Las lluvias no alivian los pantanos de Málaga: continúan en situación crítica al 15% de su capacidad

Acumulan 25 hectómetros cúbicos menos que hace un año y ya marcan el mismo nivel que en febrero

Una sequía sin fin en Málaga y con soluciones a la desesperada

El embalse de La Viñuela hace tres semanas.
El embalse de La Viñuela hace tres semanas. / JORGE ZAPATA | EFE

Para elevar la moral de los malagueños. Solamente para eso, según reflejan los datos de la red Hidrosur, sirvieron las lluvias de la semana pasada, que llegaron a dejar acumulados de casi 132 litros en una jornada. Se echó de menos que las precipitaciones fueran más copiosas, prolongadas y, por supuesto, que cayeran en puntos que pudieran beneficiar más a los embalses. Pero al menos sirvieron para refrescar los cultivos, que permanecen instalados en un escenario de sed permanente desde hace ya demasiado tiempo. Y sin visos de resolverse. También aplica ésto a los embalses, que alargan su situación crítica: se encuentran al 15,7% de su capacidad y entre todos reúnen 95,98 hm3 con una ganancia tras el paso de las dos borrascas que apenas superaba este lunes el hectómetro cúbico, descontando el consumo. Son 25 menos que hace justo un año y ya están al mismo nivel que estaban en febrero, justo antes de que las lluvias de marzo y abril entrasen en acción.

Los peores números los firman los pantanos del sistema Guadalhorce, los encargados de suministrar a la capital. Así, el embalse del Guadalhorce, con 10 hm3 y un 7,96%, marca cada día su mínimo histórico; algo más acumula el Conde, 13,77 hm3, que se corresponden con un 20,71%; al tiempo que el Guadalteba contiene 18 hm3, por lo que marca un 11,74%. No obstante, el consumo de la ciudad no depende en exclusiva de estas reservas; también es preciso sumar a la ecuación los pozos de Fahala y Aljaima, en el Bajo Guadalhorce, en los que se sigue trabajando para aumentar su caudal extraíble.

Mención aparte merece el Limonero, que mantiene sus números prácticamente inalterados dado su carácter estratégico, es decir, que no se echa mano de sus reservas; con todo, son bastante modestas al albergar 3,39 hm3 y estar al 15,17%. La misma consideración posee el embalse de Casasola, con 4,34 hm3 y al 19,98% de su capacidad.

Igual de mal dadas siguen viniendo las cosas para La Viñuela, que, no obstante, ha atravesado peores épocas; la última dio fin este enero, cuando remontó tras batir por última vez su mínimo histórico (12,2 hm3). En estos instantes acumula diez más, 22,24, y se encuentra al 13,53%. Para evitar que no se pueda extraer agua de él por falta de medios técnicos y reservas (o sea, que se torne en un embalse muerto), siempre y cuando la sequía siguiera apretando hasta ese extremo, la infraestructura cuenta con una bomba flotante a la que se puede recurrir para extraer agua hasta prácticamente fin de existencias. El que se encuentra en mejor situación, por contra, es La Concepción; de hecho, es el único que ha ganado unas décimas; una cantidad que, como no es difícil imaginar, dista mucho de lo que se requiere en estos momentos. Actualmente, alberga 24,23 hm3 y está al 42,11% de su capacidad.

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