Cuando la Inteligencia Artificial traspasó los límites de la informática

Un proyecto Europeo creado en la UMA pretende formar en este ámbito a estudiantes de diversos grados

Grupos de investigación españoles del campo de la Espectroscopia se dan cita en la UMA

Foto de familia de los socios del proyecto Futur-IA / M.H.
María Ramos

29 de julio 2022 - 07:02

Málaga/Dar el salto a un puesto de trabajo desde la universidad, en ocasiones, no es un proceso sencillo. A pesar del alto grado de formación que se cuece en los grados, el mundo laboral cambia a una velocidad mucho más rápida de la que se adaptan los planes de estudio. Esto provoca que los alumnos sientan vacíos de conocimiento en aspectos que están a la orden del día en las empresas, como suele pasar con los factores relacionados con el mundo tecnológico. En la Universidad de Málaga se enjambró un proyecto que pretende tapar uno de estos agujeros. Futur-IA se presenta como una plataforma orientada a fortalecer los conocimientos sobre Inteligencia Artificial (IA) de alumnos que no forman parte del mundo informático.

Francisco López Valverde, investigador del departamento de Lenguajes y Ciencias de la Computación, ha sido la cabeza pensante en la que creció este proyecto. El experto en Inteligencia Artificial se dio cuenta de que existían huecos entre la formación de grados y el mercado laboral y sabía que la IA era uno de ellos, sobre todo para los jóvenes que no provenían de carreras relacionadas con la informática. “No es solo que exista esta necesidad de conocimiento, es que va a más”. Con el objetivo de paliar este problema, López comenzó a contactar con expertos de toda Europa hasta logar conformar este equipo europeo. Ahora son siete socios de seis países los encargados de capitanear TSAAI (Transversal Skills on Applied Artificial Intelligence), el proyecto que desarrollará la plataforma Futur-IA.

Las universidades implicadas, además de la malacitana son la alemana Offenburg University of Applied Sciences; Jožef Stefan Institute y Jožef Stefan International Postgraduate School, ambas de Eslovenia; International Balkan University, de Macedonia del Norte, Tallinn University of Technology, de Estonia; y University of Rijeka, de Croacia. Cuando López reunió al grupo, ninguno de ellos se conocía. Ahora indica que la unión de expertos de diferentes características y países “es una de las partes más atractivas del proyecto”. Además, señala que de esta manera se garantizaba que se van a cumplir los objetivos europeos.

Los socios mantuvieron una primera reunión presencial para comenzar el proyecto. / M.H.

Futur-IA se presenta como una plataforma de formación digital en un primer momento, pero se pretende consolidar como un curso de experto universitario en el futuro. Para poder desarrollar el producto, el proyecto se ha dividido en varias fases. En primer lugar se está realizando un estudio para definir cuáles son las necesidades de conocimiento sobre IA que demandan el mercado laboral. “El enfoque del proyecto es transversal, aunque tenemos claro algunos campos de aplicación como son la medicina, la economía, el marketing o el derecho”, indicaba López. El experto explicaba que para este análisis previos se estaba acudiendo a informes ya elaborados, a la programación de másteres específicos sobre IA y se estaban consultando las necesidades con las cámaras de comercio de diferentes países. En estos momentos se está trabajando en esta fase.

Sergio Gálvez, profesor del mismo departamento que López y miembro del proyecto, es uno de los expertos que está implicado en el diagnóstico de necesidades de conocimiento sobre IA en diversos campos. Así, aludía por ejemplo al mundo de la logística, indicando que “es un ámbito complicado porque hay que tener en cuenta gran cantidad de aspectos que la informática clásica no puede controlar y que se requiere de IA”. Este explicaba que es un mundo en el que la Inteligencia Artificial permite reducir recursos y mejorar la satisfacción del cliente. Además añadía que sin esta, empresas como Amazon no hubieran alcanzado su éxito.

Gálvez también ponía como ejemplos de campos en los que la IA ya tiene un importante papel el procesamiento lenguaje natural o la agricultura. “Esta inteligencia se utiliza en la agricultura de precisión y permite pormenorizar los campos extensivos”. Este señalaba que con el uso de sensores controlados con esta inteligencia se podían dividir las hectáreas según las necesidades de cada parcela, de esta forma, los recursos se administran con mayor precisión. Respecto al procesamiento de lenguaje, Gálvez se refería a un caso muy práctico y es que indicaba que la IA se utilizaba en los servicios de atención al cliente telefónicos para monitorizar el servicio. “Cuando escuchamos la frase de ‘señale brevemente el motivo de su consulta’ se está echando mano de la IA para descifrar el mensaje”, añadía que “es útil para los empresarios encargados de la sección de atención al cliente conocer qué posibilidades ofrece la Inteligencia Artificial para ofrecer este servicio”.

Una vez concretado el estudio de diagnóstico se pasará a la siguiente fase que consistirá en desarrollar un programa que recoja los conocimientos que serían necesarios impartir. Este programa se denominaría currículum y a partir de este se elaboraría el material docente para llenar este vacío. La redacción de este material conformaría la tercera fase. En un periodo aparte, los participantes realizarán los vídeos didácticos que construirán la plataforma.

TSAII nace como un proyecto académico aunque le caracteriza el aspecto práctico. En relación a esto, Gálvez indicaba que la idea es que los alumnos sepan qué se puede hacer con la inteligencia artificial, pero no solo quedarse ahí, sino que “obtengan conocimientos prácticos para que sean capaces de extrapolarlos a las empresas en las que desarrollen su actividad”. En esta línea, los expertos coincidían en que quieren atender a las demandas reales del mercado para que la experiencia formativa sea lo más útil posible.

Rafaela Benítez y Francisco Rus, ambos profesores del departamento de Lenguajes y Ciencias de la Computación también forman parte del proyecto. A estos compañeros se le suma Ana María Castillo Clavero, profesora del departamento de Economía y Administración de Empresas, como representantes de la Universidad de Málaga en esta iniciativa europea. En total, son 28 los las personas implicadas, entre docentes y técnicos, las cuales conforman un grupo multidisciplinar acorde al objetivo del proyecto.

En 2025, el proyecto TSAAI deberá estar finalizado y por lo tanto Futur-IA será una realidad. Este se consolida como un proyecto del programa Erasmus +KA2 de la modalidad de Asociaciones para la Cooperación, en concreto de la categoría Educación Superior. La Comisión Europea ha concedido una ayuda de 370.000 euros para financiar el proyecto.

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