Las lluvias dejan más de 50 litros en la capital para casi cerrar el año

La mayor parte de las precipitaciones se dieron en los municipios costeros, mientras que para el campo supusieron poco más que un refresco

Lluvias y tormentas en Málaga en la jornada de aviso naranja, en imágenes

Una mujer se protege de la lluvia este jueves en la capital. / Javier Albiñana

Ha llovido como debe: durante varias horas, con intensidad, pero sin la fuerza suficiente como para generar inundaciones o hacer destrozos. La parte negativa es que, como preveían los modelos meteorológicos, se han concentrado en la franja litoral. Y sobre la bahía. Aunque las precipitaciones siempre son buenas para una provincia que a pesar de los últimos aportes todavía no ha conseguido sacarse de encima el lastre de la sequía.

La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) mantuvo activa la alerta naranja hasta este jueves por la tarde; a partir de ahí sería rebajada a amarilla hasta la medianoche, en la Axarquía, la Costa del Sol (donde se incluye la capital) y también el Valle del Guadalhorce. Inicialmente, se esperaba que en estos puntos pudieran registrarse hasta 30 litros por metro cuadrado en una hora y 60 en un intervalo de 12 horas, aunque con el transcurso de las horas esas expectativas irían decayendo.

Las primeras gotas empezaron a caer de madrugada. Durante la primera mitad del día hubo que sacar el paraguas porque apretó bien en varios municipios. En la capital, la estación de aeropuerto llegó a superar los 51 litros (concretamente, 51,4). Las dos más cercanas, la del puerto y el centro meteorológico, recogieron 43,9 y 34 litros, respectivamente. Lo mismo ocurrió durante las últimas 24 horas en Torremolinos, donde se registraron 51.

Ambos municipios, todavía con el recuerdo reciente de las anteriores danas, activaron durante la noche del miércoles los planes de emergencia: el Ayuntamiento de la capital informó de su activación parcial pasadas las 22:30, mientras que el otro lo activó antes de la medianoche.

También se dieron acumulados considerables en Fuengirola (36,6) y Marbella (33,6). Mientras tanto, en la comarca de la Axarquía el más abultado fue en Rincón de la Victoria con 28,4 litros por metro cuadrado. En el Valle del Guadalhorce las mayores cifras se vieron en el río Guadalhorce a su paso por Cártama (28) y Fahala (22,9).

Se echó en falta, eso sí, que cayese algo más de agua en las cabeceras de los embalses, que continúan estando a poco más del 28% de su capacidad total. Al menos las reservas subterráneas, como es el caso de pozos y acuíferos, sí que habrán aumentado su acumulado.

La excepción a la regla fue el pantano de La Concepción, que recogió 9,9, a los que es preciso sumar los caídos en el caudal de otras tres infraestructuras cuyas aguas van a parar a este punto. Estas son la presa de Guadaiza (14,9), la de Guadalmina (14,2) y la de Guadalmansa (12,9). También se nutrieron un poco La Viñuela (12) y las reservas estratégicas de El Limonero (22,8) y Casasola (14,4).

No se vio apenas beneficiado el campo, como destacaron a este periódico los representantes de las asociaciones agrarias. “De Las Pedrizas para arriba ha caído poco. Toda la zona de Antequera, Algaidas, Villanueva del Trabuco y del Rosario todavía sigue bastante seca y esperemos que estos días le caiga algo”, explicó el secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores en Málaga (UPA), Francisco Moscoso.

"Cuando pase diciembre tendremos otro problema añadido porque ha habido una gran sequía durante todo el año, y por mucho que llueva ahora, no se va a solventar”, añadió para después aportar siquiera una nota positiva. "Si favorece a algo es a la aceituna porque el agua se acumula para que el año que viene salga con fuerza".

Por su parte, el secretario general de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos en Málaga (COAG), Antonio Rodríguez, afirmó que "aunque llueva un poco estos días no nos podemos confiar" porque la sequía "no ha terminado". "Tenemos los pantanos más importantes de la provincia secos, y eso es un gran problema para abastecer a los cultivos".

A eso se añade que el campo, pese a todo lo caído, todavía está sediento. "Llevamos tres años consecutivos sin recoger ni una cosecha de cereales por la falta de agua. No se ha podido sacar ni para alimentar a los animales, así que todo lo que caiga es bueno y hace falta".

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