Jarazmín, el barrio de Málaga que "vive con miedo" por los robos en viviendas: los ladrones se llevan un botín de 20.000 euros
Los vecinos reclaman la "instalación de alumbrado" en las zonas que aún no lo tienen y "mayor presencia policial"
Han organizado patrullas y salen a las calles cada noche
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Málaga/Nadie está nunca preparado para algo así. Pero menos aún para ver cómo su caso no es más que el primero de una lista que sigue aumentando. Justo esto es lo que le sucedió a una vecina de Jarazmín, un barrio de la zona este que no muchos saben situar en el callejero, pero que empieza a ganar popularidad entre los asaltantes de viviendas. A ella le desvalijaron la suya en un lapso que es capaz de acotar "entre las 19:00 y las 21:00", mientras se encontraba haciendo unas compras en el centro comercial Vialia, tiempo suficiente para que los ladrones accedieran a su casa, la pusieran patas arriba y lograran sustraer todo lo que tuviera algún valor. Apenas dos horas en las que perdió lo reunido durante años: joyas de tradición familiar valoradas en 15.000 euros y casi 5.000 más en efectivo. "Nadie vio nada".
Primero intentaron forzar la puerta principal. No pudieron. Luego otra. Tampoco. Al final, accedieron al garaje, donde cogieron prestada una escalera y haciendo uso de ella se las ingeniaron para entrar. No les dio mucho tiempo a los asaltantes a recrearse con el botín. El robo se produjo el pasado 27 de noviembre. La banda criminal a la que la Policía Nacional achaca esta sustracción, de origen albanés y asentada en Comares, cayó sólo un día más tarde. Pero los robos e intentos frustrados han seguido sucediéndose en el barrio.
Siempre siguiendo el mismo modus operandi: se producen cuando no hay nadie en casa, momento en que aprovechan para forzar la puerta con un objeto similar a una palanca y siempre escudándose en las primeras sombras del anochecer. El último asalto que logró consumarse tuvo lugar el pasado 15 de enero, siguiendo punto por punto estas pautas. "Creo que nos estaban vigilando, porque solíamos salir a esa hora", reflexiona uno de los vecinos afectados que, añade, ese día abandonaron la vivienda de forma escalonada.
En esta ocasión, los amigos de lo ajeno también tuvieron que superar unos cuantos obstáculos. "Saltaron una alambrada, pasaron cuatro puertas y rompieron una verja de hierro". Una vez dentro del domicilio, revolvieron todos los dormitorios de la familia y vaciaron los armarios. Valoran lo sustraído en "unos 900 o 1.000 euros". Se llevaron desde las alhajas que estaban más a la mano hasta una hucha.
Lo peor: el malestar con el que viven ahora. "Hemos puesto una alarma, pero el sentimiento de inseguridad se queda. La sensación de que alguien ha entrado en tu casa a tocar tus cosas y llevárselas es muy mala", confiesa. Tampoco les resulta menos doloroso pensar en posibles escenarios como "qué hubiera podido pasar si mi hijo, que fue el último en salir ese día, llega a encontrárselos dentro".
Una situación, en conjunto, que los vecinos no están dispuestos a tolerar. Cada vez son más los que se deciden a instalar sistemas de videovigilancia. También están más atentos a lo que sucede fuera. Este martes por la noche, otro vecino daba la voz de alarma tras divisar a un hombre "alto y delgado con un pasamontañas" que, al parecer, se escondió a su paso tras unos materiales de obra. "Antes, llegó a saltar por nuestra valla. No sabemos si quería entrar a nuestra casa o a la de al lado", relata una mujer que fue testigo de los hechos.
En pocos minutos, tras una rapidísima respuesta organizada vía WhatsApp, varios de ellos ya se encontraban peinando las calles para tratar de dar con él y amedrentarlo. No lo encontraron. Creen que pudo huir "campo a través". Horas después, un vecino reportó por este mismo grupo de mensajería que alguien había intentado forzar la puerta de su taller. Pero no lo consiguió. En los días sucesivos, algunos aseguran haber realizado más avistamientos de "actitudes sospechosas" como "luces de linternas donde no tenía por qué haberlas" por tratarse de zonas con poco o nulo tránsito.
Desde entonces, según explican desde la Asociación de Vecinos de Jarazmín, "el barrio vive con miedo". Extremo que quieren revertir a la mayor brevedad. Una improvisada patrulla ciudadana formada por "9 o 10 voluntarios" ya vigila las calles noche por noche a modo de guardianes de la tranquilidad del vecindario. Aunque piensan que no es suficiente con su propia iniciativa.
También reclaman que el Ayuntamiento de Málaga tome cartas en el asunto a través de la "instalación de alumbrado" en las zonas que aún no lo tienen y el "incremento de la presencia policial en el barrio". "Sólo queremos vivir tranquilos", concluyen.
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