Agricultores destacan que las lluvias en Málaga salvan cosechas, pero insisten en exigir obras contra la sequía

A pesar de los beneficios de las precipitaciones, la falta de agua sigue siendo una amenaza real a la que poner solución

La lluvia en la Semana Santa en Málaga deja más de 11 hectómetros: el consumo para tres meses en la capital

Así se ve el pantano de La Viñuela tras las últimas lluvias, en fotos

Málaga, bajo la lluvia estos días / Carlos Guerrero

Málaga/La semana pasada estuvo protagonizada por lluvia. De hecho se estima que las precipitaciones han variado entre 70 y 100 litros por metro cuadrado, lo que ha representado un alivio significativo ante la escasez de agua. Sin embargo, este fenómeno es la excepción a la regla. Es por eso que desde organizaciones agrarias como la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja) han recordado a las administraciones la "importancia de seguir apostando por una red de infraestructuras hídricas".

Antonio Rodríguez, secretario general de COAG, Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos, también insiste en la "gravedad de la situación que vivimos a nivel mundial", y aunque las lluvias de la semana pasada hayan tenido consecuencias positivas, "no hay que olvidar que estamos viviendo un cambio climático".

Rodríguez ha afirmado con la mirada puesta en el futuro que es necesario invertir en sistemas de construcciones hidráulicas para hacer frente a las sequías: "Esperemos que esta primavera tengamos más precipitaciones y que el ciclo de lluvia cambie y sea más normal y regular. Y por supuesto que sigamos elaborando de medidas para afrontar los periodos de escasez". Disponer de infraestructuras de este tipo ayudaría a aprovechar al máximo los pocos recursos disponibles, además de regular el cauce de los ríos y a sacar partido de las aguas regeneradas.

En cuanto a las recientes precipitaciones de la última semana, en un lapso de solo 10 días el volumen de agua almacenada ha aumentado, pasando de 97 a 145 Hm3. Aunque estos datos suponen 80 Hm3 menos de lo almacenado el año pasado en estas fechas, se estima que continúe creciendo incluso después de que las lluvias hayan cesado.

En palabras de Rodríguez, estas lluvias han sido "puro oro líquido que ha caído del cielo". "Ha llovido naturaleza. El agua es la sangre que riega el campo", afirma. El malagueño ha destacado algunos de los beneficios que han traído consigo las precipitaciones, como la mejora del pasto y forraje para abastecer a los animales. Aunque ha confesado que también se han generado dificultades, ya que las zonas de pastoreo no eran accesibles y no se podía sacar al ganado, pero que "dentro de la problemática, la alegría es mayor".

En lo que respecta a los cultivos, según ASAJA todos se han beneficiado de estas lluvias, desde el cereal hasta las plantaciones hortícolas y las leñosos como el olivar, almendro, tropical y cítricos. Especialmente han sido "de gran ayuda" para el sector del olivar: "El sector del olivar se encontraba en una situación preocupante en su inicio de la etapa de diferenciación de las yemas previa a la floración, y estas lluvias han proporcionado un importante impulso para su desarrollo".

Aunque las lluvias han causado un parón temporal en la recolección de cultivos hortícolas como la patata y el espárrago, no se han registrado desperfectos significativos. En cuanto a las infraestructuras, tan solo ha habido "daños colaterales"; algún derrumbe en un muro o alguna cerca, pero todo "dentro de lo normal, nada alarmante".

Desde ASAJA Málaga han señalado que las precipitaciones "han proporcionando un respiro a la sequía", y que otro de los aspectos positivos ha sido su efecto sobre los niveles de los embalses. Concretamente, el embalse de La Viñuela, un punto "crucial" para el suministro de agua en la región, que ha pasado de tener un 9% de su capacidad total a aproximadamente un 16%.

Según la institución "lo más alentador" no solo ha sido el aumentado del nivel de los embalses, sino que el agua se ha distribuido de manera uniforme a lo largo de los cauces, permitiendo una absorción efectiva en el suelo. "La ausencia de sol durante este período ha evitado una rápida evaporación, maximizando así la utilidad de las precipitaciones para los cultivos", han explicado.

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