Málaga instala menos placas solares en su “mejor precio histórico”

El precio de los módulos caen hasta un 25% y se encuentran en su "mejor precio histórico"

El inicio de la pandemia incrementó en un 179% la colocación de estas soluciones en la provincia

La innovación malagueña que dice adiós a las tarjetas de visitas con esta iniciativa que lee tu móvil

Placas solares en una instalación industrial.
Placas solares en una instalación industrial.

El mercado de placas solares en Málaga ha echado el freno. “En primera vivienda o nuevas naves industriales el ritmo sigue siendo el mismo, pero en el cliente particular las instalaciones han descendido en un 75%”, afirma el CEO de Ubora Solar, Carlos de las Heras. Sin embargo, la instalación fotovoltáica es más rentable que nunca. “Están por debajo del mejor precio. Es el mejor momento de toda la vida”, confirma Javier Becerra, director de autoconsumo industrial en Quantica. 

La estabilización de los precios de la electricidad ha apaciguado la fiebre del autoconsumo. No obstante, esa misma ley de oferta y demanda en las placas, ha hecho que exista un stock suficiente como abaratar el precio. "La instalación de módulos estandar durante la pandemia podría estar entre los 7.000 u 8.000 euros más IVA, mientras que ahora ronda los 6.000", afirma José Francisco Alcaide, director técnicos en 4Tenergy. Un descenso del 14% en el peor de los casos –"una instalación completa puede costar un 25% menos que en 2021, afirma De las Heras– que hace que la amortización de la inversión sea más rápida.

En una vida útil de 30 años, las fuentes consultadas por Málaga Hoy coinciden en que la inversión puede estar amortizada en unos cinco años tras la instalación. Todo con un ahorro que comienza en torno al 50% de la factura eléctrica y que puede aspirar al 100% con la instalación de baterías. "Por la variabilidad de los precios de los últimos años debería ser una cosa que estuviese en la cabeza de todo el mundo", reclama de las Heras. La realidad es que, según Unión Española Fotovoltaica (UNEF), el 70% de los posibles clientes no estaban interesados en poner paneles.

También en la comunidad de vecinos

Donde parece que no decrece el interés es en el segmento industrial. "En dos años y medio pueden estar retornando la inversión", comenta Alcaide, quien data el decrecimiento de la instalación de placas en torno al segundo trimestre del año pasado. "Es un mercado nuevo que está madurando después de un crecimiento desorbitado que, de haberse mantenido en el tiempo, habría hecho que el sector perdiese credibilidad", analiza Becerra, director de autoconsumo industrial en Quantica, firma que recientemente ha completado la instalación fotovoltaica del Colegio Añoreta Novaschool.

"Al final de la pandemia había mucha liquidez, había ahorro y ahora con la inflación las familias lo tienen más complicado", analiza el CEO de Ubora Solar en otra lectura sobre el descenso en las instalaciones. La misma fuente confirma que la subvenciones para este tipo de fórmulas también han descendido –"a nivel de empresa ahora mismo no hay vigentes", confirman desde Quantica–, pero que se compensa con la rebaja del precio de los materiales. "Está por debajo del mejor precio histórico", insiste Becerra, quien afirma que el autoconsumo "siempre es competitivo".

El negocio de las fotovolcaicas, citan desde Ubora, se centra en tres ámbitos: el ahorro –"no pagas peaje, no pagas impuestos..."–, la independencia y la sostenibilidad. En este sentido, son ya algunas las comunidades de vecinos que se animan a este fórmula. "Es incipiente porque es difícil convencer a la comunidad y las normas no son sencillas", afirma José Miguel Bago, coordinador del Grupo de Energía del Colegio Oficinal de Ingenieros industriales de Andalucía Occidental. No obstante, "la tendencia empieza a cambiar" y los propietarios cada vez más se animan a acogerse a estas medidas. "No hace falta que todos quieran participar, con que haya un número suficiente para que tenga un coste asequible...", matiza Bago, quien sí afirma que debe haber cuórum para usar la cubierta.

Instalación fotovoltaica de Quantica en el Colegio Novaschool de Añoreta.
Instalación fotovoltaica de Quantica en el Colegio Novaschool de Añoreta. / M.H.

El precio de la electricidad, al alza

Aunque la subvenciones hayan animado a la instalación de placas fotovoltaicas, la subida del precio de la electricidad en las sucesivas crisis económicas que han azotado a España en el las últimas décadas ha sido el principal argumento de los usuarios. Según la Agencia Andaluza de la Energía, Málaga pasó en 2008 de tener 3,3 megavatios (MW) de potencia a 40MW. Hoy, la potencia eléctrica renovable a generada por placas solares en la provincia asciende a 366,1MW, el equivalente a 3.660 campos de fútbol de superficie.

El inicio de la pandemia incrementó en un 179% las instalaciones de placas solares en Málaga, justo cuando el precio de la electricidad se incrementó un 195% fruto, también, de sucesivos conflictos geopolíticos. A día de hoy, la media del precio de la electricidad roza los 100 euros el megavatio-hora "y aunque esté gratis en el mercado mayorista, vas a pagar que te la traigan a casa", explican desde Quantica. La misma fuente concluye: "Va a ser una segunda mitad del año caro". El único precio que parece descender es el de los módulos de las placas solares.

A más temperatura... menos rendimiento

Aunque Málaga disfruta de una media de 300 días de sol al año, las altas temperaturas son un obstáculo para la generación de energía mediante placas solares. “Una instalación en el País Vasco rinde la mitad que una en Málaga, donde es muy rentable”, ejemplifica el CEO de Ubora Solar. Sin embargo, el aumento de la temperatura no se traduce en un incremento proporcional de la energía generada. “La producción es más baja si se superan los 30 grados”. En este sentido, los meses en los que estas instalaciones alcanzan su máximo rendimiento son los de primavera. A medida que la temperatura del panel aumenta, su eficiencia disminuye, un fenómeno que se debe al comportamiento de los materiales semiconductores utilizados en las células fotovoltaicas. Para contrarrestar este efecto, se están desarrollando tecnologías y estrategias innovadoras, como sistemas de refrigeración para los paneles y el uso de materiales que mejoran la disipación del calor. 

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