El litoral malagueño pierde biodiversidad por el alga invasora
La playa Arrroyo Vaquero de Estepona experimenta una “pequeña recuperación” de especies
Expertos señalan que la mayor parte de la provincia está en la primera fase de la invasión
Destinan a compost las 7.200 toneladas de algas asiáticas recogidas en la Costa del Sol
El alga invasora Rugulopteryx okamurae está generando en los últimos años una pérdida de biodiversidad en las costas malagueñas con el desplazamiento de algas autóctonas y bancos de peces, encontrándose la mayor parte de la provincia en la primera fase de la invasión, que se ha visto compensada con la aparición este verano de una “explosión de vida” en la playa de Arroyo Vaquero de Estepona y que supone una “pequeña recuperación” marina, según ha destacado el director de la Cátedra de Ciencias del Litoral de la Universidad de Málaga (UMA), Francisco Franco.
El experto ha explicado que una invasión se produce a lo largo de 3 etapas, siendo la primera la “más agresiva” y, que en el caso de Rugulopteryx okamurae se produjo en 2108 en la Costa del Sol; una segunda de “estabilización”, que es la que se está observando en Estepona; y una tercera de “regresión del alga, a la que no hemos llegado”.
Franco ha señalado que la invasión del alga ha generado “un fuerte impacto en la biodiversidad” de las zonas afectadas, encontrándose la mayor parte del litoral de la provincia de Málaga en la primera fase actualmente, en la que “ha desplazado a las algas autóctonas que poblaban las rocas de nuestro fondo marino”, así como a “los bancos de peces” en la Costa del Sol Occidental al no encontrar alimento.
Sin embargo, ha apuntado que en los focos iniciales de la invasión localizados en algunos puntos de Estepona más cercanos a Manilva, en concreto en la playa de Arroyo Vaquero, se está observando este verano “una estabilización que permite que vuelva rápidamente a generarse la biodiversidad”.
El experto ha destacado que “se ha visto una gran explosión de vida en las poblaciones de peces” y “han vuelto los erizos” a esta zona de la costa esteponera, donde “en los años anteriores no había” a causa de la invasión, aunque ha remarcado en que “no han vuelto las anémonas”.
Entre las especies de peces que se han observado, destacan el pez verde, la vaquita o cabrilla, el sargo común y el real, la galana, la doncella común o el boquerón. En cuanto a las algas, se ha visto la aparición de R. Okamurar, Ulva rígida,Ericaria selaginoide, Dictyota dichotoma, Jania Rubens, Amphiroa beauvoisii, Ceramial y Asparagosis armata.
Continúa la pérdida de biodiversidad
Aun así, ha incidido en que “la invasión está prosiguiendo” y está afectando a zonas de la capital malagueña como Pedregalejo, así como “este año Nerja está siendo muy afectada”. La presencia de este alga asiática está generando en el litoral malagueño una “pérdida de biodiversidad” desde hace años que continúa, así como “un impacto económico importante en la industria pesquera”.
“Hay una pérdida de biodiversidad en términos generales -en la provincia- y una pequeña recuperación en la zona de Estepona, que se debe a la adaptación de las especies al sabor del alga”, ha referido Franco, quien ha indicado que esta regeneración es un proceso “lento” que se está iniciando en esta zona, y que espera que “progresivamente se irá extendiendo a lo largo del litoral de la Costa del Sol occidental”.
Según ha recordado, “el inicio de la invasión en la Costa del Sol fue en 2018 en Estepona y Marbella y, en 2024 está viéndose cómo está pasando a una segunda etapa menos agresiva que ya está permitiendo que se recupere un poco la biodiversidad” en Estepona.
Por su parte, el presidente de la Fundación Aula del Mar Mediterráneo, Juan Antonio Sánchez, ha señalado que la pérdida de biodiversidad se ha producido principalmente en la costa occidental de la provincia en los últimos años, en zonas como Marbella, Estepona o Fuengirola debido a que “sus fondos son más rocosos” y a que el alga “se encuentra mejor en un clima más cálido”. Mientras, en la parte oriental son “más arenosos”.
El experto ha apuntado que el vegetal marino “no tiene depredadores y se fija en el sustrato duro como las rocas, las piedras o plantas como las posidonias”, así como en “moluscos bivalbos como los mejillones, las almejas o los cangrejos hasta tapizar todo el fondo”.
Reducción del número de especies
Su afectación a la biodiversidad se traduce en “una reducción en el número de especies” en las costas malagueñas que el colectivo viene observando en los últimos 3 años tras distintas inmersiones, matizando que “no hay datos científicos”; algo que ha atribuido al desplazamiento de los animales para buscar alimento, ya que el alga invasora coloniza los fondos y “no se la comen porque pica mucho a la hora de masticarla”.
De este modo, ha apuntado que “están desapareciendo las especies propias que estaban fijadas en el fondo donde el alga se está depositando, que eran otras algas, porque las ha tapizado”, de las cuales “se alimentaban muchas especies y se han perdido”. En este sentido, ha explicado que “al no haber alimento, las especies de las que dependen se pierden y las que tienen posibilidad de desplazarse como los peces, se van a otros lugares donde este alga no haya afectado tanto”.
Sánchez ha indicado que en el litoral malagueño han “bajado” distintas especies a causa de la presencia del alga invasora, como “serránidos como salmonetes, meritos o lábridos” que conviven con alevines de especies comerciales como “boquerones, sardinas, jureles o caballas”, que también han sido afectados. Ello se debe a que no tienen “su alimento habitual porque otras microalgas que son consumidas por pequeños crustáceos ya no están y la pirámide alimenticia empieza a descender desde la base”. También ha mencionado los lenguados, los torillos o los camarones.
En contraposición, ha indicado que “hay una evolución de especies que se están adaptando” a la presencia de Rugulopteryx okamurae, por lo que ha valorado que “será cuestión de tiempo que se vayan adaptando y llegará un momento en el que esta invasión vaya bajando poco a poco y se vaya mimetizando en el ambiente y equilibrándose el ecosistema marino”.
Repercusión en la pesca
Esta pérdida de la biodiversidad marina repercute en la pesca, siendo los puertos más afectados los de Marbella, Estepona y Fuengirola, mientras que en Caleta de Vélez “ha habido alguna incidencia, algún caso aislado de algas” en la zona más cercana a Málaga, según ha destacado la presidenta de la Federación de Pescadores de Málaga, María del Carmen Navas.
Según ha indicado, las más afectadas son “las artes de pesca menor”, que son “las que están más cerca de la costa”, y los “perjuicios” que están teniendo los pescadores se están dando principalmente en la pesca de “trasmallo”, ya que “no se cogen las especies objetivo”, aunque ha incidido en que “el arrastre también está trayendo algas sueltas”.
“Al estar creciendo el alga de forma rápida, son zonas que ya no cogen luz, que es preciso para que las especies se procreen y proliferen”, ha explicado Navas, quien ha señalado que se están viendo afectadas especies como “salmonetes y todas las que son de trasmallo”.
La también patrona mayor de la Cofradía de Pescadores de Vélez- Málaga ha valorado que esta disminución de las especies “no es una desaparición, no tenemos datos científicos, pero sí vemos que hay menos cantidad, también porque las redes se llenan de algas”, lo que impide que se enganchen los peces.
La presidenta de la Federación Española de Pesca Artesanal (FENAPA), María del Carmen Díaz, ha señalado que el sector de la provincia se está viendo más afectado por la presencia del alga en las zonas comprendidas entre Estepona y Fuengirola, porque “los fondos son más rocosos”, aunque ha puntualizado que “no todas las playas tienen arribazones”.
En las artes menores de pesca, se está viendo dañado el trasmallo: “El barco que eche las redes, si las trae llena de algas están inutilizables y las tienen que limpiar o reponer”, ha explicado Díaz, lo que genera “pérdidas puntuales” como “estar 2 o 3 días sin salir a la mar”. A ello ha agregado que a veces “las redes pesan tanto que no se reutilizan y hay que comprar nuevas”, cuyo coste oscila entre los “500 y los 600 euros”.
Falta de captura
Otro de los problemas al que ha aludido la presidenta de FENAPA es a la “falta de captura”, que ha atribuido a varios factores como la presencia del alga invasora, que ha provocado una “merma”; la “contaminación” o “el atún, que se lo come todo”.
Así, ha indicado que Rugulopteryx okamurae ha provocado “la desaparición de especies”, ya que “donde ha colonizado los fondos ha desplazado o eliminado la fotosíntesis y ha desplazado a otras algas autóctonas”, incidiendo en que “no es apta para el consumo de los peces porque no se la comen”. De este modo, se están viendo afectados aquellos que “están en roca porque si no tienen alimento ahí, se desplazan a otros puntos del litoral como consecuencia de la colonización” del alga, como “el besugo, la breca, el rape o la sepia”.
Por otro lado, ha señalado que “las especies se están desplazando donde la falta de oxígeno les obliga por la contaminación que hay desde tierra”, debido a que “la depuración no es la adecuada”, asegurando que en Málaga “la concha fina o la vieira están desaparecidas”.
Esta situación la ha achacado a que “los caladeros o las zonas de producción donde se pueden capturar están sufriendo la contaminación, que está propiciando que no se vuelva a criar marisco”, por lo que ha recalcado que “la Administración es corresponsable de la falta de especies”.
Por último, ha aludido a otros problemas del sector como “la legislación, el acoso de la Inspección pesquera o la limitación en la captura de determinadas especies como el atún”. Asimismo, ha declarado que “el alga asiática está implantada para que la eólica marina se instale", según sus palabras.
Sector de la restauración
El presidente de la Asociación de empresarios de playas, Manuel Villafaina, ha señalado que los ayuntamientos retiran las algas a “diario”, cuya presencia en las costas genera en los negocios de restauración problemas como “el mal olor que tienen”, algo de lo que se quejan los clientes. También ha apuntado al hecho de que “no puedes ir por encima porque te pinchas, es algo extraño”. Respecto a la pérdida de biodiversidasd en la zona, ha indicado que no ha repercutido en los menús que ofrecen los establecimientos.
El empresario ha reclamado “buscar soluciones”, valorando que la problemática del alga invasora “no es irreversible, esto se puede revertir”. En este sentido, ha apostado por aplicar “métodos técnicos” adecuados para frenar la expansión del vegetal marino.
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