La búsqueda de Julen cambia la orografía del Dolmen del Cerro de la Corona
Las labores para rescatar al menor ya se notan en los terrenos, dando una idea de la magnitud de la operación
Málaga/Llegar a los 71 metros de profundidad, cuanto antes pero con la máxima seguridad, es el deseo y el objetivo de las más de 100 personas que trabajan día y noche para intentar sacar con vida a Julen del pozo de Totalán. Esta operación, que en condiciones normales podría tardar meses en ejecutarse correctamente, es una obra de ingeniería civil contra el reloj que ya se deja ver a simple vista en el Dolmen del Cerro de la Corona.
Las imágenes captadas por los medios de comunicación permiten realizar una comparativa de cómo se está modificando la orografía del terreno y de la magnitud de los trabajos que deben acometer ingenieros y técnicos. Las dificultades que se van encontrando sobre la marcha -desprendimientos de tierra, diferentes composiciones de la piedra, terreno abrupto e inestabilidad del terreno para la maquinaria- obligan a planificar el rescate siempre desde varios frentes para que, en el caso de que uno quede obstruido o se retrase, poder priorizar otro.
No obstante, los ingenieros de caminos reiteran que no hay una solución clara a este rescate: ni siquiera se sabe si el pequeño está o no a 71 metros de profundidad, bajo el tapón de tierra encontrado en el pozo, o más abajo hasta los 110 metros de perforación del pozo. Todo esto es, cinco días después del suceso, incertidumbre.
Tras varias alternativas, la que se está utilizando ahora es rebajar el terreno situado junto al pozo en 30 metros. Hasta el momento se ha logrado la mitad de este objetivo, esperando comenzar si todo marcha bien las perforaciones de ambos túneles verticales este viernes por la mañana.
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