Investigadores de Málaga identificarán praderas marinas y técnicas para restaurarlas
Son hábitat para algunas especies de interés para la flota pesquera y su presencia también facilita la retención de sedimentos en las playas, así como el secuestro de carbono y otros nutrientes
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Investigadores de la Universidad de Málaga llevarán a cabo actuaciones encaminadas a identificar las localizaciones y técnicas más adecuadas para la restauración de praderas de dos especies de angiospermas marinas en las costas malagueñas: 'Cymodocea nodosa' y 'Zostera marina'.
Estas actuaciones se enmarcan en los proyectos Recomar -cofinanciado por el Fondo Europeo Marítimo de Pesca y de Acuicultura, a través del Programa Pleamar- y Climarest, perteneciente a la misión europea para restaurar los océanos y aguas en el que participan 17 instituciones de investigación de siete países de Europa. Ambos proyectos están siendo liderados por el profesor titular del Departamento de Ecología y Geología de la UMA, Ricardo Bermejo.
Las angiospermas marinas son plantas con flores capaces de desarrollar su ciclo vital en el mar y que pueden formar extensas praderas en fondos arenosos del litoral, normalmente entre los 0 y 30 metros de profundidad, promoviendo un papel clave en el funcionamiento de los ecosistemas y el mantenimiento de importantes servicios ecosistémicos.
En el mundo existen alrededor de 60 especies de angiospermas marinas, de las que cuatro están presentes en Andalucía: 'Cymodocea nodosa', 'Nanozostera noltei', 'Posidonia oceanica' y 'Zostera marina'.
Últimas observaciones en 2007
'Cymodocea nodosa' y 'Zostera marina' fueron especialmente abundantes y frecuentes en los arenales de las provincias de Málaga y Granada (sur de España) hasta finales del siglo XX y las últimas observaciones de la segunda de esas dos especies se realizaron en la provincia malagueña en 2007, en el entorno del puerto de Caleta de Vélez.
Actualmente, en Andalucía los últimos ejemplares conocidos de esta especie se encuentran en la Bahía de Cádiz. En el caso de 'Cymodocea nodosa' fue también localmente abundante en algunos municipios de Málaga y Granada, pero desapareció en las mismas fechas referidas, aunque todavía existen pequeños rodales en zonas concretas de estas dos provincias.
Esta especie no llega a formar praderas, por lo que, desde un punto de vista ecológico, puede considerarse funcionalmente extinta en la zona.
Secuestran carbono
Las praderas de angiospermas marinas son un importante hábitat para algunas especies de interés para la flota pesquera tradicional (sepia, salmonete, dorada o peregrina) y su presencia también facilita la retención de sedimentos en las playas, así como el secuestro de carbono y otros nutrientes.
Debido a la importancia de estas praderas para los ecosistemas costeros y su vulnerabilidad a las presiones humanas, tanto 'Zostera' como 'Cymodocea' se encuentran protegidas por diversa normativa, tanto nacional como internacional.
La recuperación y conservación de especies clave para el funcionamiento de los ecosistemas se vuelve especialmente relevante en el actual contexto de crisis ambiental y emergencia climática, indican los investigadores.
En el caso de las angiospermas marinas, su restauración es vista como una oportunidad para mitigar numerosos problemas ambientales, después de que los esfuerzos llevados a cabo desde la década de los 70 encaminados a reducir la presión humana sobre los ecosistemas y favorecer su recuperación hayan resultado insuficientes.
Década de restauración de ecosistemas
Por este motivo, la presente década ha sido declarada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como la de la 'Restauración de los Ecosistemas'; por lo que tanto a nivel internacional como nacional se desarrolla diversa normativa que promueve las actuaciones de restauración ecológica activa a gran escala.
Para que estas actuaciones de restauración sean eficientes, deben llevarse a cabo estudios previos, principal objetivo de los proyectos Recomar y Climarest, que están siendo desarrollados por investigadores de diferentes departamentos de la Universidad de Málaga.
Para favorecer la futura conservación de ecosistemas recuperados, se desea implicar a las principales partes interesadas, por lo que además de investigadores de las Universidades de Málaga y Galway (Irlanda), otras entidades colaborarán en estas iniciativas como pescadores artesanales, Junta de Andalucía o buceadores.
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