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David Fernández
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Daniel Vega y Clara Molina, dos jóvenes de Alhaurín de la Torre que se encuentran realizando un proyecto de cooperación internacional en la República del Chad, vivieron el pasado jueves una experiencia "única" y "gratificante". Ambos ayudaron a dar a luz en una camioneta a una mujer que se había puesto repentinamente de parto durante la celebración de una misa.
Estos jóvenes alhaurinos, que pertenecen a la asociación Eo, Eo, se encontraban en el Centro de Huérfanos de Bayaka, en El Chad, planificando sus actividades del día cuando les alertaron de que en un local cercano, donde se estaba celebrando una eucaristía con catequistas, una chica había roto aguas.
Sin pensarlo dos veces, los jóvenes se montaron con la parturienta en una camioneta con destino a un centro sanitario. Si bien, la cabeza del bebé ya casi asomaba, por lo que los jóvenes decidieron asistir el parto en el vehículo. Daniel, enfermero, consiguió pinzas, guantes y algo de hilo, ya que acostumbra a llevar algunos materiales quirúrgicos básicos para atender a los menores con los que trabaja por si sufren caídas o accidentes.
Una vez que la mujer dio a luz, los jóvenes cogieron al bebé, pinzaron el cordón umbilical y, provistos solo de hilo de coser, hicieron un improvisado estrangulado por varios sitios para poder cortarlo con garantías. Aunque no fue tarea fácil debido a la precariedad de los materiales y las estrecheces del vehículo, consiguieron completar la acción, evitando así posibles infecciones.
A continuación, pinzaron también la placenta para que se fuera desprendiendo de forma natural, pese a que algunos asistentes insistían en extraerla a mano; una posibilidad que los jóvenes rechazaron, ya que podía causar la hemorragia de la madre. Finalmente, la trasladaron a una casa cercana, donde Clara la ayudó a limpiarse y a lavarse. En ese momento, pasados ya unos quince minutos desde el parto, la placenta salió sola.
El enfermero recomendó a las personas que también los acompañaban en la camioneta que llevaran a la madre, de 20 años, a un hospital para que los sanitarios comprobaran que todo estaba bien. No obstante, desconoce si finalmente fue examinada por un médico. Antes de marcharse sí pudo comprobar que el bebé se encontraba en buen estado y respondía a los estímulos.
“Ha sido un parto poco común, algo estresante y sin tener apenas experiencia ni material, pero ahora, con el tiempo, considero que ha sido una experiencia muy interesante y enriquecedora, y con final feliz porque el bebé está en perfecto estado”, manifiesta Daniel, quien calcula a ojo que el menor nació con un peso de entre tres y cuatro kilos.
El joven alhaurino ya había estado presente en algún parto, pero meramente observando o como colaborador secundario, y siempre en centros hospitalarios. "Los enfermeros no estamos acostumbrados a algo así, salvo que ya hayas participado en otros alumbramientos", apunta. Sin embargo, "el instinto, la lógica y los pocos conocimientos que tenemos nos permitióalha hacerlo lo mejor que pudimos. Rápido, en condiciones complicadas, sin asepsia, en lo alto de una camioneta, incómodo, con gente alrededor, todos ellos sin guantes...”, recuerda.
Los jóvenes aseguran que la familia de la joven a la que asistieron está muy agradecida por la acción que realizaron. Asimismo, el alcalde de Alhaurín De la Torre, Joaquín Villanova, ha expresado sus felicitaciones y su deseo de recibirlos en persona este jueves, día en el que ponen un pie de nuevo en España.
El bebé que nació gracias a la ayuda de Daniel y Clara ha recibido el nombre de Nicolás en homenaje al obispo de la Diócesis de Laï, que estuvo en Alhaurín de la Torre hace unos meses de visita oficial con la asociación Eo, Eo.
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