Cuando el legado queda en el limbo

Localizar inmuebles o cuentas bancarias que llevan tiempo inmóviles y tratar de llegar hasta los herederos a los que les corresponde el legado. Ése es uno de los objetivos que se proponen las gestorías y los bufetes. Entre los que operan en Málaga destaca el despacho Ifs abogados, que, según defiende, trata de adaptarse a las necesidades económicas. Su director jurídico, José Ignacio Francés, reconoció que son muchos los que encuentran herencias que no esperaban. "Hay personas mayores que fallecen tras llevar un tiempo sin hablarse con sus hijos y las viviendas se quedan en el limbo. Se dan muchos casos, sobre todo de personas que se han ido a vivir a puntos del extranjero como Gran Bretaña o Italia. Lo complicado es localizar al heredero. Recurrimos al registro civil, buscamos a los hijos o incluso a los nietos", explicó el responsable del bufete, cuyos especialistas también se ocupan de la venta de inmuebles, siempre cuando los herederos estén interesados.

Otro de las empresas encargadas de tramitar los bienes vagantes es la gestoría Wills & Laws, que cuenta con un equipo de investigación de herederos centrado en hallar herencias que no han sido adjudicadas y ponerlas en conocimiento de los beneficiarios. "Lo que nos diferencia del resto es la tramitación de legados internacionales porque las leyes varían en función del país del que se trate, de donde haya fallecido la persona y del sitio en el que estén situados los bienes", explicaron desde la gestoría. El perfil de clientes, en su caso, responde al de personas que vivieron durante un tiempo en el extranjero, tuvieron familia allí y después retornaron a España. "Es problemático ya que la burocracia de los impuestos es complicada", indicaron. De esta forma, se hace posible que una persona reciba desde cualquier parte del mundo una visita en la que se le comunica que es heredero de una sustanciosa cantidad de dinero. El trámite puede tardar en resolverse meses o incluso años, dado que exige una "investigación a fondo", precisaron desde la gestoría, que trabaja con "más de 300 casos al año". La empresa, una vez que se ha producido la adjudicación de los honorarios, cobra una comisión que depende de los bienes y del contrato que se haya redactado con el interesado.