La lluvia deja en los pantanos de Málaga el consumo de 4 meses en la capital
Pese a las intensas precipitaciones, los embalses apenas recogen 23 hectómetros cúbicos
Alhaurín de la Torre todavía evalúa los daños, cuya primera estimación es de 80.000 euros
Málaga/En tres días, Filomena, la borrasca que ha colapsado el centro del país, ha descargado en Málaga más de lo que suele llover en un año hidrológico normal, que son algo más de 530 litros por metro cuadrado, según los registros de la Aemet. Atendiendo a los datos de la red Hidrosur, solo con las precipitaciones acumuladas en Marbella (180 litros), Alhaurín de la Torre (210), Coín (140) y la sierra de Mijas (154), ya se supera con creces la referencia anterior, aunque las cantidades no han estado igual de repartidas por todo el territorio. Este agua contribuye a aliviar la situación de los pantanos de la provincia, aunque de momento no lo ha hecho en la proporción que cabía esperar, ya que, después del temporal –y a falta de sumar las últimas lluvias de la noche del sábado– los pantanos de la provincia solo han recogido unos 23 hectómetros cúbicos, el equivalente a unos cuatro meses de consumo en la capital malagueña.
Según los medidores de la red Hidrosur, dependiente de la Consejería de Medio Ambiente, actualmente, los siete embalses malagueños se encuentran al 55% de su capacidad, con 339,26 hectómetros cúbicos acumulados. Esto son reservas para garantizar el abastecimiento durante algo más de dos años, teniendo en cuenta la estimación general de que en la provincia se suelen distribuir unos 114 hectómetros cúbicos anuales.
Aún así, son registros que están por debajo de los niveles que tenían hace justo un año, cuando el agua embalsada en la provincia era de 346,41 hectómetros cúbicos. Con las lluvias de Filomena, las presas de La Concepción, en Istán, el del Conde del Guadalhorce, en Ardales, y el de La Viñuela, han subido unos cinco hectómetros cada uno. Han resultado ser los más beneficiados por la borrasca. Los de Casasola, Limonero, Guadalteba y Guadalhorce han sumado entre uno y tres hectómetros.
En concreto, el embalse de La Concepción, al 65,6% de su capacidad, tenía ayer 40,6 hectómetros cúbicos, frente a los 35,5 de hace una semana. Casasola (60,5%) y la presa del Limonero (59,2%) tienen unos 13 hectómetros cada uno, después de sumar uno en una semana; el del Conde del Guadalhorce (56,8%) está en 37,8 hectómetros, cuatro más; mientras que el del Guadalhorce (58,3%) acumula 73,3 hectómetros, tres más.
Como es habitual, el embalse de Guadalteba es el que mejor situación presenta de toda la provincia, con el 72,7% de su capacidad, sus reservas ascienden a 111,5 hectómetros cúbicos, tres más que antes de las lluvias, aunque en un nivel también más bajo que el de enero de 2020, cuando acumulaba más de 116 hectómetros.
Y en el otro extremo, el pantano de La Viñuela sigue siendo el que más preocupa. Es el más grande de la provincia –le caben 142,4 hectómetros– y ayer seguía por debajo del 30%, con 49,5 hectómetros, después de ganar algo más de cinco hectómetros. Mantiene un estado similar al de hace un año, cuando tenía 48,8.
Los daños en Alhaurín de la Torre ascienden a 80.000 euros
La otra cara del temporal, la que se hizo más visible, fueron los daños ocasionados en varias localidades de la provincia. Alhaurín de la Torre fue uno de las más castigadas por la tormenta –170 litros en cinco horas–, que convirtió las calles en ríos en cuestión de minutos y dejó varios barrios sin luz, con apagones durante casi 18 horas. En este municipio, los operarios seguían todavía ayer trabajando para recuperar la normalidad en las zonas más afectadas y evaluar daños.
De momento, la primera estimación sitúa los daños en unos 80.000 euros, entre caminos rurales, vías, carreteras y edificios públicos. A esto habrá que añadir los daños en zonas a las que todavía no se había podido acceder y los sufridos por los vecinos en sus viviendas, muchas anegadas.
Desde el Ayuntamiento informaron ayer de que la mayor parte de las incidencias se habían resuelto ya, sobre todo lo relativo a la limpieza de las vías, pero que hay daños que llevará más tiempo reparar, como algunos caminos rurales “partidos por la mitad”. Después del fuerte aguacero, 200 operarios municipales desempeñaron una intensa labor de limpieza, recuperación y reposición de materiales para devolver las calles, vías públicas, edificios, puentes y accesos a su estado original, en la medida de lo posible.
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