La Junta investiga la incineración de un malagueño al confundir su cadáver con otro y se disculpa con la familia
La Consejería de Justicia lamenta "profundamente" lo ocurrido y dice que la Delegación de Cádiz, provincia donde se produjo el fallo, abrió un expediente "nada más conocer los hechos"
Confunden dos cadáveres y acaba incinerado un hombre de Málaga al que su familia quería enterrar
La Junta de Andalucía ha abierto una investigación para esclarecer qué pudo suceder para que dos cadáveres hayan sido intercambiados y se hayan entregado a la familia contraria, un hecho que acabó con la incineración por error de un malagueño que había expresado en sus últimas voluntades su deseo de ser enterrado. Después de haberse difundido el caso, la Consejería de Justicia ha emitido este jueves un comunicado en el que dice lamentar "profundamente" lo ocurrido y se disculpa con la familia.
"Es una situación que nunca se debió haber producido. Un error por el que pedimos disculpas públicamente a la familia, a la que ya se le trasladó directamente nada más detectarse la confusión, y sentimos mucho que este fallo hada impedido dar la sepultura elegida a su familiar", afirma la Consejería de Justicia.
Según ha explicado la Consejería, en la Delegación territorial de Cádiz, provincia en la que tuvo lugar el intercambio de los dos cuerpos, "abrió un expediente de información previa para esclarecer dónde se produjo el error o los errores". Esto se hizo, asegura la Junta, "nada más conocer los hechos".
Dentro de este proceso de investigación, se ha nombrado ya un instructor que está recopilando todos los datos para "averiguar las circunstancias acaecidas en el procedimiento de la entrega de los cadáveres, desde que llega al Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Cádiz (IMLCF), dependiente de esta Consejería, hasta que es entregado por la funeraria a la familia, y conocer dónde se ha fallado en la aplicación de los protocolos existentes de comprobación".
En el mismo comunicado, la Consejería de Justicia asegura que "se viene trabajando en diferentes medidas para mejorar la gestión y el servicio de los IMLCF, como el protocolo de inhumación de cadáveres sin identificar o sin reclamar para dar agilidad a su sepultura y evitar que estos permanezcan en los Institutos hasta que los ayuntamientos ejecutan los enterramientos".
Asimismo, afirma que se firmará con el Servicio Andaluz de Salud (SAS) un convenio para que los casos de muerte natural -como el de este hombre malagueño- "se certifiquen por los médicos sin necesidad de tener que realizar una autopsia judicial". Todo ello, concluye la nota, "dentro de la política de humanización de la Justicia y sus servicios, que incluye cuidar de la dignidad de las personas ante el hecho de la muerte".
La confusión de dos cadáveres
Todo sucedió hace unos días. Un malagueño se encontraba en Cádiz junto a sus dos hijas para pasar el fin de semana en casa de un familiar y estando allí el hombre se empezó a sentir mal y falleció. Aparentemente, tuvo un problema de corazón, pero su cuerpo fue llevado al Instituto de Medicina Legal y Forense (IML) de Cádiz para que se le practicara la autopsia. Allí, y en algún momento del proceso, su cadáver se intercambió con el de otra persona y, según pudo saber Málaga Hoy, el cuerpo del malagueño fue entregado por error a otra familia y acabó incinerado, cuando esa no era su última voluntad.
Según ha explicado en declaraciones a este periódico el abogado de las hijas, Damián Vázquez, letrado de la Asociación del Defensor del Paciente, sus clientas estaban en Málaga esperando la llegada de un coche fúnebre que tenía que trasladar los restos de su padre desde Cádiz. Tenían preparado un velatorio, misa y posterior entierro, tal y como era su deseo.
Pero la sorpresa llegó cuando, estando en Parcemasa, recibieron una llamada del director del IML de Cádiz en la que les decían "que sentían mucho lo que había pasado, que había habido un error en la identificación de los cadáveres y que el suyo se lo habían entregado a otra familia, incluso que esta ya había hecho una misa y lo habían incinerado". "Imagina cómo está toda la familia, están destrozados", asegura el abogado, que insiste en que tanto el deseo del fallecido como el de la familia era ser enterrado, no incinerado, y que "así se lo había expresado él mismo también a su funeraria".
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