El parqué
Caídas ligeras
Balcón de Notables. Jesús Otaola
Las librerías Proteo-Prometeo son todo un referente en el mundo de la cultura malagueña. Nacieron hace medio siglo en un pequeño local del centro para sortear el control de libros prohibidos y hoy disponen de un edificio con cuatro plantas para la venta de ejemplares, donde además se organizan encuentros literarios o talleres de escritura. Al frente del negocio lleva desde hace ocho años Jesús Otaola Carrera.
-Hace un mes recogieron el premio Librería Cultural de 2017 ¿Qué significa este reconocimiento?
-Sonó el móvil y tuve un presentimiento: eran del Ministerio y de la Confederación de Libreros y me dijeron que habíamos obtenido el premio. Lo primero en que pensé fue en todos los que trabajamos en la librería. Somos 16 personas y hemos pasado años duros con la caída de ventas y la crisis económica. Han sido años de recortes, de recortes de horarios, no de personal, en los que nos hemos tenido que readaptar, que reinventar. Que te reconozcan tanto esfuerzo, tanto estirarnos y sufrimiento, te da mucha alegría. Y sobre todo es un premio que otorgan tus compañeros libreros, que te reconocen como la mejor librería de España.
-¿Es difícil hoy mantener una librería en estos tiempos de crisis y de competencia tecnológica?
-Claro, es muy difícil, dificilísimo. En algunos casos es imposible y de ahí las librerías que han cerrado en los últimos años. Ha habido que inventar una nueva librería. En el año 2008 murieron las librerías que existían, me refiero al mundo del libro que conocíamos, y esta crisis económica acompañada de los monstruos tecnológicos que hacen una competencia desleal, porque no tenemos acceso a sus medios ni a las ventajas que tiene y me refiero a las multinacionales que evaden impuestos y no los pagan en Europa. Las que han sobrevivido lo hacen de muy diversas formas. Conozco una librería que hace su propia cerveza y tertulias literarias, otras que tienen más objetos de papelería y otras que se han convertido en cafeterías. Hay diversas formas de buscarse la vida, de buscar cosas que atraigan a la gente a las librerías. Nosotros en concreto tenemos Ediciones del Genal. Nunca dábamos con la tecla exacta pero un día nos dimos cuenta que ese extra estaba funcionando. En los últimos años hemos hecho cerca de 400 libros, que son muchos y han atraído a un público que necesitaba dar a conocer sus obras e ideas.
-¿Su editorial está dirigida sólo a temas de Málaga?
-Ese era el origen y sin darnos cuenta nos hemos abierto a muchas más cosas, sobre todo desde el punto de vista literario. Tenemos novelas que se han vendido en toda España. Ahora en la Feria del Libro vamos a presentar una colección con un nombre muy malagueño: Manguta de Libros, y con un abanico bastante importante de autores a nivel nacional. Y esperamos que esos libros estén en el máximo número de librerías de España. Eso nos da fuerza e ilusión. Pero lo principal es lo malagueño, lo pequeño. Nunca vamos a competir con los grandes grupos editoriales, ni queremos ni sabemos, sino que lo que queremos es centrarnos en la ciudad y formar parte de la ciudad de Málaga.
-¿El libro en papel va a pasar de moda?
-No, que va, que va. El libro, tal y como lo conocemos hoy en día es de los inventos que la humanidad ha mantenido inalterado durante más años. Es casi el invento perfecto o lo es. Hay pocas cosas en la historia de la humanidad que han durado casi como las conocemos durante tantísimos años, con pequeños cambios, eso sí. Hasta hace poco el libro tenía el poder de ser el único medio de almacenamiento de información y ahora lo tiene que compartir. Simplemente lo compartirá y en algunos momentos serán más útil otros medios de almacenamiento y en otros lo será el libro de papel. ¿En qué porcentaje? sobre la marcha lo veremos.
-Pero antes comentaba que las ventas bajaron con la crisis.
-Desde el 2008 hasta el año pasado, cerca del 60% en el mundo de las librerías. Es difícil tirar para adelante.
-¿Y cómo está ahora el sector de las librerías en Málaga?
-Sinceramente, los lectores que busquen una librería en Málaga no pueden quejarse. Hay un abanico formidable de librerías; entre especializadas, grandes, en centros comerciales. Cada vez que salgo me preguntan que cómo tenemos sitio en Málaga para tantas librerías y tan bonitas todas. Les digo que los malagueños leemos mucho y no sólo de ahora. La tradición del libro aquí viene de principios de siglo con las imprentas malagueñas, la aportación de Málaga a la Generación del 27, que no hablamos de algo de ahora. Esta siempre ha sido una ciudad literaria; la ciudad del paraíso se inventó ya hace bastantes años, no es de ahora.
-Después de casi 50 años como librería, ¿cómo ha evolucionado su público?
-La librería tiene su origen en un primer piso y no estaba abierta al público, con el fin de traer libros prohibidos por la dictadura. El origen es la lucha política, el no conformarse, la lucha por las libertades, culturales y de todo. Era necesario que hubiera libros prohibidos para que hubiera libertad. Eso se transforma en una librería infantil en la Plaza del Teatro que tenía doble estantería y aparte de libros infantiles lo importante era lo que había detrás, lo que no veía el público. A ello tenían acceso los clientes que se consideraban socios. Ser socio era un compromiso de pagar una cuota, comprara o no. De ese origen todavía hay 1.700 personas que siguen pagado la cuota y las tarjetas que se les daba como socios, algunas ya van por la tercera generación.
-Vamos, que el suyo es un público fiel.
-Muy fiel. Cuando la gente pregunta que cómo nos ha ido la crisis digo que gracias a esas personas que pagan todos los meses, la hemos soportado con más ventaja que en otros sitios. Han pasado 50 años y ha cambiado mucho el público, pero hay gente que sigue aquí después de ese tiempo y eso tiene una fuerza y un mérito que no te puedes ni imaginar. Yo fui testigo cuando un cliente venía a buscar un libro y se consultaba en unos grandes libros editados por el Ministerio donde figuraban los que tenía cada autor, con la dirección de la editorial. Yo entré casi justo cuando entró el primer ordenador y daba hasta miedo usarlo y entonces los libros pasaron al CD.
-¿Ahora en Semana Santa aumentarán las ventas?
-Febrero y marzo son los meses con menos ventas y ahora comienza a subir la venta con vistas al verano, empiezan a salir best seller, libros para la Feria del Libro del mes que viene. El mundo del libro empieza a hervir y suben las ventas. A la librería en concreto viene en esta época mucha gente de Málaga que trabaja fuera y que tiene cuenta con nosotros. Y es una tradición. La Semana Santa es una de las vacaciones que viene mucha gente a saludarnos.
-Esta librería empezó con libros prohibidos. ¿Ahora mismo tienen libros malditos?
-Claro. El de Fariña. Secuestrado y todo.
-¿Y lo están vendiendo?
-Claro, por supuesto. Los libreros, fíjate, sobrevivimos a una dictadura. Al principio pudimos esquivar mejor a la censura; ahora la censura ha trabajado mejor cuando ha visto que había algunos esquinazos. Pero lo intentamos porque es nuestro trabajo.
-¿Recuerda algún otro caso similar?
-Recuerdo la frase de compañeros míos que llevan aquí desde el origen: nunca la Policía pilló libros ni los secuestró y ha sido en democracia la única vez que han secuestrado libros. Fue uno de Ediciones B de un autor llamado Feito, que fue conductor o acompañante de Felipe González o de Guerra y que publicó unas memorias y las secuestraron. Ese fue el libro más vendido en la Feria del Libro. Y ahora el de Fariña, son los dos libros en los que ha habido censura. Y este último se nos ha acabado, ha llegado a su público.
-¿Qué es lo que más venden en esta librería?
-Sobre todo literatura, pero depende de las secciones. Por internet se venden libros súper especializados que normalmente no están en otras librerías. Si alguien nos pide un libro lo buscamos debajo de una piedra y lo tendrá en su casa o aquí si quiere. En Prometeo se venden libros infantiles. En general, lo que más vendemos es literatura.
-¿Un autor de moda?
-Me gustaría decir que vamos a vender muchos libros de Pablo Aranda, que va a presentar dos novedades en la Feria del Libro, una con nuestra editorial, y espero que vaya de feria en feria y le dure hasta las navidades, por lo menos.
-¿Qué libro me recomendaría?
-No me gusta recomendar porque tenemos la editorial y algunos autores son celosos. De todas formas todo aquel que quiera conocer una historia del siglo XX de Málaga, con todos sus puntos de vista, le recomendaría que leyera Miramar, de Carmen Enciso y Eloisa Navas. Es una novela que está escrita por cuatro manos, es decir por dos mujeres que cada una de ellas ha hecho un capítulo con dos personajes, que vive cada uno en un mundo totalmente distinto de la sociedad malagueña. Es una obra de arte.
-¿Cómo funcionan los talleres literarios? ¿A qué público van dirigidos?
-Puede venir cualquier tipo de gente y los organizamos desde el año 2008, cuando vimos que había que traer gente a las librerías de distintas maneras. Y sobre todo, la librería tiene que salir a la calle, no podemos conformarnos con abrir una puerta y esperar a que entre gente. La cultura está en cualquier lado, en cualquier barrio y en cualquier restaurante que organice tertulias literarias y ahí tiene que estar Proteo. Entre las cosas que se nos ocurrieron estaban los talleres literarios, que surgieron de una casualidad. Un sábado por la mañana que llovía a mares me encuentro a un amigo con un montón de gente que iba a unos talleres de otra librería que estaba cerrada. Les ofrecí entrar a esta sala y a partir de ahí firmamos un convenio de colaboración con la empresa Mitad doble y nos hemos convertido en una familia. Ahora colaboran en las actividades culturales de la librería.
-Con todos estos proyectos tenemos librería para otros 50 años, ¿no?
-Eso es lo que espero. Para mí la mayor responsabilidad es haber recibido una herencia muy importante para la ciudad. Y como lo piense no vengo.
Jesús Otaola Carrasco lleva ocho años al frente de las librerías Proteo-Prometeo, desde la jubilación de su socio fundador, Francisco Puche. Jesús Otaola nació a escasos metros de donde se asienta la librería, en la calle Duquesa Victoria, el 5 de enero de 1967. Estudió en el colegio Europa y realizó estudios de Formación Profesional de administrativo y delineante. A los 22 años entró a trabajar en la librería como dependiente y poco después fue el "chico para todo" en el negocio. Con los años pasó a dirigir a un equipo de 16 personas. Otaola se considera ante todo un librero, y cuando se le pregunta qué es exactamente un librero responde que "una cosa muy divertida, porque conoces a personas muy interesantes y ninguno de los días se repiten". Su lugar favorito del negocio es un pequeño rincón donde se apilan algunos títulos sobre temática malagueña, muchos editados por Edicioes del Genal. Se siente orgulloso del esfuerzo realizado en los últimos años para capear la bajada de venta de libros y de la cantidad de clientes que siguen fieles a la librería pese al paso de los años.
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