Limoneros cubiertos por el agua en Cártama y empresas junto al Guadalhorce que lo han perdido casi todo

"Trabajamos todo el año y ahora con esta riada hemos perdido media cosecha", se quejaba un agricultor

Rescatados en Cártama media docena de vecinos de Doña Ana: "Hemos cogido fobia a la lluvia"

Antonio observa limoneros cubiertos por el desbordamiento del Guadalhorce.
Antonio observa limoneros cubiertos por el desbordamiento del Guadalhorce. / L. García

Cártama/Rebeca y Antonio son dos de los damnificados por la crecida del Guadalhorce. Ella empresaria, él agricultor. La primera tiene su fábrica junto al curso fluvial. El segundo, su finca. Los dos asumían con resignación un nuevo desbordamiento del río y cómo repercutirá en sus bolsillos. "Es desesperante. Con la DANA de octubre perdí unos dos millones de euros. Y ahora otra vez. Este mes la empresa cumple 50 años. Este terreno es mío, pero vamos a tener que cerrar estas instalaciones y buscar otro sitio", comentaba Rebeca Tobelem, propietaria de Grúas Tobelem.

Con entereza contemplaba la inundación de toda la ribera donde está emplazada su factoría y la carretera que lleva al Puente de Hierro, en Cártama Estación, completamente anegada. "En octubre contraté bombas de agua y cuadrillas para limpiar; además vinieron dos batidas de voluntarios a ayudarme. Tuvimos que quitar barro con palas... Esta es la segunda vez que se me inunda todo en menos de cinco meses. Me tengo que ir de aquí, me tengo que ir", repetía para convercese a sí misma de que era la mejor solución ante las repetidas inundaciones.

Rebeca Tobelem ha visto anegada su fábrica de grúas por segunda vez en cinco meses
Rebeca Tobelem ha visto anegada su fábrica de grúas por segunda vez en cinco meses / L. García

Con medio centenar de trabajadores a su cargo, recordaba que ya en la DANA de octubre tuvo que tirar material debido al anegamiento de las instalaciones y además estar una semana con la fábrica cerrada para ponerla en condiciones de volver a trabajar. Miraba una y otra vez hacia el agua. En silencio, imaginaba toda la tarea y las pérdidas que tiene por delante, como hace solo cinco meses. El agua había llegado hasta unos 500 metros de la orilla del río y la carretera que va al puente de la Estación de Cártama estaba totalmente cubierta. A unos 300 metros, su fábrica, llena de agua y lodo.

Antonio (prefería no dar su apellido) también se quejaba de que, nunca mejor dicho, llueve sobre mojado. Está jubilado, aunque complementa sus ingresos con lo que saca de su finca de limones.Para los agricultores, después de la sequía, la lluvia y el desembalse, no han sido una buena noticia. "Trabajamos todo el año en la huerta para que ahora venga una riada y se lleve media cosecha", comentaba mirando sus limoneros con la copa casi sumergida. Explicaba que aunque el agua baje, los frutos se pudren. Gran parte de la vega de Cártama lucía el mismo paisaje: cítricos semicubiertos, por enésima vez, por la crecida del Guadalhorce. "Estamos negros, tenga la culpa la Administración que sea. Todavía no había terminado de limpiar el barro y la basura que me dejó el río con la pasada DANA. Entonces, hablamos con el Ayuntamiento, la Junta y España entera. Pero no sirvió de nada. Si el cauce estuviera limpio no pasaría esto", opinaba.

La A357 colapsada tras el cierre del acceso a Cártama Estación por el Puente de Hierro.
La A357 colapsada tras el cierre del acceso a Cártama Estación por el Puente de Hierro. / Leonor García

Antonio López, otro vecino del pueblo, había ido este martes por la mañana a darle una vuelta a su huerta. Estaba, por segunda vez en cinco meses, anegada. Coincidía con otros residentes en Cártama que "el problema es que el río está sucio" y "como no lo limpian, en cuanto llueve un poco, se produce el desbordamiento". Y concluía: "Y el dinero invertido en los limones, para nada".

Debido a que el Puente de Hierro quedó intransitable por la crecida, la A 357 estuvo colapsada en dirección Cártama desde primera hora de la mañana.

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