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El invento de cuidarse

Sanitarios hacen pruebas en la calle para ver los factores de riesgo cardiovascular · El 35% de los usuarios tenía el colesterol alto

Alberto Fernández, enfermero del Clínico, toma la tensión a un hombre.
Leonor García / Málaga

06 de noviembre 2010 - 01:00

Juan Rivero tiene 74 años, una hipertensión que controla con fármacos y una diabetes que todavía puede sujetar con dos horas diarias de caminata. Ayer, se dejaba atender por los sanitarios que hasta el próximo domingo vigilarán el estado de salud cardiovascular de los malagueños desde las carpas instaladas en el Paseo del Parque. Juan contaba que ahora que está jubilado todas las mañanas sale a comprar al mercado y, de paso, a caminar. Por la tarde ya tiene los deberes hechos con su corazón y se dedica a disfrutar del dominó con los amigos. "No hay otro invento nada más que cuidarte", decía al despedirse de Margarita Bertuchi, la enfermera de Barbarela que le tomó la tensión.

Los controles a pie de calle forman parte de la Semana del Corazón, una iniciativa de la Fundación Española del Corazón y de la Sociedad Española de Cardiología para concienciar de la importancia de mantener a raya los factores de riesgo cardiovascular. "Una de cada tres personas mueren de enfermedad cardiovascular", recordaba el jefe de Cardiología del Hospital Clínico, Eduardo de Teresa. Andalucía es la comunidad autónoma española que acumula las tasas de mortalidad más altas por estas patologías, entre las que se encuentran el infarto, la insuficiencia cardiaca y el ictus.

El responsable de Cardiología del Hospital Carlos Haya, Manuel de Mora, explicaba la llamada paradoja mediterránea: pese a las ventajas de la dieta, las regiones costeras del Mediterráneo tienen índices más altos de mortalidad por patologías cardiovasculares. "La hipótesis compartida por la comunidad científica es que se debe a la mayor prevalencia de la obesidad", explicaba.

Mientras ambos cardiólogos desgranaban mensajes fundados en datos y en su experiencia para concienciar de la importancia de llevar una vida saludable, Alberto Fernández, enfermero del Clínico, tomaba la tensión a Ramón Román, de 62 años. Máxima, 15,2; mínima, 10,5. El enfermero le aconsejaba que se la vigilara porque la mínima era alta. Luego daba dos consejos para cualquier neófito en el control de la tensión: una mínima de más de 9 y una máxima superior a 16 deben ser motivos de alerta.

En una carpa contigua, otro joven sanitario vigilaba el colesterol con un simple pinchazo en el dedo. De 43 personas a las que le había hecho la prueba a media mañana, 15 la tenían por encima de los parámetros recomendables. Mientras la cola para hacerse los controles hablaba del éxito de la iniciativa, De Mora y De Teresa daban más pinceladas sobre un problema que ya es de salud pública. Decían que a menor renta per cápita y menor nivel educativo de la población, menor es también el control de los factores de riesgo cardiovascular. "La menor renta per cápita está asociada a una dieta excesivamente rica en grasas e hidratos de carbono", apuntaba el cardiólogo del Carlos Haya.

No obstante, ambos especialistas dejaban un mensaje en positivo. Lo bueno es que las enfermedades cardiovasculares se pueden prevenir evitando el tabaco, la hipertensión, el colesterol alto, la diabetes y la obesidad. "Es crucial que atajemos la creciente prevalencia de la obesidad y en particular la infantil si no queremos que en los próximos años el impacto negativo de las enfermedades cardiovasculares crezca", advirtió De Teresa. La mitad de estas patologías se podría prevenir con el control de los factores de riesgo porque, según los especialistas, tenemos la edad de nuestras arterias.

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