La Junta ha recibido el proyecto para la rehabilitación de la fachada de Santo Domingo en Málaga, pero pedirá más documentación al Obispado

No parece que las obras para rehabilitar la fachada de la Iglesia de Santo Domingo en Málaga vayan a empezar pronto. El Obispado entregó el pasado mes de mayo el proyecto de rehabilitación a la delegación de Cultura de la Junta de Andalucía, que debe informarlo. Esta lo ha recibido, pero, afirman desde la delegación, se han detectado puntos que, a priori, requerirán informacion adicional al tratarse de un Bien de Interés Cultural (BIC).

La Iglesia de Santo Domingo es un templo propiedad del Obispado de Málaga declarado Bien de Interés Cultural, por lo que es la Junta de Andalucía la que debe velar porque cualquier proyecto de rehabilitación se haga conforme a la protección del patrimonio. Además, es sede canónica de las cofradías de Mena, Estrella, Dolores de Puente y la Cena.

El templo se viene viendo afectado por la humedad (tanto la producida por su cercanía al río, como de las propias filtraciones del terreno), lo que ha dañado tanto su fachada exterior como el interior del mismo, por lo que necesitará una reforma integral, aunque se hará en dos fases a fin de agilizar el proceso. Por una parte, el proyecto de rehabilitación de la fachada, al que se sumará en una segunda instancia los trabajos para acondicionar el interior del mismo, documento en el que "ya trabajan", según afirman desde el Obispado.

Para arreglar la fachada, en el Obispado tienen un objetivo claro: la Semana Santa de 2025. La fachada está en el foco de la imagen pública durante el traslado del Cristo de Mena y se quiere evitar que se repita la foto con la cara del tempo en mal estado de fondo.

Cada una de estas dos fases deben pasar por Urbanismo para conseguir la pertinente licencia de obras, que, a su vez, deberá remitir a Cultura para que los informe, toda vez que la Iglesia está catalogada como patrimonio a proteger. Tanto la obtención de licencia como el informe de Cultura es en el punto en que ambas fases pueden demorarse, como ahora le ha pasado a la rehabilitación de la fachada. Desde la Junta afirman que "todas las administraciones tenemos la mano tendida para agilizarlo lo máximo posible".

A la hora de hacer un estudio diagnóstico del edificio a intervenir, al ser un edificio catalogado como BIC, debe cumplir ciertos requisitos e incluir como mínimo un estudio del bien y sus valores culturales la diagnosis de su estado, la descripción de la metodología a utilizar, la propuesta de actuación desde el punto de vista técnico y económico, la incidencia sobre los valores protegidos y un programa de mantenimiento. Y alguno de estos puntos, a falta de una revisión más exhaustiva del proyecto presentado, no está incluido, señalan desde Cultura.

El Obispado afirma que, una vez tengan los permisos pertinentes, las obras podrían empezar, ya que tienen aprobado el presupuesto y tardarían "un par de meses". El coste del mismo es ligeramente superior a los 91.000 euros y la Diócesis ya ha reservado una partida para ello, aunque han pedido una subvención al Ayuntamiento de Málaga, que ya anunció que arrimaría el hombro en la financiación. El concejal de Vivienda y Regeneración Urbana, Francisco Pomares, confirma que han recibido la solicitud y que "si todo está correcto, se le otorgará".

Más se demorará el interior del templo, si bien desde la Diócesis no aportan una horquilla sobre cuánto se prolongarán los trabajos en el exterior. La rehabilitación integral, precisan, “sería ya una obra más costosa”. Su intención es llevar a cabo una obra de restauración similar a la que se hizo en la Iglesia de los Mártires o de Santiago. En este caso, el presupuesto estiman que será mayor que el que invertirán en la fachada y los trabajos se prolongarán durante más tiempo.