Vecinos de Campanillas: "Esto ha sido una locura"

Inundaciones en Málaga

El centro de Campanillas es desde anoche una zona catastrófica. Riadas de agua, también granizo, han arrastrado coches, motos, contenedores de basura y mobiliario urbano

Vídeo de vehículos atrapados en Campanillas / Javier Albiñana

El centro de Campanillas es desde anoche una zona catastrófica. Riadas de agua, también granizo, han arrastrado coches, motos, contenedores de basura y mobiliario urbano hasta dejarlos hechos un amasijo en los puntos más bajos del viario. Los vecinos han pasado la noche en vela preocupados por la crecida del río Campanillas y los niveles que iba alcanzado el agua, que ha derribado varios muros, uno de ellos el del colegio Francisco Quevedo.

En la cafetería El Capricho, Antonio y María, además de otros amigos y familiares, echaban fuera decenas de litros de agua y barro que ha cubierto por completo su establecimiento en la calle José Calderón. "No podíamos ni abrir las puertas de la corriente que había, esto ha sido una locura", relata Antonio, que sabe que le esperan varios días para recuperarse.

"Hemos perdido dos coches, se los ha llevado el agua, que estaba tan alta que cuando ha bajado hemos contado hasta tres motos en el barro", agrega. Ellos también estaban preocupados por una vecina mayor que vive sola. Por fortuna no ha habido que lamentar daños personales, pero los materiales son cuantiosos a primera vista.

"El agua estaba tan alta que cuando ha bajado hemos contado hasta tres motos en el barro"

Santa Águeda es la zona más afectada por las inundaciones, pero el miedo ha llegado a todos los rincones del distrito. Ana Martín vive el Huertecilla Mañas y desde las 2:00 no ha podido pegar ojo. "Era muy fuerte la tromba que estaba cayendo, agua y granizo". Cuando quiso salir para trabajar en el PTA la policía y los bomberos le impidieron salir de casa por precaución. "En las redes veíamos la situación, un hombre se tuvo que subir al techo de su coche para agarrarse a un balcón y poder salvarse", comenta.

"A las cuatro y media o cinco empecé a escuchar los granitos, no me pareció alarmante pero ya a las siete la calle se convirtió en un río, los vecinos empezamos a hacer un dique para que no atrase agua a la urbanización", dice Gabriel.

Algunos vecinos de Campanillas comentan que nunca ha llovido como hoy aunque los más mayores sí recuerdan riadas similares. "Pero es que antes no estaban construidas estas casas que hacen de presa para el agua", explica Manuel.

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