Uno de los jugadores de El Palo reconoce que apuñaló a Samu y exculpa al otro

El futbolista del filial de El Palo Mohsine S. reconoció el pasado miércoles en su declaración ante la juez que apuñaló a Samuel Galán y alegó que lo hizo bajo los efectos de la cocaína mezclada con alguna bebida alcohólica. El jugador paleño negó a la magistrada que su acción fuera fruto de un acuerdo con su compañero de equipo para atacar al delantero del filial del Alhaurín de la Torre, al final del encuentro del pasado domingo en el Nuevo San Ignacio y que acabó con victoria local. La juez, sin embargo, no creyó esta versión y decretó tanto para él como para Salvador A, de 20 años, prisión provisional sin fianza por intento de asesinato.

Fuentes cercanas al caso explicaron ayer a este periódico que Mohsine, de 21 años, relató durante su testimonio que llegó a estadio como un aficionado más cuando apenas quedaban 30 minutos para que acabara el encuentro. Decidió bajar al campo al percatarse de que su amigo se estaba peleando con Samu. Además, en la citada declaración admitió igualmente que llevaba una navaja de pequeñas dimensiones, que fue la que utilizó para agredir al rival. Aunque dijo que no recordaba muy bien lo sucedido, porque estaba extasiado. Eso sí, insistió en que cuando sacó el arma no tenía intención de matar a la víctima, según especificaron las fuentes consultadas. En la trifulca el segundo entrenador del conjunto local -policía nacional de profesión- acabó con un corte en la pierna, lo que se produjo, según explicó el acusado en su comparecencia, cuando el agente le cogió de las manos para intentar reducirlo. El club paleño explicó hace unos días que este joven tiene ficha con el equipo, pero que está desvinculado de la rutina del mismo. En la temporada actual ha jugado apenas cinco minutos de partido en un encuentro disputado antes de Navidad.

La juez ha solicitado tras escuchar este relato del jugador pruebas toxicólogas para el acusado, según añadieron las aludidas fuentes próximas al caso. Una de orina, con la que determinar si ha consumido algún tipo de sustancia en los últimos días, y otra de pelo, con la que se podrá comprobar si la ingesta de drogas es habitual y desde cuándo. Mohsine S. permaneció huido desde el domingo hasta el pasado miércoles , cuando se entregó en la Comisaría Provincial. Durante ese tiempo habría estado recluido en un centro de desintoxicación de Alcaudete (Jaén).

Por su parte, Salvador A. declaró ante la juez que el entrenador lo retiró del campo de juego y que cuando el árbitro dio por finalizado el encuentro se fue a celebrarlo con sus compañeros, momento en que dijo que empezó el enfrentamiento con Samu. Un encaramiento que calificó como típico del fútbol, por lo que en ningún momento esperaba que su amigo fuese a venir por detrás con una navaja. El integrante del equipo marengo fue el primero de los dos jugadores que se entregó a la Policía el pasado lunes.

Salvador y Mohsine coincidieron en sus testimonios ante la magistrada del Juzgado de Instrucción número 13 de Málaga en que no cruzaron palabra desde que el primero fuera sustituido por su entrenador 20 minutos antes del final del partido, tras protagonizar un rifirrafe con Samuel. Por lo que negaron ante la juez un pacto previo en el que decidieran atacar al delantero del Alhaurín de la Torre a la conclusión de la disputa futbolística. Sin embargo, la tesis que mantienen los agentes de la Policía Nacional a cargo de la investigación no coincide. Salvador, según sus indagaciones, habría retenido presuntamente a la víctima mientras que su compañero habría aprovechado ese momento para asestarle las dos puñaladas.

El subdelegado del Gobierno en Málaga, Miguel Briones, ya anticipó esta hipótesis antes de la detención de los dos supuestos implicados . A los dos futbolistas paleños se les consideraba como presuntos autores materiales de la agresión, a pesar de que los navajazos los asestó sólo uno de ellos.

El material videográfico de lo acontecido al término del partido habría sido clave en la investigación, según manifestó el subdelegado del Gobierno. Sin embargo, las fuentes consultadas por este periódico señalan que en las actuaciones sólo consta un vídeo y posterior al apuñalamiento, por lo que no resultaría aclaratorio para explicar la secuencia de los hechos.

Samu sufrió dos paradas cardíacas, una en el campo, y otra en el quirófano durante la intervención quirúrgica y le ha quedado una cicatriz de 20 centímetros, porque tuvieron que abrirle el pecho para intervenirlo. Ahora se recupera en el Hospital Regional ya fuera de peligro.