refugiados habían recibido una primera atención humanitaria y sanitaria por parte de los voluntarios de Cruz Roja. Allí hizo guardia un monitor de dicha ONG ante la posibilidad de que tuviera que asistir cualquier tipo de emergencia. Los inmigrantes contaban con un kit de ropa, mantas, comida y bebida, que la organización había puesto a su disposición.

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Voluntarios ofrecieron ropa, comida y bebida a los inmigrantes y un monitor hizo guardia

A primera hora de la mañana de este viernes, el grupo de 100 personas pasaron por la Comisaría, desde donde partieron en autobuses hacia el CATE de San Roque. No era la primera vez que los integrantes de una patera pasan la noche en el puerto. El día 13 de este mes, la falta de medios humanos y de instalaciones para garantizar una adecuada atención a los subsaharianos, en su mayoría, llegados al puerto de Málaga quedaba también de manifiesto.

Al episodio vivido días antes, cuando salieron a relucir las discrepancias entre administraciones, le siguió con apenas horas de diferencia otro protagonizado por las 187 personas que arribaron a la capital tras ser rescatados por Salvamento Marítimo. Todos durmieron a la intemperie a bordo de un barco, a la espera de que fuesen trasladados en autobuses hasta San Roque. El número rondó los 200 al tener que incluir a parte del contingente llegado a las 06:00 y que al no haber podido ser acomodado en las dependencias cedidas por el Puerto en la antigua Casa de Botes, donde sí pernoctaron unos 80 inmigrantes.

Un centro de atención que no llega

Málaga no cuenta con un centro de atención temporal de extranjeros, un espacio único que pudiera ser habilitado para su acogida, aunque las promesas sobre la reserva de unos futuros terrenos en el puerto llevan años sucediéndpse, sin que ninguna se haya materializado. Esta misma semana, el delegado del Gobierno en Andaulucía, Alfredo Rodríguez Gómez de Celis, anunció que, tras realizar unas inspecciones técnicas, el Ministerio del Interior había solicitado al puerto de Málaga la cesión de una parcela de 3.000 metros cuadrados para abrir un Centro de Atención Temporal de Extranjeros (CATE) con instalaciones tanto para la Policía Nacional como para Cruz Roja para mejorar y agilizar la atención a los inmigrantes. La previsión además es que el Puerto cuente con la primera “base humanitaria” de Andalucía para la atención a inmigrantes.

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