La llegada del Metro de Málaga a la Alameda en noviembre de 2020 queda en duda
Infraestructuras
La demora en licitar ciertas tareas complementarias compromete la última fecha prevista
Tiene especial peso la fase de instalaciones y arquitectura, valorada en 29 millones
Málaga/El siempre comprometido calendario de culminación del Metro de Málaga suma un nuevo interrogante. ¿Llegarán los trenes del suburbano a la estación Atarazanas, en mitad de la Alameda, en noviembre de 2020, tal y como está pactado con la empresa concesionaria? La respuesta a esta pregunta queda ahora sumida en la duda.
A falta de datos actualizados sobre el avance de los trabajos de construcción en los dos tramos ahora activos, el Renfe-Guadalmedina y el Guadalmedina-Atarazanas, la incertidumbre se cierne sobre las actuaciones complementarias a la fase de infraestructura, imprescindibles para la posterior puesta en servicio del Metro. En especial en lo tocante a las instalaciones, sistemas y arquitectura de las estaciones contempladas en el recorrido pendiente: Guadalmedina y Atarazanas.
Una etapa de la intervención que sigue pendiente de ser licitada y adjudicada, a pesar de que desde la Junta de Andalucía, con los anteriores responsables del PSOE, se anunció que sería objeto de concurso para el pasado mes de noviembre. Es decir, que transcurren ya más de tres meses sin que por el momento se haya dado este paso.
A mediados del año pasado, el entonces consejero de Fomento, Felipe López, aprovechando un desayuno informativo en la capital, dio detalles de los pasos que restaban para culminar la red hasta el corazón de la urbe. Habló de que se trabajaba en la tramitación de los contratos de montaje de la superestructura de vía del tramo Renfe-Guadalmedina, por 4,58 millones (fijó junio de 2019 con fecha previsible de impulso); la implantación de sistemas y arquitectura de estaciones desde Renfe hasta Atarazanas, por 29,06 millones (que iba a licitarse en noviembre 2018), y de el contrato del sistema de señalización ferroviaria entre Renfe y Atarazanas, por 9,4 millones (a licitar en junio de 2019).
La realidad, sin embargo, es que el cambio de actores al frente de Gobierno regional y la entrada de nuevos responsables en la Consejería de Fomento y la Agencia de Obra Pública de Andalucía, tras los resultados de las elecciones autonómicas del pasado 2 de diciembre, está retrasando el paso definitivo de esta intervención. Debido al montante económico de la operación, en el caso de las instalaciones y arquitectura, se requiere además del visto bueno del Consejo de Gobierno andaluz, hito que aún no ha tenido lugar.
La suma de todos estos condicionantes, junto a los plazos que requerirá la ejecución de estas actuaciones, abren de par en par la duda sobre si ciertamente el Metro podrá dar el salto desde Renfe hasta la Alameda en los plazos previstos.
Fuentes expertas consultadas por este periódico eludieron ser contundentes sobre el particular, pero sí fueron explícitas en el sentido de señalar: "está bastante ajustado, no es tan fácil". La sensación queda alimentada por lo que aún resta antes de que la Junta pueda adjudicar los sistemas y la arquitectura. "No es que vaya a ser imposible; poniendo toda la carne en el asador, con un contratista diligente... Lo que pasa es que no es fácil, está bastante ajustada la operación, porque además a estas acciones hay que sumar que hay que meter la vía, que es rápido, pero es meter en el mismo túnel a varios contratistas", expusieron las fuentes.
Más de 14 meses
Es el plazo que el proyecto técnico calcula para las fases de instalaciones y arquitectura entre Renfe y Atarazanas
Incluso en el supuesto de que la semana que viene el Ejecutivo diese luz verde a la inversión necesaria y de que una semana después fuese publicada la licitación, no es impensable pensar que la contratación no tuviese lugar hasta agosto o septiembre, momento a partir del cual empezaría a contar la cuenta atrás para que está fase de la actuación estuviese finalizada.
De acuerdo con lo que pudo sabe este periódico, el proyecto técnico que sirve de base a este desarrollo fija un plazo de algo más de 14 meses para su desarrollo, calendario que podría rebajarse en el proceso de ofertas de los privados interesados en el concurso. Este parámetro temporal viene a subrayar el espacio mínimo del que dispone Fomento para cumplir con la hoja de ruta prevista.
Juega a su favor la asunción ya conocida desde hace meses de que el recorrido final del Metro entre Renfe, punto donde confluyen los ramales de procedentes de Carretera de Cádiz y Teatinos, y Atarazanas será directo, sin parada en la estación Guadalmedina. Una circunstancia que, según lo informado en su día desde la Junta, se prolongará durante los primeros cinco o seis meses. Es decir, que en la primera parte del periodo de explotación los pasajeros no podrán bajarse en la parada más cercana a El Corte Inglés.
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